Niños hipersexualizados

En 2001, el Ministerio de Educación del Gobierno británico de David Cameron encargó a Greg Bailey realizar un estudio sobre la sexualización y comercialización de la infancia, el resultado de este estudio se le denominó “El informe Bailey”; donde explica el concepto de la siguiente forma:

“La sexualización de las expresiones, posturas o códigos de la vestimenta considerados como demasiado precoces”.

En pocas palabras, la hipersexualización infantil es adelantar a un niño en el área sexual, esto se hace con estímulos externos, vestimenta, lenguaje, música. Comienza desde los 3 años comienza aproximadamente, cuando el niño tiene una comunicación efectiva en el lenguaje con otras personas. Se comienzan a querer parecer, imitar lo que ven y escuchan, entre los 2 y 7 u 8 años. Ven a mamá maquillarse por ejemplo, o la forma en que se viste… pues el niño cree que esa es la forma correcta de hacerlo. La sociedad y los medios de comunicación nos muestran este bombardeo de modelos e ideales a seguir, de hombres y mujeres. Afectando su desarrollo natural y saltan etapas del desarrollo, llevando a cabo actividades que no pertenecen a su edad (seguir dietas, ir al gimnasio), adaptándose a sus pares grupo para no verse excluido.

Hay niñas youtubers que enseñan a maquillar, enseñan a ponerse pestañas, hay presión social con sus amigos y sus familias, y muchas veces nos cuestionan lo que permitimos y lo que no. Es importante que estemos conscientes de las etapas que tienen que vivir nuestros niños. Somos nosotros los que muchas veces ponemos en ellos este pensamiento sexual; la forma en la que nos sacamos una foto, o la forma en la que los vestimos; de esta forma entienden que el único estimulo que tienen para agradar a las personas es la sexualidad, el cuerpo y la imagen.

En el año 2020 las marcas Monarch, CMorán y Motta (de falabella) fueron acusados de hipersexualizar a niñas en su publicidad para campaña escolar. Las autoridades afirmaron lo siguiente: “Nos parece de extrema gravedad y relevancia la sexualización de niñas y adolescentes, es el primer paso para la violencia que tienen que sufrir las mujeres el resto de sus vidas”.

Nos podemos dar cuenta que nuestras niñas están expuestas a estos programas de animación japonesa, los animés, estos se caracterizan por un grafismo crudo y argumentos que frecuentemente tratan temas fantásticos o futuristas; esto muestra una irrealidad, imágenes insinuantes hipersexualizando a los pequeños.

Muchos de estos tienen contenido hentai. Hentai quiere decir “es de origen Hentay Seiyuko”, una frase que significa “un deseo sexual anormal y pervertido”. Esto es pornografía gráfica.

Algunas de estas animaciones japonesas son:

• Naruto: es un niño huérfano, sus padres murieron en el ataque del zorro demonio. Luego el se convierte en un zorro demonio de 9 colas.
• Nezuko: es hija de una vendedora de carbón, es la hermana menor que se convierte en un demonio.
• Anya: es una niña adoptada con la finalidad de formar una familia falsa para poder resolver una misión que se trata de traer paz a dos naciones. Ella tiene el poder sobrenatural de leer la mente.

“Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios”. Proverbios 4:20-23

Para esto tenemos que ser responsables, disciplinados con los hijos.  “No te pintes las uñas, no escuches esa música, no te pintes el pelo, etc”

Cuando dejamos que esto suceda, que nuestros niños crezcan con estos estímulos y estallido de irrealidad, pues al crecer el único vinculo que tienen con otras personas es la imagen y sexualidad. El abuso sexual es un riesgo enorme, entre los 4 y 11 años. Porque estamos haciendo ver a nuestros niños de una manera sexualizada, manifestando formas y que prácticamente “está disponible”.  No debe ser así las niñas no son jóvenes, para que se atavíen.  De la vida de Sansón aprendimos que el tenía un deseo desenfrenado por las mujeres, era agresivo. Estemos atentas a sus conductas ¿Están agresivos? ¿ o muy callados? Si es así hablemos con ellos y preguntemos que están viendo.

El Señor nos ayude a que nuestros hijos se conviertan de corazón al Señor, que no sean pequeños fariseos que guardan las apariencias con conductas aprendidas, ayudémosle en esta batalla, instruyamos en el corazón, estorbemos sus caminos. Qué Cristo salve sus vidas. No juzguemos al hijo del hermano, debemos ayudarnos. El Señor nos ayude.