Invitadas: Hermanas Aurora Vergara y Cecilia Cabrera
Pastora Eliana:Ser ayuda es una cualidad dada a nosotras las mujeres. Muchas veces en el lugar que estamos queremos ser más cabeza que ayuda. La mujer no sólo se viste con decoro sino también de buenas obras. Es abrazar el diseño, yo lo acepto. Este día hablaremos de la mujer en la sociedad.
En el trabajo. ¿Cómo se mueve la mujer que sale a trabajar? Como dueñas de casa a veces cumplimos también con este rol.
Hna. Aurora: Fuera de casa desde hace un tiempo la mujer ha ido ejerciendo un campo laboral más amplio, hay más médicos mujeres, en el ejército, en la construcción, y en otras áreas también. Podemos preguntar ¿Por qué la mujer está saliendo a trabajar? ¿Realmente es necesario? Cuestionarnos el porqué de nuestras razones delante del Señor y con verdad en el corazón. ¿Cuál es la intención del corazón? ¿Es deseo o necesidad? ¿Quiero ser reconocida o valorada por los demás, por mis pares, por la sociedad, o sólo es el deseo de salir? Cualquier razón debe estar centrada en el corazón.
Pastora Eliana: Como consecuencia las mamás no pueden estar con los hijos para criarlos, sino que lo hacen otros. ¿Cómo nos conducimos siendo cristianas?
Hna. Aurora: Consideremos que si alguien cuida a los niños, existe un costo económico que se cubre con gran parte del sueldo ganado. Adicionalmente una mamá que trabaja fuera de casa gasta más energía.
Como cristianas en este mundo tenemos formas para conducirnos y que se encuentran en la Biblia. La biblia nos corrige. Nos pone en el camino, nos instruye. La Biblia dice que debo amar el diseño de Dios, esto también se aplica en la sociedad, en mi trabajo.
Considero que no soy una trabajadora más, sino que muestro mi identidad cristiana, no tan solo lo parezco, lo soy. Se tienen que ver las cualidades con las que fuimos creadas (apacible, afable, pudorosa, casta, fiel, etc.) para ser luz y sal en este mundo de tinieblas. Hay mucha necesidad y debemos llevar el evangelio que transforma vidas.
Trabajamos para la gloria de Dios. ¿Existe sujeción de nosotras a nuestros jefes sin murmuraciones? Debemos trabajar como para el Señor y no al ojo.
Me visto en mi trabajo con pudor. Examino mi uniforme, si lo tengo, y no lo adecuo de forma que muestro o hago alusión a la forma de mi cuerpo. No me pongo una blusa insinuante, ni un pantalón apitillado. Nos tenemos que arreglar; sí, pero primero para mi esposo y como soltera para mi Señor. Yiye Ávila decía “que la mujer es codiciable”. Soy casta para alejar las miradas y halagos hacía mí para no ser codiciable. No mostrar lo privado como público. La mujer es coqueta para su marido y con nadie más, evitando que hombres adulteren con ella.
Pastora Eliana: Entender esto en la carne puede sonar muy religioso, pero en el espíritu se entiende. Se entiende que la falda no es tan corta, ajustada, que el escote no es largo, y la blusa no es transparente, y el pantalón si lo usa, no es apitillado sino de vestir. Vistámonos de acuerdo a nuestra edad, envejezcamos con dignidad, no vistiendo como joven cuando ya somos más maduras. No dejaría a mi esposo con ninguna mujer indecorosa. Varones con cargos de liderazgo son más codiciables para las mujeres. Cuide su testimonio. No se quede a hablar a solas con un varón. La biblia dice que las mayores enseñen a la menores.
Hna. Aurora: La mujer trabajadora es fiel a su esposo. Muchas veces se llega al trabajo después de una pelea matrimonial, y el enemigo puede usar a otro varón para alagarnos, esta situación puede llegar hasta el corazón. Aunque el esposo no la vea en sus acciones, la mujer cristiana es fiel con todo. Es una decisión del corazón el amar y ser fiel.
Podemos hablar de la forma que se relaciona una mujer en el liderazgo; ella no grita, sino es la mujer que muestra sus virtudes en el lugar donde trabaja, es respetuosa con aquellos que preside. La mujer desde la caída ha tenido una lucha por sojuzgar al hombre. La vida de Esther es un claro ejemplo de una mujer puesta en eminencia que supo dar el trato correcto a sus siervos, a su rey y a su potencial ejecutador, Amán.
Lidia era diligente en su trabajo, recibió al apóstol Pablo en su hogar y seguro le servía. Que hermoso, una mujer que aunque trabajaba seguía dando testimonio de su diseño.
Pastora Eliana: ¿Porque salir a buscar ayuda afuera? Sobre todo cuando hay niños pequeños. No perdamos este tiempo, un hermoso regalo del Señor.
Ahora estamos con mi hermana de Cecilia y nos compartirá su testimonio de mujer cristiana en el hogar.
Hna. Cecilia: Soy casada, me casé a los 23 años de edad, con el que es mi esposo David Castillo, tenemos 3 hijos, Lucas, Kamila y Mathías.
Empecé a trabajar desde muy pequeña, a los 7 años ayudaba a una mujer enferma, al poco tiempo terminé haciéndome cargo del cuidado de toda su casa, su hija y ella misma. El pago era simbólico, pues me pagaban muy poco por ser niña; y así continúe trabajando por varios años. Llegué al evangelio a causa de una enfermedad que el Señor curó; ahí conocí a mi esposo y los 21 años, cuando nació Lucas (nuestro primer hijo) no quiso que yo trabajara más, pero estaba tan acostumbrada a gobernarme por mí misma, que no quería depender de nadie, así que empecé a trabajar a escondidas de él; dejaba la casa ordenada y salía a trabajar y volvía antes que llegase. Mi esposo me empezó a preguntar por las cosas nuevas de mi niño, sus zapatitos, ropa, etc., y como era cristiana la mentira me pesaba y confesé lo que hacía y seguí trabajando. Tiempo después nos mudamos a Valparaíso; la casa a la que llegamos no tenía luz, ni agua y daba mucho trabajo mantenerla. La provisión de mi esposo era muy justa, en ese tiempo fue una dependencia de vivir con lo que Dios proveía. Al volver a Santiago me propuse trabajar para tener mejores cosas, un computador y algunas comodidades; así que, así lo hice por un tiempo para apoyar a mi esposo. Cuando nació Mathías, y vi a mis niños pequeños tomé la decisión de cuidar a mis hijos, mi esposo me pidió que lo apoyara trabajando pero yo ya no quería. Entendí que mi labor era cuidad a mis hijos.
Nosotros vivíamos en la casa de mi suegra, ella murió un tiempo después a causa de un cáncer. La cuidé con buena actitud y con amor. En el proceso de su enfermedad el Señor habla y nos dice que nos daría una casa en un año. Y así fue, el Señor puso en el corazón de mi suegra dejarnos su casa.
Pastora Eliana: El Señor nos dice que con sustento y abrigo debemos estar conformes, y al aceptarlo debemos vivir en paz, creyéndole a Dios que él es quien cuida de nosotros. Dios es ordenado. Con poquito o con mucho Él es nuestro sustento, él nos bendice. ¿Nos podrías dar consejos para ser una mujer cristiana en el hogar?
Hna. Cecilia: un poco de mi día es:
- Despierto a las siete a.m. o un poco antes. Empiezo ocupándome de mí mamá la cual es dependiente de mí en su aseo, alimentación y todo lo que lleva hacerlo.
- Luego desayuno con mi esposo e hijos.
- Preparo el almuerzo
- de 12-13 tengo el tiempo de oración.
Como cristiana debemos tener ciertos hábitos, y si no los tenemos podemos comenzar a formarlos. Es necesario conocernos, examinar nuestros tiempos, y empezar a tener un orden para enfocar las prioridades. Heredamos los hábitos a los niños.
Todos debemos cooperar. Con los niños empezamos de muy pequeños a ser constantes en la instrucción con respecto al orden. Si juegan, luego deben ordenar. Ahora veo el fruto, mis hijos son ordenados. Mi hija de 15, cocina para la familia cuando es necesario.
Como no sé si habrá imprevistos al día siguiente, preparo la casa la noche anterior, la dejo ordenada. Lo bueno es que ahora ya mis niños son más grandes y ayudan. Puedo ver la recompensa de ser persistente en la instrucción.
Pastora Eliana: la palabra de Dios sigue siendo vigente, ella no ha cambiado. El empoderamiento de este tiempo ha traído mochilas pesadas, difíciles de llevar.
Si está estresada por las situaciones salga a caminar con su esposo, si es casada. Si es soltera visite a una mujer para edificarla.
Corazones transformados por Cristo 