Panorama Bíblico

Dios en perfecta sincronía al principio llamó a Su pueblo a conocerle, después los apartó del tiempo de los profetas y con el periodo de silencio los llevó a esparcirse y así llevar a cabo el mayor y grandioso plan: dar a Su Hijo como sacrificio vivo, para que el mundo pudiera conocerle y ser salvos por Él. Las escrituras desde el A.T., el periodo intertestamentario y hasta el N.T. nos habla de lo perfecto que es Dios. 

En el libro de Génesis vemos a Dios, la humanidad, las promesas y los mandatos de Dios. Sobre todo vemos lo magnífico que es Él. El gran Yo Soy es el protagonista de esta historia. Cayó Adán y con él la humanidad, con ello se tiene una herencia pecaminosa pero Dios da a los hombres un plan de redención.

Abraham es llamado el padre de la fe, pero también es llamado amigo de Dios. Podemos ver que para forjar una amistad se necesita tiempo, lealtad y confianza.  Abraham tuvo que pasar circunstancias que a simple vista pareciera que falló, pero el hecho de salir de Ur dejando toda su familia y lo que tenía obedeciendo la promesa que Dios, habla de este varón como varón de fe.

El Padre enseña la ley a su pueblo para tener una relación más íntima con Él. Su pueblo debía aprender que no se puede menospreciar la revelación de un Dios Santo y violar su pacto con ligereza. Cuando el pueblo transgredió la ley, Moisés como líder ejemplar, con un corazón ligado al pueblo de Israel estaba dispuesto a ser borrado del libro de la Vida con tal que Dios perdonara al pueblo.

Estudiar los libros históricos nos enseña que nuestra realidad humana y pecaminosa, no está y no estará alejada de lo leído.  Así como a los antiguos hebreos, necesitamos que Dios actué para salvar lo que se había desviado.

¿Podemos sentirnos desamparados o huérfanos? NO, nuestro Padre amoroso nos dejó estos libros especiales que nos hablan del poder y misericordia de Dios.

En la Biblia hay una larga lista de profetas que servían como mensajeros del Señor a la nación y al mundo, pero fué sólo Moisés a quien el Señor llamó primero y lo instituyó como profeta. Moisés es el mayor profeta del Antiguo Testamento.

Dios envió a Jesús en un tiempo divino, donde se consumó el más grande y perfecto sacrificio en el cual nosotros fuimos enfrentados a esta verdad y fuimos rescatados y perdonados.

Los evangelios sinópticos. Una sincronía de la verdad, Cristo el Salvador del mundo.

En el libro de Hechos usted verá como la obra del Espíritu Santo trae unidad, esperanza y fortaleza para su Iglesia.

El libro de Apocalipsis habla de los tiempos finales y nos da una voz de alerta. La voz de Dios que está presente siempre, recordemos que Él está en el pasado, en el presente y el futuro. Dios es Señor de los tiempos.