Libro de Daniel
“El cuarto hombre”
Daniel significa, Dios es mi juez.
Daniel, es el principal autor del libro. Muy joven fue llevado a babilonia en cautiverio en el año tercero del reinado de Joacim de Judá. (605 a.C), donde recibió el nombre de Belsasar.
Fue escogido con tres compañeros suyos (Ananía, Misael y Azarías) para residir en la corte de Nabucodonosor, en donde halló favor real, (como José en Egipto) Daniel rehusó contaminarse con la comida del rey.
En muy corto tiempo, Daniel y sus compañeros, aventajaron a todos. Descifró sueños del rey, entre otros grandes avances a la ciencia en el pueblo caldeo.
El rey Nabucodonosor había mandado a levantar una estatua de oro, cuya altura era 60 codos (30 ,ts de altura, por 3 metros de ancho) todo el reino, pueblo, lengua y nación, al sonido de bocina, flauta, tambor y todo instrumento de música, debían postrarse y adorar la estatua de oro, y cualquiera que no lo hiciera, sería arrojado al horno de fuego ardiendo (Daniel 3)
Pero algunos varones caldeos, acusaron maliciosamente los judíos, estos son Sadrac, Mesac y Abed-nego. El rey encendió en ira y mandó a buscar a estos varones, y les dio la oportunidad de que se postrasen delante de la imagen.
No es necesario que te respondamos este asunto, dijeron estos hombres. (Daniel 3:17)He aquí nuestro Dios, a quien servimos puede librarnos del horno de fuego y de tu mano, y si no, sepas oh rey que no serviremos a tus dioses, ni la adoraremos. El rey mandó a calentar siete veces más el horno, aún aquellos que ataron a los varones, fueron muertos por el calor. El rey Nabucodonosor quedó espantado y dijo: ¿No echaron a tres varones al horno? He aquí, yo veo a cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño, y el cuarto, semejante a hijo de dioses.
Aparece la persona de Jesucristo. (Daniel 3:25) Vemos a Jesucristo en medio de estos tres varones. Él siempre aparece en los momentos más difíciles para nosotros, Jesús, el que nos libra, nos acercó a él.
Estos tres hombres, mantuvieron la fe, hombres de convicciones que a pesar de saber que iban a morir, no se inclinaron a la estatua.
La importancia de mantener nuestras convicciones, que nadie nos lleve a doblegarnos cuando estamos en pruebas, cuando estamos en medio del dolor, cuando vemos que no tenemos salida, porque al instante aparece el Cuarto Hombre y te libra.
(Isaías 43:2). Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán, cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Cuando entraron al horno, vemos la fidelidad de Dios con los amigos de Daniel, su promesa es que siempre estaría con nosotros.
Libro de Oseas
“Fiel por siempre”
Oseas significa, salvación, libertador.
Oseas es el principal protagonista y autor del libro. La actividad del profeta Oseas, se desarrolló en el reino del norte, durante los últimos años del rey Jeroboam (783-743 ac) y la toma de Samaria por los asirios.
Enviado por Dios a hablar a su pueblo y volverse al único Dios verdadero, a su Dios.
Dios buscaba que Israel, para ocupase el lugar y función que siempre debió tener.
Israel tenía una relación adúltera, se prostituye yendo tras dioses paganos, despreocupando al Creador, buscando otros amores.
Dios le ama y le busca, pero no responde, su esposa, su pueblo, no quiere volver, Israel no responde. Dios ordena a Oseas que tome por mujer a una que sea fornicaria (Oseas 1:2) e hijos de fornicación, y tomó a Gomer hija de Diblaim.
Dios ve la acción de Israel como infidelidad y prostitución espiritual.
Probablemente Gomer no era prostituta en el momento de su matrimonio, pero más tarde, ella se volverá hacia el adulterio físico y la inmoralidad.
Abandonar al Señor, nos lleva a una falsa adoración, y peor aún, no lleva a una falsa adoración, y peor aún, nos lleva a rebajar las normas morales.
Inevitablemente el profeta anunció juicio de Dios al pueblo de Israel.
Y vemos representado ese juicio en los 3 hijos de concibió Gomer (Oseas1:2-8)
Y al final de todo, el sufrimiento de Israel, vemos a Dios fiel para siempre.
Y aparece la persona de Jesucristo (Oseas 3:5)
Después de mucho tiempo sin rey, ni príncipe y sin sacrificios, Israel volvería a Dios y a su rey, el Mesías. Y reconocería la necesidad del Salvador.
Como pueblo de Dios y como su hijo, veo mi vida y me comparo a Israel. Así como Israel fue rebelde e infiel, así he sido muchas veces con mi Señor y quebranta mi vida, Él permanece fiel.
No puedo amar al Señor y congraciarme con el mundo, ni dejarme seducir por lo que este ofrece, la palabra del Señor es fiel y verdadera, así debemos ser cada uno de nosotros, hombres y mujeres fieles.
Dios permitió que Oseas se casara con la ramera, para mostrar su gran amor y fidelidad.
Con cuerdas de amo nos atrajo, como a niños de pecho. Muchas veces nos prostituimos como Israel, ahí el viene con amor nuevamente y nos atrae a él.
Corazones transformados por Cristo 