Promesa a la iglesia de Efeso

(Segunda parte)

PROMESA A LA IGLESIA DE EFESO

En Génesis 2:9 la palabra de Dios dice: “Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.”

Tras la lectura podemos comprender que en los tiempo de Adán y Eva, se mencionan dos árboles; uno era el árbol de la vida y el otro el árbol de la ciencia del bien y del mal y como es de conocimiento nuestro, el fruto de éste último árbol era prohibido para Adán y Eva, Dios les había dicho: “Y mandó el Eterno Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:16-17). Llama la atención que Dios les dice que de TODO árbol podían comer, de TODO, excepto del árbol de la ciencia del bien y del mal, con eso podemos deducir que Adán y Eva tenían acceso también al árbol de la vida, ellos podían comer de ese fruto, pues ambos estaban en santidad, eran creados a la imagen del Dios Santo y por eso podían disfrutar del árbol de vida.

El deseo de Dios era que todos esos árboles sean suficiente para Adán y Eva, y en el libre albedrio les dejó decidir, sabemos cuál fue la decisión de ellos, decidieron desobedecer al Señor e ir tras el árbol de la ciencia del bien y del mal, éste árbol que era un árbol opuesto al árbol de la vida, podríamos llamarlo como el árbol de la muerte, y eso fue lo que sucedió. Tras decidir desobedecer a Dios, entró el pecado al mundo y fueron alejados del árbol de la vida, no solo ellos si no también toda la humanidad.

Algunos de nosotros podemos decir “que injusto, nosotros no podemos decidir”, ¡¡Adán y Eva decidieron por nosotros!! sin embargo, podemos ver que no es así, usted y yo tenemos la oportunidad de tener acceso a ese árbol de vida.

En Apocalipsis 2:7 en el mensaje a la iglesia de Éfeso, Dios dice: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.” Si nosotros vencemos a las tentaciones y pecado, si llevamos cada día los deleites de nuestra naturaleza a los pies del Señor y caminamos en el primer amor, Dios nos promete que nos dará de comer del árbol de vida. ¡¡Gloria al Señor!! Nada está perdido, en este tiempo también nos permite decidir, usted y yo decidimos ¿vamos detrás del árbol de muerte? o corremos en mira al árbol de Vida, la Vida que es Cristo mismo ¡Cristo es la VIDA! ¡Gracias Señor por tu promesa! Amén.