“Da cintas al mercader”
Proverbios 31:24
Recordemos que la hermosa mujer de Proverbios 31:
-Hacía colchas para abrigar a su familia.
-Se vestía de ropa elegante de púrpura de su vestido y de ropas dobles a su familia.
-La mujer virtuosa de Proverbios vivía en una época donde el comercio era a través de intercambios.
El afán de esta mujer no es ganar más dinero que su esposo, si no agradar a su Señor con los talentos que él le dio. A ella no le importaba competir con nadie.
Las vestiduras eran generalmente túnicas muchas veces holgadas (en estos tiempos existen elásticos), para ajustarlo al cuerpo se necesitaba un cinturón en general de cuero, pero era más elegantes usar cintos de tela de lino además eran costosos porque estos podían ser entretejidos con oro y plata, e incluso con piedras preciosas.
Al dar cintas al comerciante, está claro que esta mujer tenía un negocio, ella entre más tejía era más experta, ella se esforzaba en hacer este oficio tanto como se esforzaba en el hogar. En la Biblia hay registro de mujeres perfumistas, parteras, bordadoras y otras más, entre ellas estaba Lidia, la vendedora de púrpura.
El Señor ha dado inteligencia a nuestra hermanas ya que ellas también hacen negocios y desde sus hogares, para ayudar a sus compañeros. Ellas no descuidan a su esposo, hijos, familia. Venden ropa, útiles de aseo, juguetes por Internet, y mucho más. Increíble como Dios nos va hablando a través de nuestras propias vivencias.
Muchas veces somos perezosas y tenemos tanto desinterés en la propia vida, eso es tan complejo porque a veces pudiendo hacer hartas cosas la pereza nos alcanza. Esto es pecado. El Espíritu nos ayude para ejercitarnos en la piedad, que nos convenza de nuestros pecados y errores, de nuestra pereza y desinterés. Dios nos ayude, para que saque el desinterés y nos ayude a ser diligentes. Queremos hacer de todo pero no hacemos nada, tanto en nuestra casa y aún en las cosas del Señor. Rindamos nuestros corazones, Él nos dará la gracia y nos mostrará lo que lo que se puede hacer.
Todas tenemos talentos. ¿De qué forma los usamos? ¿Está en nuestro corazón hacerlo con agrado?
“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”. Salmo 51:17
Dios ve la actitud de nuestro corazón, muchas veces la pereza no nos deja alcanzar lo que Dios nos ha dado. Debemos ser mujeres diligentes, de otra manera estar de forma pasiva, nos llevará a entuyarnos. Cuando uno es joven puede animarse, sin embargo cuando los años pasan y el vigor va disminuyendo, busquemos hermanas la fortaleza del Señor.
La hermosa mujer de Proverbios:
“Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo por venir”.
Proverbios 31: 25
La palabra “Honor” significa esplendor, majestad, honra.
La mujer virtuosa sabe que el Señor es la fortaleza de su vida (Salmo 27:1). Es el Señor que no viste de Salvación, de santidad, de perdón, de gracia. El Señor lo hace si queremos, dejemos que todos los días el Señor nos vista.
Corazones transformados por Cristo 