El buen pastor y su rebaño

La labor del pastor es guardar, guiar, apacentar el ganado.

Jesús dijo: “yo soy el buen pastor y mi vida doy por mis ovejas”

Salmos 78 nos habla que David fue elegido por Dios para ser rey pero también para pastorear el pueblo de Israel, en Salmos 23 David reconoce que necesita de un pastor, reconoce que es débil, incapaz de hacer él la labor solo y que necesitaba con urgencia ser pastoreado.

Jesús como pastor nos protege del maligno y David también protegía su rebaño, así como él debemos reconocer que necesitamos ser pastoreados.

El Señor llama a cada oveja por su nombre, así como le puso nombre a cada una de las estrellas, El nos mira como Sus ovejas, a veces pensamos o creemos que no es de mayor relevancia que un hermano se valla de la congregación pero el Señor no lo ve así; para Él es una oveja extraviada ya que Él pagó el mismo precio por cada uno de nosotros, no hizo diferencia. Que el Señor nos ayude a ver con ojos de misericordias a aquellos que se fueron, para que un día entren por la puerta y vuelvan al pastor de los pastores.

David dijo “Su vara y su callado me difundirán aliento”, la vara es la corrección oportuna, la que le hace tanto bien a nuestra vida, el callado es lo que hace volver al camino a las ovejas.

¿Cuántas veces hemos sentido  que el Señor se lleva nuestras cargas? El es el Pastor, el que se lleva el cansancio, por Él tenemos libre acceso al trono de gracia, Él se preocupa que no hayan piedras en el camino, que no hayan hierbas venenosas, el Señor capacita hombre para pastorear aunque hoy en día esta mal mirado aquel ministerio, pero es imposible ser oveja sin pastor, la oveja muchas veces no corre del peligro, por eso nosotros necesitamos del buen pastor.

En Jeremías 3:15 dice: “Y os daré pastores según mi corazón, que os apaciente con ciencia e inteligencia”.

Isaías 58:11:  “Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías, saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan”. ¡Cuántas veces hemos visto Su ayuda, el nos alimenta, en días de lluvia Él a estado con nosotros, en días oscuros cuando no entendemos nada; Él ha estado, somos dependiente del Señor!

No se canse de ser oveja, el Señor nos quiere dependientes de Él, solo en el redil del Señor estamos seguros.