Más cerca ¡oh, Dios! de ti

¿En medio de la adversidad nace un cántico para Cristo?

Sarah Flower Adams, creo este hermoso himno “Más cerca ¡oh, Dios! de ti”

Ella nació el 22 de febrero de 1805. Fue una poetisa inglesa y compositora de muchos otros himnos. Hija de Benjamín Flower, periodista y Eliza Gould, maestra de escuela. Debido a sus creencias religiosas, su padre estuvo en prisión y su madre perdió su trabajo. Al morir su madre a sus 5 años, el padre la educó a ella y a su hermana, en casa.

En el año 1841 se casó con William Adams. Ella quiso entonces emprender una carrera en el teatro pero sus aspiraciones se vieron truncadas por un debilitamiento en su estado de salud. Perdió el sentido del oído, pero esto no le impidió proseguir con su producción literaria. Además, tuvo una enfermedad crónica llamada tuberculosis, pero posiblemente falleció de cáncer el 14 de agosto de 1948 a los 43 años.

Este himno es muy conocido. Se dice que el presidente Williams MacKinley entonó este cántico cuando moría, y también fue parte de su funeral.

Fue entonado en la convención mundial de las escuelas dominicales en el año 1910 en 23 diferentes lenguas.

Sobrevivientes del Titanic, relatan que fue entonado mientras este se hundía. Y aunque algunos clamaban desesperados, cristianos a punto de morir la cantaban diciendo: Mas cerca ¡Oh, Dios! de ti.

Este hermoso himno fue inspirado en el versículo de Génesis 28:12, donde se relata el sueño de la escalera de Jacob, mostrando su propia experiencia cristiana.

Recordemos que Abraham recibió la promesa Dios que le daría una nación grande y en el mismo capítulo le dice que tendrá una descendencia numerosa. Precisamente en el mismo lugar de la promesa se encontraba Jacob, iba huyendo de su hermano Esaú, quién procuraba matarle por su traición. Cuando dormía tuvo un sueño, había una escalera que conectaba la tierra y el cielo, y ángeles que subían y bajaban. Una escalera como señal de mediación, un símbolo de Jesucristo nuestro mediador entre los hombres terrenales y el Dios del cielo. Para nosotros su tamaño depende de la fe que tenemos, en la adversidad tomemos el escudo de la fe.

¿Cuántas como Jacob huíamos? de la casa, de los hijos, del trabajo, etc. Yo lo hice, huía. Era una mujer y madre que trabajaba fuera de casa. Tomaba los domingos para jugar naipes y fumar cigarrillos. En medio de eso el Señor me llamó una tarde cuando huyendo escuché hablar “Tu que tienes todo, casa, familia, tienes un vacío que solo puede llenarlo Cristo el Señor” Todos somos procesados de diversas formas, pero la necesidad es la misma, Cristo.

En medio de la huida, Dios se presenta, él tiene un plan soberano. Él sabe con qué carga usted. Lo bueno es que no estamos durmiendo, estamos despiertas en la congregación, con fuerza. Muchos años después somos parte de la promesa que Dios hizo a Abraham, somos parte de la más grande bendición, Cristo nuestra salvación.

Aunque somos peores que Jacob, sacados de la escoria, somos hijos de la promesa. Dios no nos dejará. Él quiso salvarme y lo hizo, maravilloso sacrificio; fue molido, el castigo de mi culpa fue sobre él. Por él nos podemos gozar y ser fieles, pero si no lo somos, más vale no haberle conocido. Dios se presenta en medio de la adversidad, él cumple su promesa, en la aflicción, en la noche de sus problemas, por los hijos, la familia, la enfermedad, espere en ÉL. Haga un altar, y adore junto a los ángeles.

Cuando estuve enferma, llegó a mi mesa el alimento, y fui alimentada por cuervos, aunque son carroñeros no se alimentaron de la provisión que portaban, eran obedientes, yo no lo pedí, Dios tocó el corazón de mi pastora. Dios siempre se preocupa de nosotros.

En medio de la enfermedad Sarah se gozaba al contemplar en las escrituras la escalera de la tierra al cielo, y adoraba diciendo “Mas cerca de ti ¡oh, Dios!” Tenemos a Jesucristo el Mediador él nos acerca al Padre. Cristo pagó un gran precio. Gracia que nos fue otorgada. ¡Qué riqueza tenemos en Dios!

Más cerca, oh Dios de Ti

-1-
Más cerca, ¡oh, Dios! de Ti.
Más cerca, sí;
Aunque sea una cruz que me lleva a Ti.
Será mi canto aquí. Más cerca,
¡oh, Dios! de Ti,
Más cerca, ¡oh, Dios! de Ti, Más cerca a Ti.
-2-
Y si, cual Israel, postrado esté
En piedras de Betel, aún allí
En sueño te veré, y cerca a Ti estaré,
Más cerca, ¡oh, Dios! de Ti,
Muy cerca, sí.
-3-
La escala sigo yo que al cielo va,
Por gozo o por dolor quiero ir allá.
Un ángel venga a mí, para llamarme a Ti,
Más cerca, ¡oh, Dios! de Ti,
Más cerca a Ti.
-4-
Y luego al despertar te alabaré;
De gracias un altar levantaré;
Mi corazón allí, más cerca esté de Ti.
Más cerca esté de Ti.
Más cerca, sí.
-5-
Y cuando al fenecer volando allá,
Con inmortal placer te vea ya,
Mi canto será así: Más cerca, ¡oh, Dios! de Ti,
Más cerca, ¡oh, Dios! de Ti,
Más cerca, sí.