Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu redoma;
¿No están ellas en tu libro? Salmos 56:8″Redoma” es un recipiente de vidrio, de tamaño mediano o pequeño, ancho en su base y se va estrechando hacia la boca.Era costumbre entre los egipcios y hebreos que en los velorios se encontraran mujeres que derramaban sus lágrimas en vasijas de vidrio, si la vasija estaba llena, significaba que había sido una persona de respeto mientras estuvo en vida. Se han encontrado cientos de éstas vasijas en las tumbas de la Tierra Santa.
Seguramente hay cosas o situaciones que vivímos en algún momento y hemos tenido que enterrar. Las muchas situaciones adversas forman en nosotras motivos para derramar lágrimas por situaciones que al parecer no tienen mas vida, la desesperanza.
Como joven en una carrera universitaria lloraba cada fin de semestre. Mis lágrimas eran producto de la falta de fe en mi vida, pero Dios en Su gran misericordia usaba a Su instrumento para alentarme y no dejarme en desesperanza. De la misma manera vi el cuidado de Dios por mi vida cuando no quedaba embarazada, Él recogió cada lágrima de desesperación que derramé cuando rogándole me acercaba a Él por un hijo, petición que me concedió. Pero en la espera también derramé lágrimas de amargura al ver a mi hermana cuando ella esperaba a su hija, mi mamá centró mi corazón y dejando las lágrimas de amargura esperé el tiempo perfecto del Señor caminando en fe. Tenemos un Dios confiable que siempre tiene cuidado de sus hijos, no se escapa nada de Su mirada, Él recoge toda lágrima en Su redoma y dice en Mateo 5:4: “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación”. Es una promesa a la cuál podemos aferrarnos cada vez que las lágrimas comienzan a fluir, un día Él llenará nuestra vasija de gozo.Nuestro Dios de toda consolación está siempre dispuesto a mostrarnos Su amor y misericordia por toda lágrima derramada con propósito. Dios mismo pidió a Su pueblo volverse a Él con lloro, Joel 2:17 dice: Entre el pórtico y el altar, lloren los sacerdotes, ministros del SEÑOR, y digan: Perdona, oh SEÑOR, a tu pueblo, y no entregues tu heredad al oprobio, a la burla entre las naciones…Dios dará esperanza en medio de la adversidad aquí y en la eternidad.
«Y enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron» Apocalipsis 21:4.
Hermanas ¿que clase de lágrimas tiene su vasija? ¿lágrimas de enojo, de decepción, lágrimas producto de una herida del pasado? ¿lágrimas de verguenza, de preocupación, de amargura, de fe? O tal vez ¿lágrimas de agradecimiento, lágrimas de arrepentimiento o lágrimas de emoción por las misericordias de Dios, lágrimas de humildad? ¿En que o quién esta puesta su esperanza? Es tiempo de llorar con propósito. Dios las ve todas, un día Él nos mirará a los ojos y dirá “no llores”.
Corazones transformados por Cristo 