El Señor nos permite una vez mas ser ministrados por nuestros amados pastores. Fue un lindo tiempo de bendición en familia para lidiar con la amargura. Agradecemos al departamento de Multimedia por las imágenes, video y transmisión en las redes.
Les invitamos a leer la ministración a continuación.
Dios quiere darte de Su gracia para que puedas sobreponerte en esas circunstancias o ese pasado.
No es que NO SUCEDIÓ: no es que HAYA SIDO REAL; no es no haya sido doloroso. Pero Dios quiere darte la Gracia para que puedas liberarte de ese dolor.
Por ejemplo: cuando hablamos de avivamiento, ¿qué se nos viene a la mente?.
Este avivamiento afecta nuestras relaciones con los demas.
Los mandamientos para nosotros son verticales y horizontales. ¿De qué manera? Primero son los que tienen que ver con Dios, los verticales y con los otros, los horizontales.
¿Mi relación con Dios es correcta en medio de mis circunstancias? ¿Cómo influye con el resto de las personas?
Lo importante es la santidad, la humildad y el arrepentimiento. Todo esto tiene que reflejarse con quienes vivimos; como nos relacionamos. Tiene que ver con nuestras conciencias limpias en la intimidad de las cuatro paredes, en la Iglesia, en el trabajo, etc.
Lidiar con los que nos ofenden y cuando yo ofendo a alguien.
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura” Hebreos 12:15,16.
Primero lidio con mi YO, vigilo mi corazón.
La raíces de amargura, no dejar que nada brote a causa de la ofensa.
La impureza moral, que no lleve tomar una mala acción.
La relación con lo temporal y la perdida.
El enemigo quiere mantenerte en estado de AMARGURA. Porque sabe que mientras estés amargado(a), tu vida nunca dara fruto.
“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. En Efesios 4:31-32
La amargura se víncula con el enojo, la ira y la malicia. Pablo nos dice: deshazte de ella. No guardes amargura.
En el matrimonio, Colosense 3:19 lo contrasta con el amor y dice: Esposos amen a sus esposas y no sean ásperos con ellas.
En algunas traducciones de la Biblia dice: no sean amargados con ellas (bruscos). La amargura viene de la manos de la aspereza.
El sentimiento de amargura contrista a el Espíritu de Dios.
Demuestra la falta de confianza en el plan de Dios. No nos gusta lo que Dios ha hecho, las elecciones que El ha hecho.
Quizás estás con amargura con tu esposo(a), con tus hijos, con tu jefe o alguien. Es difícil convivir con una persona amargada. Se ponen negativos y casca rabias. ¿Eres así? Quizás tienes amargura o falta de perdón, de aceptar la voluntad de Dios para tu vida.
La Biblia nos enseña que debemos resistir, no desmayar, avanzar. No te quedes pegado, no te salgas del camino, no te salgas de la carrera. Usemos esta disciplina. Esfuérzate para alcanzar la paz con todos.
Tú no eres responsable de como el ofensor se relaciona contigo, pero sí eres responsable de como tú te relacionas con el ofensor.
Persigue la santidad, sin la cual nadie verá a Dios. No puedes ser santo sin dolor y no puedes verlo sin santidad. El perdón es un largo camino de dolor y a la vez de gracia.
Recibe la gracia de Dios, sino va a terminar con amargura. Elige el trato de Dios en tú vida día a día.
El resultado del perdón en Su gracia, va más allá de tus circunstancias. Él te está santificando, te está moldeando a la imagen de Jesucristo. Hebreos 5:8
Esto es el resultado de los tratos de los tratos del dolor a la santidad.
¿Acaso no estamos dispuestos a soportar en lugar de elegir amargarnos?
Corazones transformados por Cristo 