Juan Bautista Canut de Bon

JUAN BAUTISTA CANUT DE BON GIL, perseverancia y un legado.
Juan Canut de Bon nació el día 30 septiembre de 1846, en Valencia, España. Siendo de una familia católica, entra a la escuela Pía de su ciudad. A los 18 años, ingresa a la Compañía de Jesús.
A raíz de la situación social de España lo envían a Argentina, país en el que aprende homeopatía, luego se traslada a Chile donde el 30 de abril de 1871 se retira de la orden jesuita “pues tenía la necesidad de seguir estudiando.” En 1872, se radicó en Los Andes, lugar en el que se dedicó a la compraventa de telas y ese mismo año se casó con Virginia Robles Aguilar, con quien tuvo 4 hijos.
Su primer encuentro con Cristo fue por medio de un ejemplar del Nuevo Testamento en el andén de una estación de ferrocarril en Quillota. 4 años más tarde tiene la oportunidad de conocer al predicador Robert MacLean, de quien se hizo amigo. Su forma de predicar fogosa, de gran oratoria y conocimiento le significó muchos enemigos en la iglesia católica por lo que, sus clientes le abandonaron. Fue también distribuidor de biblias y tratados, además de Pastor de la Iglesia Presbiteriana. Posteriormente conoció al Dr. LaFetra, quien lo incorpora a la naciente Iglesia Metodista. Se dedicó entonces a predicar de tiempo completo en ciudades del norte. Luego fue enviado a ciudades sureñas y lugares donde la iglesia católica no tuviera mucha influencia. En 1896 se traslada a Santiago por motivos de salud donde muere el 9 de noviembre del mismo año.
Sin reserva: no le importó perder su negocio, que sus clientes lo abandonaran. No le importó la persecución y las burlas de aquellos que escuchaban su predicación callejera y le apedreaban (no con piedras pequeñas). No miró su integridad física, ni la de su familia, sino que la pasión que ardía en su corazón le llevó a seguir perseverando en la predicación de la locura del Evangelio (Perseverancia es constancia en la virtud y en mantener la gracia hasta la muerte).
Sin retorno: A pesar de los enemigos Canut de Bon no paró en su obra Pastoral y evangelista, predicando, visitando enfermos y pobres, bautizando y llevando las gratas nuevas de salvación. Labor que realizó hasta el día de su muerte. La biblia dice “… se fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida” (Apocalipsis 2:10).
Un extracto de misiva remitida al Reverendo LaFetra es el testimonio de su vivencia en la nortina ciudad de La Serena: “Cuando salgo por la calle todos los días, no se oye más que gritos al lobo canuto, al apostata, el diablo, al loco. Toda la gente a las puertas. Yo, saludando. Alguna pedrada de estos trae muchas cuestiones y no son gente baja sino jóvenes, niños y mujeres decentes. Los pobres me defienden…Los conventos todos los días predican contra mí. Yo creo que alguno de mis hijos va a ser el primer mártir de Jesucristo. Ellos tienen ahora mas fe, aman a Jesús. Mi Virginia (esposa) está conforme, pero tiene miedo que maten a los niños.” ¡Tremendo testimonio!
Sin nada que lamentar: el Pastor Canut de Bon, fue un hombre que dejó un gran legado que hasta hoy existe en nuestras Iglesias Evangélicas (Legado es algo material o inmaterial que se deja de generación en generación) y que es la predicación a la calle. Por medio de ella, muchos han conocido al Señor. Él nunca se lamentó, al contrario, siguió adelante al ver que muchos llegaban al arrepentimiento. La escritura dice “no nos cansemos, pues, de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gálatas 6:9).
1°de Reyes 18:36-39 “Elías y los profetas de Baal”
El pueblo de Israel estaba desordenado e infiel al Señor, se inclinaban al Dios verdadero y también al dios Baal buscando solo su propio beneficio.
Podemos ver la perseverancia, fe y confianza de Elías en Jehová de los Ejércitos, ya que, alentaba a los profetas de Baal para que clamasen a su dios pagano, pero él no los escuchaba. Sin embargo, cuando Elías clamó al cielo y rogó que cállese fuego y que consumiese el holocausto, así fue. Como entonces, ahora podemos ver a un Dios que sigue respondiendo nuestro clamor. “Orando en todo tiempo con toda oración y suplica en el espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y suplica por todos los santos” (Efesios 6:18). El profeta un hombre perseverante al igual que Juan Canut de Bon. De la misma forma nosotros debemos permanecer, firmes en la gracia de nuestro Señor Jesucristo, predicando el Evangelio, sin mirar las circunstancias. La iglesia debe seguir perseverando en la oración, seguir predicando para que muchos sean salvos, porque a su tiempo su clamor será respondido.
Sin reserva: Debemos estar dispuestos a pagar el precio, el vituperio, las burlas, el desprecio. Cuando nosotros vamos a la calle no sufrimos lo que este hombre vivió, pero ¿y si así fuera? ¿estamos dispuestos a dejarlo todo por aquel que nos ha dado salvación y vida eterna? El Apóstol Pablo dijo “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más Cristo vive en mí” (Gálatas 2:20).
Sin retorno: No podemos abandonar el llamado que Dios nos ha dejado a través de la escritura “Por tanto, id y haced discípulos…” (Mateo 28:19). Que importante permanecer firmes en la verdad del Evangelio y no volver atrás. Recordemos que “Jesús dijo: Ninguno que pone su mano en el arado y mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” (Lucas 9:62). Que nuestros ojos permanezcan mirando a Cristo, que no se nos escape esta salvación tan grande. “… y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; más el que persevere hasta el fin, este será salvo” (Mateo 10:22).
Sin nada que lamentar: Que nuestra actitud sea la correcta luche con la carne, arrastre la carne, sea vencedor; a veces oramos por situaciones: pueden ser faltas de trabajo, por ejemplo, pero créale al Señor, él abre puertas. Por mucho tiempo busqué trabajo en el lugar donde vivo y no había nada, me quería ir al norte a trabajar y el Señor no lo permitió, pero hoy Dios me ha dado un buen trabajo, nunca imaginé que estaría en la posición laboral que hoy me encuentro. No tenemos nada que lamentar, hemos confiado en el Señor y hoy podemos ver su provisión y misericordia para con nosotros.

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
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