¿Cómo adornas tu vida?

“Ella se hace tapices; de lino fino y púrpura es su vestido”.

Proverbios 31:22

Vimos en el anterior versículo que la mujer de Proverbios 31 se preocupaba de vestir a su familia a sus criadas y no sólo una vestidura normal sino una reforzada, dice que Lea vestía de ropas dobles a su familia además de buscar siempre lo mejor para ellos hasta el punto de poder vestirlos con colores rojizos muy elegantes, colores cálidos que les abrigaban ante los duros inviernos en las que se vivía allá en el norte en Israel. 

Los tapices eran telas gruesas combinados de dibujos tejidos en hilos de distintos colores, muchas veces usados para fabricar como colchas, otras veces para adornar paredes o el suelo y también proteger del frío. Específicamente en Proverbios 17:16 no dice que la mujer de Proverbios también tenía colchas cordoncillo de Egipto, debieron de ser muy hermosos además de ser muy útiles. ¿Cómo las hacía? Ella tomaba hilos para tejerlos posiblemente con las manos con la rueca y con telares. Con los tapices ella adornaba su casa, buscaba que fuera acogedora, estuviera ordenada, limpia y sobretodo abrigada. Recordemos que los pisos donde ellos acampaban eran de tierra, de piedra por lo que era necesario cubrirlos para que no fuesen tan fríos, aún cuando se sentaban a la mesa necesitaban que el piso estuviera cubierto, así como también los muros y las camas, todo para darle mayor calidez a su hogar. 

“De lino fino y púrpura su vestido”

El lino fino se extraía de una planta herbácea llamada lino que tenía el tallo recto y hueco, y ramoso en su extremidad, hojas lanceoladas, flores azules formadas por cinco pétalos y semillas aplanadas brillantes. El Lino fino tenía un precio muy elevado, alcanzable sólo para la nobleza, también para la realeza; el costo de una vestimenta de lino equivalía sin problema a 2 años de trabajo. El tejido de lino sin embargo era muy resistente, protegía de los rayos ultravioleta, era fresco y frío al tacto. En la Biblia las vestimentas de los sumo sacerdotes eran de este hermoso material. 

Púrpura era un color extraído de las conchas del mar, a veces también conocido como escarlata, era un tipo de rojo qué se usaba para teñir las telas de la gente noble, vestimentas de este color caracterizaban a personas de la realeza.

Recordemos que la mujer de Proverbios económicamente tenía una buena posición así que para ella tener este tipo de ropa de lino y púrpura era alcanzable. Antiguamente la bendición material representaba la visión espiritual, la bendición de Dios.  Más Pedro les enseña lo que es necesario:

“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos,  sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”. 1 Pedro 3:3-4.

Está diciendo que es necesario vestirse de esta forma para mostrar la bendición espiritual. En el nuevo pacto Jesucristo es quien nos viste y nos saca los pesos de lo material. No es la forma de nuestro vestir que muestra que seamos bendecidos si no es la modestia, que nuestro corazón transformado demuestra en nuestras acciones, en nuestra forma de ser; este verso nos invita a no estar pendiente de ponernos tantas cosas, Jesucristo es quién viene a sacarnos, a librarnos de las ataduras de lo material. Más allá de cualquier adorno caro, es mejor que podamos poseer  un espíritu afable, que ser agradable, ser dulce, suave con la conversación, ser abordable. Ser apacible, es decir ser libre de brusquedad, de violencia y así poder manifestar un carácter de paciencia, tranquilidad para hermosear la obra del Señor en nosotros.

Pero muchas veces somos tan enojonas que llegamos a pecar. 

“Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo Es la mujer hermosa y apartada de razón”. Proverbios 11:22

¿De qué nos sirve vernos hermosas y tener una casa bien adornada? Si no somos sabias como la mujer de Proverbios 31 seremos semejantes a cerdos qué exhalan hedor por sus bocas con malas palabras, malas actitudes, hablando con impaciencia siendo bruscas y ruidosas. El Señor nos ayude si estamos en este estado. 

Avanzando las escalas para llegar a ser la mujer de Proverbios 31 debemos ser como ella, que ella era sabia, hablaba bien, se vestía bien, era sensata, prudente en lo que hacía, meditaba, pensaba al adquirir algún bien. 

El vivir en Cristo se requiere que tengamos que morir a nuestro yo, muchas veces no queremos hacerlo, nos cuesta ver al otro en amor y sólo criticamos las áreas que en ellos vemos mal. Tenemos que entender que vivimos dentro de una comunidad, dentro de una familia, dejémonos de ser ruidosas de pelear con nuestro cónyuge, con nuestros hijos, en el afán de verlos como pecadores, pecamos. 

Nuestro Dios conoce lo profundo de nuestro corazón, cada intención. El atavío de la mujer cristiana es del interior. Dios nos hizo reyes y sacerdotes para acercarnos a su presencia y cuando él nos ve, nos ve a través de Jesucristo. 

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
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