Vasijas de madera

Hna. Gladys Figueroa

La madera es un material de la naturaleza que es muy noble. Además es un material resistente a diferencia del barro cocido. La madera suele ser blanda como lo es el pino o el nogal, también puede ser dura como el olivo. Mientras la madera sea más dura entonces será más resistente a la putrefacción.
Otra característica de la madera es que está formada por diminutos y a veces pequeños tubos por donde se transportan el alimento de las hojas a las raíces y viceversa. Esta propiedad puede provocar filtraciones en una vasija de madera en caso de contener líquidos.
En Levitico 11:32 nos dice:  Y todo aquello sobre que cayere alguno de ellos después de muertos, será inmundo; así vaso de madera, como vestido, o piel, o saco, cualquier instrumento con que se hace obra, será metido en agua, y será inmundo hasta la tarde, y así será limpio.
Las vasijas de barro y vasijas de madera eran de gran uso y generalmente quedaban sucias, nuestras vidas vasijas de madera de la misma manera se exponen al pecado que es inmundo, asqueroso e impuro; por eso debemos ser sumergidas en el agua para estar limpias y asi ningún tubo propio de la madera quede sucio.

En Salmo 24:3-4 nos dice: ¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas. Ni jurado con engaño.

Y podemos preguntarnos ¿si estamos inmundos o limpios?. Puede decir “estoy limpia de verdad”, pero el olor que emana será perceptible a sus hijos y a los que le rodean. Con seguridad sea como estemos no engañaremos a Dios. El Señor nos dará la sabiduria para saber si estamos tibios. Es tiempo de limpiar nuestro corazón si estuviere sucio. En Salmos 119:9-10 nos dice: Con qué limpiará el joven su camino?   Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos. Guardemos su Palabra en nuestros corazones que no entre por un oído y salga por otro para que constantemente nos limpie. En Lucas 5:12 nos dice: Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. No seamos como los leprosos que destilan la pus de sus heridas, vayamos donde el maestro y digamosle “si quieres puedes limpiarme”. Ya es tiempo de buscar al Señor, dejar la soberbia, reconocer la suciedad de nuestros corazónes. Una vez perdonadas no nos dejemos engañar por el enemigo cuando venga a recordarnos lo que hicimos, porque en Cristo tenemos victoria.

El Señor viene y estamos en  tiempos terribles, es necesario que nos preguntemonos ¿estoy lista o me estoy engañanado? No compremos las mentiras del diablo para nuestras vidas. En este día si somos vasos de madera imperfectos pidamos en oración y creyendo al Señor que este día nos selle con Su Espíritu Santo para que retengamos Su Palabra que es el agua que nos limpia, para que no entre y salga por ningún tubo o grieta, sino que permanezca renovandose cada día para limpiarnos de las situaciones que nos ensucian y así estar listas cuando venga el Señor.
Querida hermana, nuestro Señor quiere que tengamos comunión con Él, sea usted de madera noble ante Sus ojos, que el agua que permanezca en usted la limpie cada día, que no trascienda por grietas y escape sino que Su Espiritu la selle. Bendiciones.

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
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