La oveja perdida

Hno. Hugo Carrasco

    La oveja perdida es la que ha gozado de la presencia del Señor, es aquella que ha comido de los mejores pastos, pero se ha apartado para deleitarse de los placeres de este mundo.

    La oveja perdida muchas veces se encuentra en medio de las congregaciones, pero mantienen conductas reprochables y dejan que el enemigo susurre en sus oídos, no tiene vida de oración y por eso dejan puertas abiertas para dejarse llevar por las tentaciones.

    Muchos se apartan y olvidan el sacrificio tan grande de la cruz.

Lucas 15: 4-7

¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?

Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso;

y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido.

Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.

    Las primeras ovejas perdidas  fueron Adán y Eva, para llegar a esta condición hubo muchas situaciones que tuvieron que pasar.

    Yo fui una oveja perdida también. Después de servir por muchos años al Señor, me perdí y sé que a muchos más les ha pasado lo mismo.    Creyendo uno estar firme viene satanás y nos tiende una trampa. Nos empieza a presentar situaciones y prestando oído, nos aleja del Señor y poco a poco vamos dejando de orar, de tener esa búsqueda constante del Señor. ¿Conoce usted la historia del hijo pródigo? Pues esa es la situación que mejor ilustra a una oveja perdida, que teniéndolo todo se aleja olvidando a donde pertenece.

    Donde al igual que sucede con nosotros, al principio todo parece estar bien sin el Señor, pero de a poco en nuestras vidas comienzan a haber estragos. Nosotros y nuestro entorno se comienza a destruir, se va la paz y ya las cosas que nos hacían sentir bien, comienzan a darnos insatisfacción. Con esto también se destruye la familia. 

Cuando me alejé del Señor, estaba en la misma congregación y tenía conductas muy inapropiadas, incluso con el tremendo testimonio vivido con nuestro hijo Felipe, creí estar seguro y el enemigo encontró una puerta abierta, llevaba una vida tal cual oveja perdida. Me recuerdo y confronta mucho esta palabra. Mi esposa y mi hijo sufrían, ellos lloraban  y yo no veía eso.

El Señor siempre iba por mí, me llamaba y yo cerraba la puerta. Otras ocasiones gemía por la necesidad del Señor en mi vida, pero aun así no dejaba al buen pastor  llevarme al redil para reunirme con mi familia. Sin embargo el Señor me buscó una y otra vez hasta que llegó el momento precioso que me tomó en sus brazos, me cargó y me llevó de vuelta al redil. Mi familia fue restaurada, fui aceptado, perdonado y  el Señor me vistió nuevamente.

¿Cuál es la condición actual de nuestras vidas?

¿Cuántos cristianos hoy están apartados del Señor? ¿Cuántos gozaron de su presencia pero se fueron a deleitar en los placeres de este mundo, llenos de pecado olvidando el sacrificio del madero de la cruz por nuestro Señor Jesucristo? Ya no es tiempo de esconderse ni de arrancar, la venida del Señor es en cualquier momento, nos debe encontrar en su redil, estar sin manchas ni arrugas. Sé que cuesta mucho regresar, aceptar que nos equivocamos y dejar que el buen pastor nuevamente nos pastoree. Meditemos en esto, “cuán grande precio pagó Cristo por nosotros” no teniendo culpa alguna y nosotros mereciendo morir. 

Me duele pensar en quienes estuvieron con nosotros y ahora ya no están, ¡acerquémonos al Señor no esperemos más!.

No es para mañana, no es para dos años más, hoy el Señor quiere restaurarlo y que regrese a casa.

    El conocer a Cristo es la experiencia más hermosa que he podido vivir.

    Él quiere dar paz, salvación y vida eterna. Nos ama el Señor. ¿Quieres amarle también?

Isaías 53:6

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más jehová cargo en él el pecado de todos nosotros.

El llevo todo nuestros pecados.

Amado, ríndase a Él, humíllese a Él y vuelva al camino.

1 Pedro 5:4

Y cuando aparezca el Príncipe de los Pastores, vosotros recibiréis la Corona incorruptible de Gloria.

Hermosa promesa del Señor para nuestras vidas, tómela y ríndase ante El Señor.

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
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