No descuides tu lámpara

Invitadas hermanas Aurora Vergara y Patricia Campos

Hna. Aurora: La lámpara del Templo: Es una lámpara que debe estar encendida día y noche, y aun ahora sigue encendida, porque Dios prometió estar con nosotros, el Consolador está.

La lámpara personal: Para que no se apagara el fuego, tenía que tener aceite. En ese tiempo las lámparas eran pequeñas, contenían aceite y tenía una mecha. Algunas lámparas las embutían en los muros. Si lo llevamos a la vida práctica, la lámpara de una mujer de familia, está encendida cuando ella está atenta a los hijos pequeños, al esposo, y siempre está intercediendo. Si los niños están grandes y ya no los vemos, es importante levantarnos en este tiempo, porque sin duda están rodeados de peligro. El mundo quiere llevarlos lejos de Dios. Esta mujer mantiene su lámpara encendida, si se ocupa intercediendo constantemente por toda su casa y aún por los que le rodean, como la mujer de Proverbios.

La lámpara de las novias que esperan al novio. Antes los desposorios duraban varios días, había grupos de amigos, de la novia y el novio que realizaban fiestas las que disfrutaban todos juntos. El pueblo completo participaba de la boda. Si el novio vivía en un pueblo y ella en otro, cada uno lo hacía por su parte. La novia tenía un grupo de amigas, generalmente solteras, la biblia las llama “vírgenes” o sea, que no se habían casado. Era un grupo especial de recepción. Ellas acompañaban al novio al lugar de la boda.

La parábola de las diez que nos habla el evangelio de Mateo, nos relata que había un tiempo de espera para que el novio fuese a buscar a la novia, pero estaba la posibilidad de que el novio se demorara un poco. Y mientras esperaban el aceite se iba gastando, si él demoraba un poco más, debían tener una reserva. Las prudentes tomaron una medida suficiente, pusieron en una vasija extra. Pero si era de noche, este aceite resultaba ser imprescindible. Antes se hacía así, y no como ahora que hay alumbrado, en el campo podemos ver que si no hay luces todo es obscuridad.

En este tiempo vivimos en un mundo en tinieblas (obscuridad), por eso ya Cristo viene, tenemos que tener nuestras lámparas encendidas con aceite del Espíritu. Si está lámpara se enciende, podemos tener luz para que al caminar podamos ver el camino.

La lámpara simboliza la palabra de Dios. Todas las vírgenes tenían una lámpara, que es la palabra, pero el Espíritu de Dios hace la diferencia, el aceite. Todas podemos cabecear pero la lámpara tiene que estar encendida, no seamos insensatas.

¿Cómo podemos mantener la lámpara encendida?

¿Cuáles son tus prioridades?

¿Tomamos aceite todos los días?

¿Somos intencionales en la búsqueda del Señor?

¿Nos instruimos con la palabra en tiempos de obscuridad?

¿En tiempos de adversidad tenemos suficiente aceite para seguir caminando?

Pastora Eliana: La lámpara del templo. El Señor ya no habita en templos de hombres. Nosotros hoy somos el templo, él habita en el corazón del hombre.

También nos habla de la lámpara personal. ¿Cómo está su familia? ¿Cómo están sus hijos? Tan importante ser una vigía en el hogar. La mujer tiene una gran capacidad para escuchar y abrazar. ¿Cuántas veces no queremos escuchar a aquellos con los que vivimos? Estamos en un mundo totalmente convulsionado. Los maridos salen a trabajar, la familia. ¿Tiene su lámpara encendida en su recámara para poner oído a su esposo, a sus hijos, a sus nietos? Es ver más allá con su lámpara, es poner oído a lo que quieren decir.

¿Cuántas veces hemos dejado que ladrones vengan y hurten? ¿Cuántas veces teníamos que haber orado? Es importante que la mujer vea las grietas de su casa y ruegue al Señor para que las repare, importante orar y estar llenas del Espíritu.

Hay mujeres que están viviendo su tiempo de viudez, a éstas se les da la orden en la Biblia que vean la necesidad de darse por otros. ¿Cuántas veces en la soledad viene la depresión? Diciendo: “pobre de mí que ya críe”. Empezamos a ensimismarnos, solas no podemos. Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo.

Las vírgenes estaban en la noche ¿Cuántas estaban meditando en el amado? Muchas veces tenemos noches obscuras, dolorosos momentos pero debemos salir de ahí, su lámpara tiene que alumbrar, tiene que estar en oración, y tenemos que pararnos en La palabra. En el mundo habrá aflicciones, lo dice la Biblia; si no tenemos la lámpara encendida en la obscuridad vamos a escuchar al enemigo, pero grande es el Señor que mientras la lámpara este encendida escucharemos su voz. Acordémonos de aquel ciego que se encontró con el dador de la vida. El Señor le sacó la ceguera. Tal vez será una larga noche de angustia pero habrá victoria. Cuando acudimos al dador de la vida, la lámpara se empieza a llenar. En el momento más complejo nos da claridad. Después de ver una película hablamos con mi esposo sobre las etapas de la vida. Cuan difícil es, si no las asumimos con el Señor, esa es una noche obscura; que ya no vamos por donde no queremos, envejecemos y otros nos van a ceñir. Ya crió, deje que otros la cuiden en paz y en amor, si es que el amado se tarda.

La palabra dice que él prepara mesa en presencia de mis angustiadores. Cuando estamos totalmente nubladas él nos ayuda, pone fuerza y pone vigor en medio de criar o de estar con el esposo. Por eso es importante ser mujeres de paz, llenitas de aceite. Hermana querida la Palabra es verdadera y hay que asirla.

Ser mujeres que oran, que están dispuestas en oración. ¿Cuántas veces le ha creído a Dios en medio de las tormentas?

Hna. Patricia: Desde muy pequeña tuve que salir, y tomar un rol que no me correspondía. Desde los 8 años cuidé a mi mamá porque cuando mataron a mi papá, todo cambió. Pasó mucho tiempo, y en mi rebeldía abandoné mi casa por los golpes que allí me daban, entonces mi mamá puso una denuncia por abandono de hogar, así que me tomaron presa. En la cárcel perdí el temor cuando viví una riña con otras internas; después de eso, una mujer me dio un collar y me dijo que mientras lo usara no me harían daño. Así que, gracias a ella estuve tranquila hasta que salí de allí. Con seguridad esa fue una noche obscura y difícil en mi vida. Gracias a Dios salí de esa situación. Pero no me daba miedo, cuidaba a mi hermano y mi familia. A los 18 años conocí a mi esposo, pero me fui antes de casarme por la violencia de mi madre. Con mi esposo vivimos varias situaciones. No podía tener hijos. Nos hicieron estudios de fertilidad a ambos y los dos éramos infértiles. En medio del dolor, una mujer cristiana (una vasija con aceite, con depósito), oró por mí y me dijo que tendría tres hijos. Y así fue.

Como familia caminamos 5 años con el Señor, los más bellos de mi vida, pero nos apartamos y ahora solo yo volví.

Pastora Eliana: ¿Cómo es su vida? ¿Cómo es dejarse cubrir siendo que viene con muchas cosas arraigadas?

Hna. Patricia: Era una persona intransigente, autoritaria, controladora, pero el Señor me fue cambiando. Ser así me trajo amargura, depresión y soledad y aunque estaba rodeada de familia me sentía muy sola. Lo echaba a perder todo, y cuando me congregaba (de vez en cuando) peleaba reclamando que no me acompañaban a la Iglesia. En una ocasión me corte las venas y Dios tuvo misericordia de mí y no morí.

Una mujer fuerte pero con debilidad de carácter ¿Cuántas veces perdemos el gozo del Señor con las situaciones? Descuidé la parte de disfrutar a mis hijos, descuidé la lámpara de mi recámara. Ahora entendí que el Señor quería tratar mi carácter, y enseñarme a ser una mujer contracultura. Nos cuesta dejar un rato para abrazar. Dejé de ser peleadora, ahora no me quejo, porque antes parecía una gotera (era muy desagradable con mi marido).

Agradezco al Señor porque es paciente, al final el que convence de pecado es él.

Aprendí a perdonar, a olvidar. Todo propósito es para el Señor. Me enseñó a ver la victoria, no la tormenta. El único perfecto es Jesucristo.

Ahora soy fuerte pero sin ser violenta. Quiero obedecer al Señor; me siento acompañada, ya no es con golpes. La fe en Jesucristo me dice que Él va salvar a mi familia. Ya no peleo con mis hijos, pues me desgasté, y la familia estaba toda por su lado. Aprendí de la viuda a acudir al Señor, como ella acudió al profeta.

Él nos conoce de antes, Dios lo sabe todo.

Pastora Eliana: Un evangelista cuenta su testimonio: dice que su hija se apartó del Señor, y conoció a un muchacho por redes sociales y se fue a vivir con él. Este varón la mató. Él le disparó en la cara, por lo que la llevaron urgente a la clínica, en el camino una mujer la reconcilia con Dios y oró por ella. Este predicador llega a verla y le habla también del Señor. Imagine como estaba este hombre, llamando a otros al evangelio y su hija en esta situación. ¿Cuántas preguntas en su corazón? Pero el Espíritu del Señor viene, y le dice: ella está en mi regazo, ya la recibí. Había partido. ¡Maravilloso el Señor! que permite situaciones dramáticas, porque de cualquier forma quiere salvar a los nuestros. El Señor dijo de mi hijo: es mío y de mi hija: es maestra. Siempre son hijos de bendición. Tal vez en su caso el esposo, pero no tema, Dios está en control, él va a tratar en el corazón y los va salvar. Se alarga la mano de Dios y nos tira a la otra orilla.

En medio de la noche más oscura él está ahí, no deje de ver, es lámpara a nuestro camino.

Extender la gracia a los nuestros. ¡Precioso nuestro Señor! Levántese con una actitud de fe; Mujeres vigías, que estén llenas de aceite, lo creo Señor.

Hna Patricia: Mi hermano cayó un tiempo a la cárcel, ¡Dios de propósitos! Llevaba 7 años sirviendo al Señor, y ahora lo lleva a predicar el evangelio. Como vasos de honra para hablar a otros que tienen tanta necesidad.

Pastora Eliana: Busquemos al Señor a quien servimos y decimos creer, es nuestro amigo.

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
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