Aunque en pandemia, El Señor estuvo con nosotros

Dios formó al hombre y le dio la ayuda idónea. Todo lo hizo a la perfección. La sociedad ha promovido la igualdad. Se ve en muchos lugares, en la calle en el trabajo. La mujer ha tenido que tomar más roles.

En la familia cristiana cada hijo debe ser formado, Dios ha dotado a los varones con la escritura y el diario vivir, hechos prácticos de la vida diaria.

Llevamos ya nueve meses del programa “Cuerdas de amor” y tuvimos un primer mes con nuestra reunión de hermanas con la pastora María Marchand en la predicación.

El programa no estaba en nuestros planes, pero el Señor nos ministraba a través de la reina Esther, con el verso “para este tiempo has llegado” Quisimos realizar consejería hace muchos años, desde muy jóvenes y ahora vemos el deseo del corazón. El cristiano no debe ver despropósito en lo que vive, el Señor usa nuestras circunstancias en beneficio de nosotros y de otros para la gloria del Señor.

En Isaías 43:2 dice: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”. Este verso simboliza los muchos peligros de la vida del cristiano, de la familia del Señor.

Ha sido un año muy complejo y no ha estado exenta la familia. El Señor prometió estar con nosotros. En tiempos de encierro y de pandemia muchos matrimonios no estaban preparados para vivir juntos. Diez meses difíciles por el encierro, por la falta de trabajo, meses de riesgo para los matrimonios y por ende para la familia. Si los matrimonios están fortalecidos, los hijos están bien de otra forma se resienten.

Matrimonios fuertes en tiempos de crisis. Este tiempo trajo crisis, con los trabajos en casa, con los niños, etc. Este tiempo es una de las formas que utiliza el Señor para cumplir su Palabra. Ahí vimos cómo es la buena y mala comunicación. Hablar con gestos que pueden molestar a otros, pero vamos aprendiendo en todas las etapas de la vida, vamos aprendiendo cómo comunicarnos.

Familias fortalecidas en la Palabra, en la palabra del Señor, el Señor es el único que puede romper todas las cadenas de engaño que mantienen a las familias esclavizadas al pasado, esclavizadas a conductas, a heridas profundas, las faltas del perdón, el no saber tratarnos. La palabra es un cimiento estable, firme. No es como nos enseñaron nuestros padres, es como la palabra dice. Rompemos conductas de pensamiento de actitudes que hemos visto en nuestros padres y Dios lo rompe. Una familia puede durar el tiempo que dure, hasta que la muerte los separe, están los parámetros bíblicos. Es vivir el evangelio que nos fortalece para seguir el camino, unidos.

Santidad en medio del dolor. Debemos vigilar nuestro corazón para no perder nuestra comunicación con el Señor. Muchas veces producto de  que pensamos que estamos haciendo bien hacemos daño a los nuestros. La santidad hay que buscarla, la santidad es acercarse al Señor más que apartarse del mundo. Cuanto más cerca, más parecidos a él somos. En el matrimonio uno se parece al otro, es vivir el evangelio, conocer a Jesucristo.

¿Cómo está tu viña? No solamente con el Señor sino también con los nuestros, con nuestros hijos, con nuestro cónyuge. A veces descuidamos tanto el matrimonio, como a los hijos. En el caso de los varones, vamos priorizando cosas que delante del Señor no son tan importantes y van dañando el hogar. Creemos que nuestra casa debe estar en orden, pero cuando está nuestra familia tenemos que aprender a disfrutar porque es parte de nuestra viña. Con poco disfrutar lo que tenemos juntos, si no tenemos mucho, disfrutar con lo poco en paz y tranquilidad, tal vez alrededor de un sencillo té. Use sabiduría al esperar a su esposo, deje que descanse, no lo agobie, hay días difíciles, más no todos los días son tan difíciles. Sus hijos los verán y aprenderán.

¿Conflicto pasajero o abuso permanente? La pandemia delató realidades duras. Las familias cristianas hemos pasado por fuego, por las aguas, pero hasta aquí el Señor ha permanecido con nosotros. Hay que saber distinguir las malas palabras, las ofensas, se caen en violencia verbal, violencia física o psicológica. El diseño del Señor en el matrimonio, no es machista, sino que es un diseño de perfección. A cada uno, nos permite complementarnos. Una cosa es entendernos, amarnos, respetarnos, y otra es aguantar. Esto no es suficiente para mantener un matrimonio. No es humanamente sino a la manera de Dios.

Quédate. No nos casamos para separarnos a la vuelta. El Señor nos ayude a quedarnos, a pasar el fuego de la prueba, van a venir situaciones difíciles al matrimonio, a los hijos, a la familia. Muchas veces cuando es necesario aclarar algún tema, huimos, pero se requiere valentía para no hacerlo. No irse a la otra pieza. No se enojen y cambien de dormitorio, no lo hagan. Es una pérdida de tiempo. La biblia dice: “no se ponga el Sol sobre su enojo”.

Camino de esperanza. En medio de situaciones tan difíciles hay camino de esperanza. Tenemos la tendencia de culparnos los unos a los otros. Todos vamos a pasar por un momento de prueba de dificultad.

Gracias al Señor porque en tiempos de pandemia la Iglesia no ha parado. Porque nos hemos enfermado, pero igual seguimos trabajando, el Señor no va a dejar de darnos una palabra. Aunque pasemos por fuego, y no entendamos por qué se tarda la respuesta, ahí está nuestro Padre. Ahí está su mano esforzarnos por entrar en el molde. Debemos estar alerta porque la venida del Señor es inminente. Tomar decisiones creyéndole al Señor. Pasemos por el horno porque él va estar. No evadamos los problemas. Dios va ir abriendo puertas, vamos a ser libres de tantas cosas y vamos ser completos en Él.

Para volver revivir este hermoso programa le invitamos a entrar al siguiente enlace: Finalización 2020 Programa Cuerdas de amor.

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
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