Bueno es el Señor con nosotros, nos ama, nos cuida, nos alienta y nos bendice. Nos alienta a ser formados por Él, queremos que el Señor trate en nuestras vidas y nos siga perfeccionando, hemos estudiado en la congregación que estamos viviendo tiempos finales. Estamos cerca del arrebata miento, hoy más que nunca está a las puertas, por eso tiene que ser tratado nuestro carácter.
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres, […] intemperantes, crueles, […] que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita”.
2° Timoteo 3:1-5
Intemperantes, significa que tiene falta de templanza, prudencia, mesura, falta de dominio al hablar o al actuar.
El temple es un proceso térmico por el cual las aleaciones de acero y el hierro fundido se fortalecen o endurecen. Esto se realiza calentando el material a una cierta temperatura y enfriandolo rápidamente. De esta manera el material estará formado para ser usado con el próposito que ha sido construido. Como hombres si ni somos formados no podemos llegar a ser lo que Dios quiere con nosotros, porque no serviríamos. En cualquier momento de nuestra cristiandad si el proceso de templado está mal hecho en nosotros, nos quebraríamos fácilmente. Debemos ser lo que Señor quiere que seamos. Reconozcamos que Dios tiene el control de las situaciones, refrenemos nuestra lengua.
Tenemos el ejemplo claro, callémos en la dificultades, el proceso de Dios está, Jesucristo sufrió crueldad en el Madero de la Cruz, no abrió Su boca y como cordero fue llevado al matadero, herido.
Este tema tiene mucho que ver con las obras de la carne, a veces no nos damos cuenta de lo que decimos, no nos damos cuenta de que estamos dañando a una persona o hermano (en el hablar y en el actuar). Aveces lo hacemos sútilmente para dejar mal a un persona, esto va de la mano con la crueldad.
La intemperancia y la crueldad nos hacen alejarnos de los propósitos de Dios.
Nuestra falta de temple al hablar, se presta para que hablen y hacemos pecar a los demás. Nuestro pastor me dijo una vez que debemos tratar con respeto a nuestros hermanos y a los que presiden, porque esto trae orden. Porque Dios sabe a quien pone por delante, que el Señor nos ayude.
Hubieron jóvenes que hablaron de manera interperante y cruel al profeta Eliseo, éstos murieron. Cuidemos nuestras actitudes porque con estas también pecamos. Esta palabra va para nosotros, los jóvenes. Que el Señor nos ayude para que no sigamos haciendo burlas, no seamos crueles.
“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal”.
Proverbios 3:5-7
Vivimos en tiempos peligrosos, pero debemos apartarnos de este mundo, estamos en este mundo pero no somos de este mundo.
Gracias le doy al Señor porque en medio de todo esto podemos servirle, el enemigo está enojado porque no quiere que prediquemos, en estos últimos tiempos es en donde tenemos que apegarnos a Jesucristo; ahora más que nunca, porque Él viene. Nuestra templanza no se rompa por cualquier cosa. Afirmémonos más en el Señor.
Gálatas 5: 3
“Mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”.
Si somos hijos del Señor tiene que estar este proceso de templado, para alcanzar el fruto del espíritu y este se muestre.
El Señor trató conmigo en estos meses y veo que está haciendo la obra. Es importante confiar en Dios y vivir cada proceso, porque el camino del evangelio es hermoso.
Amén
Corazones transformados por Cristo 