Cuerdas de Amor

Que el Señor rompa las cadenas que mantienen a nuestras familias esclavizadas al pasado, a faltas de perdón profundas. A no saber tratarnos. Dice la Biblia en Colosenses 3:19: Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas; casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor; Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor; Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten;

Persigue la santidad, sin la cual nadie verá a Dios. No puedes ser santo sin dolor y no puedes verlo sin santidad. El perdón es un largo camino de dolor y a la vez de gracia.

Nuestros pastores nos compartieron un muy edificante y hermoso tema ¿Cómo está tu viña?¿Como está tu relación con tu conyuge?

Nunca pensamos que Dios nos prepararía para este tiempo. El, ha puesto cuerdas de amor a nuestro alrededor. Y aunque son tiempos difíciles, creemos que es necesario hacer todo lo que esté nuestras manos para fortalecer las familias. Son tiempos de crisis, y confusión: Pero la Palabra de Dios siempre está vigente para dar la salida y el consuelo que la familia necesita.

Luche por su familia, en la enfermedad, en tiempos de dificultad en tiempos de pandemia. Nuestra primera lealtad es para la persona que Dios a puesto a nuestro lado, nuestra esposa o esposo. Lo demás es secundario. Si están juntos es porque han decidido que el Señor Jesucristo este en su matrimonio. La escritura dice cordón de tres dobleces es difícil que se rompa. Es imposible que el enemigo rompa algo donde el Señor está metido.

Hay una puerta de esperanza en medio de un mundo lleno de su angustia, dolor, desdicha o engaño. Cuando hemos tomado algo para nosotros y ha traído dolor a nuestras familias hay un puerta de esperanza. Cuando hemos pecado contra Dios con nuestras decisiones hay una puerta de esperanza.

Es vital el restaurar los matrimonios y la familia de los ataques del enemigo, de las faltas de perdón, es mostrar gracia, es andar en caminos de paz, de misericordia, de comunicación. Como Nínive, escuchar la voz de Dios, mirar nuestra bajeza y con súplica pedir perdón y restauración por nuestras vidas.

Gracias al Señor porque en tiempos de pandemia la Iglesia no ha parado. Porque nos hemos enfermado, pero igual seguimos trabajando, el Señor no va a dejar de darnos una palabra. Aunque pasemos por fuego, y no entendamos por qué se tarda la respuesta, ahí está nuestro Padre. Ahí está su mano esforzarnos por entrar en el molde. Debemos estar alerta porque la venida del Señor es inminente. Pasemos por el horno porque él va estar. No evadamos los problemas. Dios va ir abriendo puertas, vamos a ser libres de tantas cosas y vamos ser completos en Él.