Una conversación edificante

A veces nos quejamos por situaciones comunes sin pensar que tenemos hermanos que pasarón situaciones realmente difíciles. Nuestra hermana es testimonio del poder transformador de Dios en el ser humano, en aquel que ha puestos sus ojos, para quien un día decidió seguirle decidiendo no volver atrás, para vivir con gozo olvidando el pasado, mirando a Cristo. Esto solo es posible si se ha conocido el evangelio; testimonio de una vida que ha sido lavada, perdona, cambiada para la gloria de Dios.

“Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo” Salmo 139:16-18.

¿Cuál es su testimonio?

De muy chica tuve que salir en busca de dinero, lo pedía para el sustento de mi familia, a mis doce años a mis doce años fui abusada hombres que  me daban dinero. Mi madre estaba sola, y sabía que yo pasaba por esa situación.

¿Qué decía su madre?

Mi madre era jubilada del Ejército, ella me pedía que fuera a pedir dinero sabiendo que iba a ser abusada, ella salía días de la casa y nos dejaba. Creo que la madre es quien debe dar protección a sus hijos, ella no me lo daba, esa era  una herida que estaba en mí, el abandono que viví al lado de ella fue algo que fui guardando.

¿Cómo llegó el Señor a su vida?

 Un día considere entrar a un prostíbulo, cuando llegué a la puerta una persona me dijo: “ese lugar no es para ti” me volvi a la vereda y cerré mis ojos y al abrirlos la anciana ya no estaba, mire la calle que era larga, y no estaba. Era el ángel del Señor que me guardó para que  entrase  a ese lugar, porque de ahí después no se puede salir. A mis doce años el Señor salió a mi encuentro, sus ojos vieron mi embrión. 

¿Cómo conoció a su esposo?

Lo conocí cuando tenía doce años, empezamos a vivir como pareja.  Entonces  empecé a perturbarme la mente, me ingresaron a un hospital psiquiátrico, esto en más de una ocasión, la primera vez fue por tres meses. Me trataron con terapias de electroshock por crisis de “Grandma” por el abandono que había sufrido por mi madre, por los abusos, esto borraba mi mente. En una segunda oportunidad después de vivir con mi esposo volvi a caer, nuevamente un día sometida de electroshocks fui abusada en ese tiempo quede embarazada con trece años, un embarazo que perdí y le agradezco al Señor, porque había en mí la duda de quién era el hijo. 

¿Cómo fue su vida durante los años que vinieron? 

Practique hechiceria, sufrí engaños, traiciones, mi marido no me dejaba salir, estaba en casa era posesivo y celoso, hasta que un día me dio permiso para trabajar, entonces ingrese a un centro donde bailaba, y bebía, mi familia no se dió cuenta, pero lo hacía. 

¿Comó llega a su nueva vida?

Un día al verme en un espejo vi dos imágenes, por una lado yo descubierta  y hombres alrededor y otra predicando en la calle. Sentí en una ocasión como el Señor me acariciaba que se ponía a lado de mí.

Después de un tiempo sin ir a la iglesia fui, sentí que no había más, así llegue a la iglesia donde estaba mi pastor Armando Tapia, ahí me senté en la última banca, y el predicador decía: “a tí te estoy hablando, no te vuelvas si sales te mueres” Ahí empecé entregue mi vida, todo cambió en mí porque Cristo cambia liberta, le da sentido a la vida, en medio de las situaciones da gozo.

El Señor sabe porque nos hace vivir situaciones, no entiendo porque, pero veo la fidelidad de mi hermana, el amor a Cristo, constante, veo cómo su vida está convirtiendo a su esposo.   

Que el testimonio de nuestra hermana sirva para mujeres que sufrieron abuso. Dios es poderoso para traer a cada persona que fue abusada, el limpia, da una nueva vida, Él la endereza nos está plomando, nos está transformado.