Pastora Eliana Santander
“Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra”. 2 Timoteo 2:20-22
En la casa del alfarero hay vasijas, vasijas de barro que carecen de valor, no tiene nada de especial, vasijas que usualmente se quiebran con el movimiento y el uso que le da el alfarero. En la casa del alfarero hay varias vasijas para distintos usos y utilizados según las costumbres judías.
Era habitual que la gente camine mucho ya sea para ir a comprar, visitar a un pariente o estar de viaje. En Israel siguiendo sus costumbres, ellos ponían vasijas en las puertas de su casa para que si alguien estuviese de visita pueda tomar agua limpia y fresca. Estos son las vasijas de honra, una tremenda responsabilidad ser una vasija de honra nunca pueden estar sin agüita fresca para dar. Los pastores son vasijas de honra, porque dan de beber lo que el Señor pone en sus vidas, de su interior fluye la palabra como ríos de agua viva.
¿Usted es una vasija de honra?
En una casa grande no todas somos manos ni pies, solo por la misericordia de Dios podremos reconocer lo que somos y así poder edificar la iglesia.
¿Qué lleva en su interior? ¿Son lágrimas que brotan de si misma o tal vez lágrimas de hipocresía?
Ser una vasija de honra nos demanda ir a la cruz, todas queremos una palabra del Señor, agua que salte para la vida eterna, agua de la Cisterna. Si le pedimos y estamos en comunión con Dios, él nos dará de su sabiduría que hará de nosotras vasos de barro portadoras de agua como manantiales. Pero no podemos dar agüita a la ligera, debe ser para ministrarnos. Como autoridades en la iglesia, como jefas de grupo debemos estar llenas de agua pura y fresca, tener palabra de Verdad, palabra que more en nuestro corazón. Llenémonos hermanas como manantiales, examinémonos que agua estamos dando.
Corazones transformados por Cristo 