¿En quién te estás trasvasijando?

¿Qué hacen como abuela para los niños?
Como padres hemos enseñado, inculcado lo del Señor en los hijos, ya grandes toman sus propias decisiones. Nosotros pasamos a otra etapa, ser abuelos.
En la Palabra encontramos a Noemí, nos dice que estaba amargada, que volvió de Moab (que significa tierra de basura) a Belén y pudo ser abuela de Obed, hijo de su nuera Rut redimida por Booz su pariente cercano. Lo maravilloso es que Obed está en la línea de ascendencia de nuestro Señor y este niño fue puesto en sus brazos y ella lo guió, fue su aya, es decir que lo guiaba, con su nieto su vida cambio y ella influyó en él.
Como mujeres tal vez estamos como Noemí, amargadas, hostiles, hablando con sarcasmo, insatisfechas, mirando hacia abajo, lo terrenal sin ver lo Señor, lo de arriba, ver propósito para nuestras vidas, como dice la palabra: “Las ancianas enseñen a las más jóvenes”. Tan importante trasvasijarnos en otras. No solo las madres, abuelas, sino también las mujeres que no tienen hijos, la palabra dice: “porque son más los hijos de la desolada que los hijos de la casada —dice el Señor”, sí son muchos porque ella puede elegir a los hijos a quien amar, jóvenes en los que quiera traspasar lo del Señor, poner sus talentos en ellos.
¿Cómo nos estamos trasvasijando en la vida de los nuestros?
“Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; Acabamos nuestros años como un pensamiento. Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos”. Salmos 90:9-10.

Obed, NO fue una descendencia directa de Noemí, sin embargo, fue su aya, una persona que lo instruyó. Lo que hizo ella es la clave para los abuelos, es ser ayo para los nietos. Cuando somos padres hay una responsabilidad de críalos y guiarlos, como abuelos esta no es la primera responsabilidad, sino que podemos mimarlos, teniendo siempre un equilibrio en esta relación. Como Noemí, nos podemos proyectar en ellos, ser instructores en su vida. Podemos enseñarle como:
Dios es un Dios grande, que su pueblo hace hazañas por medio del Señor, leerles sobre todos esos héroes en la Palabra. Tan importante contarles historias de la biblia, la grandeza de Dios. Como ayudó Dios a Ester para preservar a su pueblo. De como Dios libró a Israel de los egipcios. Que haya una decisión en ellos de seguir al Dios poderoso, maravilloso.
Como abuelos no es una opción el ser ayo para los nietos sino es una obligación. Los mayores podemos amar a los niños, que vean a un cristiano en nosotros, no a una persona amargada. Es un privilegio estar presente en la vida de los pequeños, marcar esta nueva generación que no solo es una extensión de sus padres sino también extensión de cada uno de nosotros, la familia de la fé.
¿Qué estamos haciendo en este tiempo? Si vamos a volar ¿Cómo traspaso el evangelio a mis nietos? ¿Cómo traspaso el evangelio a los niños que no son míos?
Dios nos de sabiduría de alguna forma.