¿Ponemos la mirada en los cielos en tiempos de aflicción?

Hna. Mery Choque

“y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios”

Lucas 13:10-17

La mujer encorvada, ella sufría una enfermedad incurable hasta ahora, esta  se produce por la debilidad de los huesos de la columna. Es una enfermedad complicada, se oprimen los pulmones no dejando respirar, el sistema digestivo también se oprime al punto que impide el tragar, comer, impide a la persona mirar arriba, al cielo, y no permite mirar el rostro de con quien se conversa. Actualmente se puede aminorar el estado para un mejor vivir ayudando a las vértebras, mas no es una solución.

¿Ponemos la mirada en los cielos en tiempos de aflicción?

La mujer tenía un encorvamiento de casi 80 grados. Durante 18 años sufrió esta enfermedad.

¿Dónde estaba esta mujer? Estaba en la sinagoga. Probablemente tenía una familia que cuidar. Su estado le podía dar la excusa para quedarse en casa, pero no, ella estaba en el mejor lugar, en la sinagoga, en el momento preciso. Dicen los estudiosos que las mujeres no podían estar al interior de las sinagogas, porque había un lugar establecido, generalmente fuera de donde estaban los varones, había una separación entre ellos. Mas nuestro Salvador la llamó para que se le acercara.

Ella estaba físicamente encorvada mas no espiritualmente; su mirada estaba en el cielo, tenía esperanza al igual que la mujer de flujo de sangre.  En la casa del Señor es donde se recibe fuerzas, ¿cuántas veces llegamos cansadas al servicio y el Señor renueva?

Jesús le dijo: “eres libre de tu enfermedad” así aconteció y se enderezó, seguramente físicamente miró el cielo, pero sobretodo miró al Salvador. Así también nos da nuevas fuerzas a nosotros en la congregación.

En su alma contemplaba el cielo ahora podría mirarlo con sus ojos físicos. ¿Pones tu mirada en los cielos en tu aflicción?

Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo. Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?

Lucas 13:14-16

Las personas de la sinagoga reprocharon al Señor por sanarla en día de reposo, pero él les responde que ella era “hija de Abraham”.  Ese día Jesús no solo la sanó físicamente sino que también lo hizo en su alma y en sus pensamientos. Gracias a Dios por eso.

En estos días se quiere aprobar el aborto, la consigna es que cada mujer es dueña de su cuerpo. El Señor aquí hace un paralelo del cuidado de los animales con el cuidado que él tiene por la mujer enferma hace 18 años.

Ella estaba en la sinagoga, y ahí fue su encuentro con el Salvador de su alma, que bueno que estaba ahí. ¿Pones la mirada en los cielos en medio de la aflicción? ¿Qué haremos nosotras? Ella sí lo hizo aunque  con su cuerpo no lo podía hacer.

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
search previous next tag category expand menu location phone mail time cart zoom edit close