Inclinando el corazón a la Santidad

Hay señales, debemos estar alertas. La OMS quiere el control total de la salud, con autoridad para encerrar a las personas. Los virus congelados volverán a estar activos. Hay escasez de alimentos. Científicos dicen que la tierra está muriendo. Piedras hablando a causa de los fenómenos de la naturaleza.

La Palabra dice en Lucas 21:27-28:

“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”

La escritura nos demanda ser firmes; que los corazones no se carguen de glotonerías. Dignos de escapar. Nos llama a mantenernos de una forma digna. Manteniendo cuentas cortas, en tiempos finales el cristiano no se puede darse el lujo de no perdonar porque el Señor viene y tiene que hallarnos dignos. Necesitamos tener un corazón limpio, en paz de manera que ninguna cosa que haya sucedido lo haya dañado, es un desafío porque somos caídos, pero hagamos todo lo posible para estar en paz; si no es posible porque la otra persona no quiere perdonar, descansemos. No puede haber falta de perdón en las familias, los hijos, los esposos, Él viene.  Nosotros debemos ser reflejo de Cristo, las tinieblas no pueden permanecer si Él está.

¿Cuál es nuestra expectación sobre la venida del Señor? ¿Hay desespero? Muchas veces solo decimos “ven Señor” sin que este salga desde lo profundo del corazón.

Los judíos jamás se imaginaron que Cristo vendría como un cordero, ellos le esperaban como libertador. Reyes y magos tenían conocimiento, vieron las señales de los cielos y llegaron ante el Señor. Y nosotros ¿Por dónde andamos viendo las señales? ¿El corazón está inclinado hacia Él?

La esperanza de la venida del Señor trae aliento. Es el espíritu Santo quien nos hace ver que viene el Señor, para que no nos enredemos en los negocios de la vida (Lucas 21:35). ¿Está listo el corazón? Tenemos que crucificar todas sus intenciones, se tiene que alinear, ya no vivimos nosotros sino el Señor, dejemos de batallar con nosotros mismos. La palabra nos dice que “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios” 2 Pedro 3:11-12.

¿Sale del corazón la piedad? Esta una parte de la Santidad. El perdón es parte un corazón piadoso. Lo que sale de la boca nace en el corazón ¿cómo nos tratamos? ¿Bendecimos o maldecimos? ¿Estamos reflejando santidad siendo piadosos? La santidad está muy ligada al amor, aunque practiquemos ciertas cosas, es imposible ser santos si no amamos. La Santidad de Cristo cubrió nuestra vida; la gracia de Dios se ha manifestado, entonces debemos renunciar a la impiedad ¿Qué estoy haciendo para la manifestación gloriosa del Señor o aún sigo esperando más señales? El Señor viene, por tanto “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”, Hebreos 4:16. Ya viene el día de la ira del Señor y “todos los soberbios y los que hacen maldad serán estopa”, Malaquías 4:1.

El Señor limpie nuestro corazón, Él descendió a la tierra, pero el estándar de su Santidad no ha bajado. El Señor nos lleve diariamente a estar irreprensibles delante su presencia. Tenemos que guardar el corazón, tenemos que perdonar a los que amamos y a los que no nos aman, somos imperfectos. Que nada nos impida estar con Él.

Señor ayúdanos hasta el final, haya en nosotros el ferviente deseo de verle, no permitas que ningún corazón se llene de glotonerías, sino que se apresure a perdonar, a no guardar nada, enséñanos, libertanos, cúbrenos de tu gracia; eres el fuego que consume.

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
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