Viviendo en medio de la gracia

Invitadas hermanas Mery Choque y Daniela Apablaza

Pastora Eliana: Somos ministrados a través de lo que vivimos. Dependemos del Señor.

Hna. Mery: Agradecida de estar hoy aquí. Voy hablar de la amargura. El diccionario define la amargura como el sentimiento duradero de frustración, resentimiento o tristeza, especialmente por haber sufrido una desilusión o una injusticia. Todos nosotros somos propensos a tener este sentimiento, a veces se confunde con la culpa.

La culpa es consecuencia de un acto provocado por uno mismo. Sin embargo, la amargura es la consecuencia de un resentimiento o desilusión que es provocado por otro.

La amargura es causada principalmente por la ira. Empieza recordando de manera continua, haciéndose crónico y diario se revive en la mente. Es como rumiar. Puede provocar llanto, pero lo que puede hacer es ocasionar venganza. Cuando una persona no simpatiza con sus razones de amargura, este puede convertirse en un afrentador. El amargado busca que todos simpaticen con él, comunica a los cercanos y otros su sufrimiento, daña la reputación del otro. Una persona amargada en la iglesia comienza a aislarse, pierde la comunión con los hermanos. Podemos identificar a una persona amargada porque se irrita fácilmente, se vuelve hostil y repele a los demás, muestra sus heridas, buscando auto conmiseración.

“Se llenó de amargura mi alma, y en mi corazón sentía punzadas. ” Salmo 73:21

Aquí David se llenó de amargura, en griego esta palabra significa punzante. David tenía punzadas en el corazón.

También podemos ver que Noemí tenía amargura. Ella era una mujer israelita que en tiempos de sequía se fue de  Belén junto a su familia para Moab, un lugar donde no debían ir porque era un pueblo pagano. Su esposo y toda su familia llegaron a vivir por años en ese lugar; muere su esposo y luego mueren sus hijos. Momento en el que decide volver a Belén. Demostrando amor sus nueras no la quisieron dejar, pero ella tenía una actitud de amargura por lo que pidió llamarse, Mara. Su amargura fue transformada por Dios a través de la bendición de Ruth, con un proceso de restauración.

Pastora Eliana: Tan importante tener discernimiento espiritual para confrontar. Porque el corazón se divide, escuchando una de las partes. ¿Cuál es el pecado que está detrás de la amargura? ¿Desobediencia como la tuvo el esposo de Noemí? El Señor le había mandado que no se mezclen con naciones paganas. ¿Falta de fe?, enojarse con la falta de provisión, con todo o con mucho tenemos sustento. ¿La falta de perdón? Muchas veces hay insatisfacción, incluso puede ocasionarlo el poco contentamiento por lo que vivimos. Nos auto engañamos pensando que si estamos casadas no podemos ser felices porque no somos libres de hacer cosas, y si estamos solteras pensando que si estuviéramos casadas seriamos más felices. Solo hay plenitud en Cristo.

Tan importante cultivar la gratitud, ser agradecidas con el Señor por todo, porque él es Soberano.

Hna. Mery: La amargura echa raíces si no es tratada a tiempo, puede hacer raíces muy profundas y dar frutos de venganza como la muerte. Es guardar odio, rencor, resentimiento. Es una puerta abierta al diablo y a los demonios para destruir nuestra vida espiritual. Al compararse como un veneno daña al que lo siente, igual que a su entorno. La amargura trae consecuencias a la descendencia. Herodías abrazó la amargura y la traspasó a su hija, y cuando tuvo la ocasión de tomar venganza, pidió la cabeza de Juan. Ella estaba amargada porque Juan le hablaba verdad acerca de su unión con el hermano de su esposo.

Pastora Eliana: La verdad de Juan caló en el corazón de Herodías. Permitimos heridas, nos ponemos duras, insensibles y hostiles. Hacemos cosas equivocadas buscando la felicidad. La Biblia dice que Lea tenía los ojos caídos. Ella fue entrega por su padre en lugar de su hermana Raquel a Jacob, fue parte de un engaño, ella pensaba que con darle hijos, Jacob la amaría, pero no era así, hasta que se rindió. Los hijos, el esposo, no dan felicidad completa. Pero puede ser feliz y plena en el Señor.

Hna. Mery: Se usaba en la antigüedad el vinagre junto con la hiel para producir un analgésico, servía para aquellos que estaban en la cruz, y aminorar su dolor. En Mateo 27:34 Nos dice que Jesús al probarlo lo rechazó. Podemos entender porque nosotros vamos a vivir situaciones amargas, pero el Señor las conoce y es soberano.

Pastora Eliana: No dejes que la amargura llene tu corazón, háblale verdades bíblicas. La amargura trae dolor físico, dolor a los huesos. Muchas veces conduce a la depresión, provocando un desapego. Recuerdo que viví un tiempo donde no sentía el olor del aire. No lograba encontrar satisfacción. Mi proceso fue a causa de la idolatría, mi iglesia se destruyó, y pensé que nunca más habría otro lugar así. Pero me di cuenta que mi fe no estaba basada en Cristo. En cada proceso el Señor es quién quiere revelarse. En mi caso la idolatría me llevó a la amargura.  ¿Cuál es el dolor? ¿Cuál es el pecado? Hay que ponerle nombre a la causa. No tengamos un concepto elevado de nosotras mismas. Creerle al enemigo nos hace daño.

Hna. Daniela: El perdón. “Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir” Proverbios 31:25

“Fuerza “es la fuerza Dios que la ceñía. Su confianza en Dios le daba esa fortaleza física, mental y espiritual. Ella tenía esa fortaleza porque vivía en los caminos de Dios.

Su “Honor” es un reflejo de la gloria de Dios. Ella estaba vestida de la Palabra de Dios en su mente y así era como manifestaba esa fuerza y honor. “Se ríe de lo porvenir.”
Esta mujer no estaba preocupada por el futuro porque Dios la estaba capacitando y preparando para lo que vendría. Nada, absolutamente nada, la toma por sorpresa porque acude a Dios constantemente. Él es su guía. Siempre confiada en las fuerzas del Señor.

Necesitamos fijar nuestros ojos en aquél que puede hacer lo que nosotras no podemos; en Dios, quien es sabio, fuerte, justo y poderoso para sustentarnos, proveernos, sostenernos y darnos su gracia para todo lo que debemos hacer. Entonces, podremos transitar por las pisadas de estas mujeres confiadas en Dios.


¿PERDÓN O AMARGURA? – Efesios 4:32 dice: “Sean bondadosas y compasivas unas con otras, y perdónense mutuamente, así como Dios, las perdonó a ustedes en Cristo.” ¿Tienes alguna raíz de amargura en tu vida hoy?

El perdón es la esencia de la fe cristiana. Como hemos recibido el regalo del perdón de Dios, debemos de vivir una vida perdonadora. Cuando Jesús nos enseñó a orar, Él incluyó palabras perdonadoras en Mateo 6:12, “Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” perdonar a los demás es imprescindible para que Dios perdone nuestros pecados.

El perdon es difícil e imposible por nuestra fuerza humana. El Hijo pidio perdon cuando lo crucificaron “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Lo que Dios hizo por nosotras, a través de Cristo, nos debe motivar a vivir una vida de perdón. Esto incluye perdonar a aquellos que nos hacen daño.
De una forma u otra, todas hemos sentido el dolor, y el maltrato de otros. Y sin embargo, no debemos de vivir en amargura, SINO EN PERDÓN. Hasta Jesús nos alentó a que oráramos por nuestros enemigos, y por todos aquellos que nos desprecian.

Pastora Eliana: Oseas perdonó a su mujer, la que tomó siendo una ramera, pero lo hizo en obediencia. La iba a buscar y la perdonaba. Así nuestro padre quiere perdonarnos. Él nos rescató la condena, en Dios hay un amor compasivo. Pida fuerza al Señor, él nos ama y nos enseña a seguir adelante. Es extender el perdón, es extender la gracia.

Hna Daniela: ¿Qué nos puede ayudar a perdonar?

 Mateo 6:14, 15. “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro padre celestial. Más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.”

Seamos comprensivos. Todos somos imperfectos (Santiago 3:2). Puesto que deseamos que los demás perdonen nuestros errores, nosotros también debemos perdonar los suyos (Mateo 7:12).

Seamos razonables. Si el error es de poca importancia, tenemos que poner en práctica el siguiente consejo de la Biblia: “Continúen soportándose unos a otros” (Colosenses 3:13).

Actuemos de inmediato. Esforcémonos por perdonar enseguida en vez de dejar que se intensifique la ira (Efesios 4:26, 27). Airaos, pero no pequéis, no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.
Puedes hacerlo tú solo. El perdón puede ser unilateral.

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
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