Las batallas no se ganan solas, se ganan en Oración

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.

Filipenses 4:8

Mujeres que ganaron sus batallas en oración en la Palabra hay muchas una de ellas Ana, ella tenía una profunda necesidad de tener un hijo, y estaba en el templo orando, rogando, derramando su corazón para pedir un hijo, el sacerdote pensó estaba borracha, pero en realidad era un clamor tan profundo que ni siquiera había claridad en sus palabras. Ella estaba orando llena del espíritu. Más tarde ella recibe un hijo. Ana gimió desde el corazón,ř desde el espíritu.

Vemos también a Ester, si bien la Escritura no dice como oró, se se dice que ella ayunó. Seguramente oró como los judíos, dejando sus ropas reales vistiendose de cilicio; ella estuvo durante quince días intercediendo, presentándose delante del Señor, con una petición clara sabiendo que estaba en juego la vida del pueblo de Israel.

Ester dijo: “Yo lo haré, si debo morir que muera”, porque confiaba en el Señor porque estuvo en comunión con Él y Dios le dió la victoria.

También está Lidia, una mujer comerciante. Cuando el Apóstol Pablo la encuentra, su corazón ya estaba preparado para recibir al Señor y a través de ella su familia.

Ellas se juntaba con otras mujeres a orar, a buscar al Señor para que la locura del evangelio fuera conocida. Como ellas nosotras oremos por la iglesia que está siendo perseguida, no cerrarnos solo en nosotras, si no que orar por nuestros hermanos que están sufriendo.

Débora, fue una mujer profeta, una jueza cuando lo varones no estaban haciendo lo que debían hacer. Ella alentó a un varón a través del espíritu de Dios para ir a la guerra, mientras el pueblo peleaba, ella estuvo en un monte apartado buscando al Señor, no estuvo en la guerra en si, si no que estuvo intercediendo, clamando por el pueblo para que logre su libertad. Ella fue una gran guerrera de oración.

De qué forma estamos peleando nuestras batallas, en nuestras casas se levantan situaciones que no sabemos qué hacer, discusiones que parecen guerra, se levantan situaciones complejas, nos encerramos en nuestras piezas solo a llorar.
Dios quiere llenar nuestro corazón de paz, pero hay veces que se nos olvida que tenemos al Dios de paz, debemos pensar en todo lo bueno, no dejemos entrar la amargura, si no que demos la pelea en oración con la palabra del Señor, toda pelea se gana en oración, a veces cuesta, nos va desgastando pero la pelea la ganaremos en oración, de rodillas, llenemos nuestra casa de versículos, que no se nos olvide la palabra. Démonos un tiempo a solas con el Señor, entremos en nuestro cuarto y peleemos la batalla de oración.
En la oración ya no batallamos solos, Dios está ahí con nosotras, creemos que Él tiene el poder cuando un hombre o una mujer se humilla delante del Señor.

Podemos ver que la palabra del Señor nos lleva a buscar con todo al Señor, en oración, “Orad sin cesar”, los días son malos, Dios se deja encontrar por los que le buscan de madrugada, el ama a los que oran de mañana.
¿Cuántas veces nosotras tenemos grandes batallas en nuestras casas?, se levantan situaciones complejas, esposos que no quieren nada con el Señor, hijos que se han alejado, nosotras mismas que aún no somos totalmente transformadas, tenemos situaciones de tibiezas y damos la batalla propia que solo trae dolor.

Andemos en unidad, solícitos en guardar la unidad del espíritu en el vínculo de la paz, seamos guerreras de oración, guerreras que le gimamos al Señor, aún no sabiendo como Él lo hará pero sabiendo que Él lo hará y dará Victoria.

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
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