Restaurando la familia

Isaías 58:12

Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.

Aunque el profeta Isaías comenzó a escribir las profecías después de Oseas, Joel, Amós y Abdías. Está primero que ellos en nuestras Biblias, esto como orden teológico.

¿Por qué razón? Porque sus profecías están muy ligadas al Mesías. De hecho, algunos estudiosos lo apellidan “el profeta evangélico”, y algunos escritores le llamaron el quinto evangelio.

El contexto de este capítulo habla de la rebelión y el pecado del pueblo de Dios, que aunque ayunaban y decían buscar el rostro del Señor, estaban muy lejos de Él. Ayunaban y afligían sus cuerpos, y hasta reclamaban por respuesta, y Dios no respondía. El Señor les indica claramente cuál es el tipo de ayuno que es grato delante de él en los versos 5 al 7.

NO BASTA VESTIR CENIZA Y CILICIO MORTIFICANDO EL CUERPO EXTERIOR SI EL CUERPO DE PECADO INTERIOR SIGUE INTACTO.

Este pueblo era legalista e hipócrita. Ayunaban para ser vistos. No eran misericordiosos, no perdonaban sus deudas, no perdonaban la ofensa sino más bien apuntaban con el dedo a quienes estaban en error o pecado. No vestían al que no tenía ropas apropiadas y dignas como personas. No daban pan al hambriento.

Vemos un tremendo contraste con aquella ciudad de Nínive, que siendo paganos y malos en sus corazones, escucharon la advertencia de Dios por medio del profeta Jonás. Por otro lado, Jonás se opuso a este mandato, pues se consideraba superior como persona delante de Dios al lado de estos paganos, pecadores, inmorales y criminales.

El Señor escuchó el clamor, la súplica y arrepentimiento de toda una ciudad que temió el castigo de parte de un Dios que ellos no adoraban. Ellos vieron su bajeza y pecado ante un Dios Santo y Justo, y se arrepintieron de sus malos caminos.

Así llegamos al verso 12

Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.

Isaías 58:12

¿Qué es portillo?

Portillo es una pequeña puerta hecha en el mismo portón de una gran entrada. También es una grieta o perforación en un gran muro.

¿Por qué se producían estas grietas?

Podía ocurrir por fenómenos naturales como temblores o terremotos de gran magnitud, así como por ataques de enemigos de aquella ciudad amurallada.

¿Qué son las calzadas?

Son calles transitables. Caminos adecuados para llegar a un lugar específico.

¿Qué podemos restaurar?

Nuestro hogar, nuestra familia, nuestros matrimonios, nuestros hijos, nuestra comunión con Dios.

¿Cuáles son esos caminos o calles?

Caminos de paz, santidad, perdón, de gracia, misericordia, de comprensión, de comunicación.

¿Cómo podemos hacerlo?

Así como Nínive, escuchó la voz del Señor, miró su pecado, su bajeza y maldad. Y rogó, suplicó el perdón y restauración de Dios por sus vidas.

Testimonio Matrimonio Castillo Cabrera

Agradecemos a Dios por la invitación. Soy el hermano David Castillo junto a mi esposa estamos casados 23 años, tenemos tres hijos. He sido diácono y ahora soy anciano de la Iglesia.

El tema de la viña y las zorras, es un tema que marco nuestros vidas. Pareciera que los muros estuvieran fuertes en apariencia, pero era una mentira, muchas veces vinimos a la Iglesia de una forma que no es agradable al Señor. El descuidarnos a nosotros, podíamos correr para otros, pero en la intimidad de nosotros era difícil, no teníamos comunicación era cada uno por su lado. Es un reconocer nuestro orgullo, el pensar que siempre uno tiene la razón, lo mas fácil es culpar al otro. El tema de la viña fue un confrontar en mi vida, era lo que habíamos estado viviendo. El Señor llego a tiempo. Muchas veces las construcciones de las paredes de adobe parecen estar bien, pero cuando hay grietas esas paredes puede caer. Así era nuestro hogar a punto de una destrucción total. Nos habíamos descuidado de lo primero que Dios nos había dado, nuestro matrimonio, nuestro hogar. Aunque veníamos a la iglesia y participábamos y hacíamos lo que teníamos, pero en la casa estaba a punto de romper. Empezamos a recibir consejo, a escucharnos el uno con el otro. Damos gracias al Señor por llegar a tiempo, por llamarnos con cuerdas de amor empezamos un proceso distinto, estamos en una otra etapa, no es fácil, es un trabajo arduo, pero agradecemos al Señor por su fidelidad y misericordia. El Señor nos ayude hasta que Él vuelva, en este proceso nos permite salir en victoria. Estamos en el proceso de sellar las grietas y con la fuerza de su Espíritu sanar todas las heridas, nos pedimos perdón.