“Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.”
Apocalipsis 19:8
Las acciones justas de los santos, la palabra es clara y nos puede decir el mensaje; ni siquiera me necesita a mí para decir la palabra porque ya está lista. Eso es maravilloso porque nos usa, usa estos vasos de barro y líbrenos el Señor de querer aparentar, sino que estamos en proceso de santidad, estamos en un proceso donde ésta novia se está preparando, primero el novio la desposa con anillo, con un pacto hermoso y le dice “prepárate, te voy a buscar”, e hizo un pacto de amor con ella, ella se prepara sin altivez de ojos, prepara los ojos, considera la boca: que no salgan palabras ociosas, los oídos: debemos oír la palabra del Señor. También el Señor nos habla del baño de la novia, Él nos lavó y nos dió con precio invaluable, Él nos compró y nos lavó, pero nosotras todo el tiempo debemos estar lavándonos de todo peso que nos asedia porque pecamos todos los días. El Señor también nos habla del perfume, que es el símbolo de la santidad, es el olor grato que llega la presencia del Señor; atesorar la palabra es tan importante. El Señor también habla en Su palabra sobre las manos, que deben ser elevadas sin irá ni contienda; cuántas veces nosotros damos la mano estando enojado con otro hermano y hacemos como si nada y decimos “Dios te bendiga”, pero por dentro en el corazón no lo soportamos. Eso es tener mano con irás y contiendas, pero como cristianos no estamos llamados a tener manos sin irá ni contienda. También ésta novia se vistió con la ropa interior y nos hablaba que es con una vestimenta con modestia que viene del corazón, esta palabra tiene que estar atesorada.
En la antigüedad cuando se hacía el compromiso matrimonial la novia era la que hacía un pacto entre ella y el novio, las familias estaban presentes.
La novia mientras esperaba al amado, iba adornando su vestido porque no es un vestido cualquiera. Seguir adornándolo no es un trabajo de un día el Señor nos ayude.
En la Biblia habla que los sacerdotes se vestían con tela de lino fino, que era una tela que les servía para cubrirse, los sacerdotes vestían abajo con prendas interiores y por encima con túnicas de lino para que no transpiren tanto, sus vestiduras eran largas.
También los reyes se vestían de lino fino. El lino fino era una tela de muy alto valor, muy duradera y en tonos blancos parecidos al algodón. Detalles que al Señor le agradan.
El Señor le dice a la novia: “se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos”
Se viste con prendas que son las acciones justas de los santos y de él vienen esas obras.
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” Efesios 2:10
¿Con qué nos vestiremos? Buenas obras.
“Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? […] Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma ” Santiago 2:14,17
La fe sin obras es muerta. ¿Que gano si tengo fe y no hago obras? No sirve. ¿Y si hago obras y no tengo fe? No sirve, ambas van de la mano. Las obras deben ser basadas en el evangelio, porque afuera hay muchas personas que hacen buenas obras, hay personas que llevan comida, no son cristianos, pero esas obras van a perecer si ellos no lo hacen pensando en agradar a quién conocen, al Señor Jesucristo. La iglesia hace obras porque conoce al Señor, porque tiene una intención correcta no para recibir halagos porque el Señor puso un burro.
Es tener un corazón que ama el Señor, como vasos de honra, que podamos bendecirnos unos a otros y esas son las obras que Él preparó de antemano.
En Tito habla “no se preocupen de lo externo no sean ostentosos sino vestirse como mujeres que profesan piedad” (1 Timoteo 2:9-10)
La piedad son las obras de una mujer u hombre cristiano, que tengan un carácter como el Señor Jesús, que dio Su vida por nosotros, que pagó un precio tremendo por nosotros, un precio incalculable invaluable la Sangre de Cristo (Tito 2:14).
¿Cómo nos viste el Señor? Con lino fino. ¿Cuántas nos hemos vestido así o no han tenido algunas la oportunidad de hacerlo? Pero lo cierto es que un día sí estaremos vestidas así delante del Cordero.
Nadie podrá entrar a las bodas a menos que tenga el vestido. En la parábola de las bodas describe a un hombre que no estaba vestido para boda (Mateo 22:11) El Señor le demanda porque estaba ahí y es importante para el Señor vestirnos con esa gracia, con ese carácter de Jesucristo (Colosenses 3:12) Memorizar la escritura y vivirla para prepararse porque Cristo viene y no es por obras nuestras, sino por lo que hizo Cristo, habite en mí todo lo bueno, Él nos va a pulir y no es de manera obligada, el ir a la iglesia sin un corazón sincero no sirve, si no lo hacemos con una actitud de amor a Cristo, sabiendo de dónde me sacó pues ese culto no sirve.
No es por obra humana sino que nos capacita, nos alienta, nos da nueva fuerza. (2° Corintios 1:21)
El Señor me habló hace un tiempo, antes de iniciarnos en las redes, con esta Palabra:
“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría” Eclesiastés 9:10
Hermana, hermano, todo lo que venga a tu mano hay que hacerlo, todo lo que hagamos por la locura de la predicación hay que hacerlo, sobre todo en este tiempo donde está difícil reunirse, va más allá de aparecer en una pantalla, pero lo hacemos con un corazón sincero y no para ser visto sino porque Cristo nos amó y hay una urgencia en este tiempo. Tal vez algún vecino o vecina suya está sin trabajo y necesita una mano, puede ser algo pequeño pero que sea práctico, que sean obras que no se queden en el corazón porque eso es lo que nos demanda el Señor en este tiempo, es que como Su iglesia hagamos las obras que preparó de antemano, que seamos mujeres que profesan piedad, que se dicen cristianas.
Cuando empezamos el llamado con el pastor Florentino íbamos a predicar a lugares más lejanos de San Ramón, era hermoso ver cómo la gente compartía con nosotros sus alimentos y cuando predicamos el evangelio abrían sus puertas y nos daban agua con harina. ¿Qué ha pasado con nosotras? ¿Porque tanta desconfianza de extender la mano?
¿Qué otro tipo de obras pueden haber aparte de predicar el evangelio? Estas obras preciosas de justicia, Él ya las hizo, pero no es para que nos quedemos sentadas viendo la necesidad de afuera de nuestra casa, el Señor nos libre de tener un concepto alto de nosotras mismas, dejemos de ser una iglesia ensimismada, hay familias con varios niños con necesidad; se ha preguntado ¿Cómo podría ayudarles?
Antiguamente se ponía un lugar en la mesa pensando que podían llegar visitas, o personas necesitadas
¿Qué es lo que haremos en este tiempo?
El Señor Jesucristo quiere la unidad de la iglesia en Su amor con nosotros y eso debemos hacer, amarnos como dicen en Juan 17:21 “para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”. Seamos uno, como Él es uno con el Padre, haciendo las obras que el Señor preparó de antemano.
Hay gente que tiene el virus, no nos alejemos y hablemos juzgando, cuán importante es vestirnos con obras, vestidas de un corazón renovado, nuevo como cuando se le demandó a Nicodemo nacer de nuevo, no para esperar aplausos de nadie. No necesitamos gratitud de nadie, debemos hacer lo que la iglesia tiene que ser. Que el Señor nos ayude para caminar en esas obras de santidad, esas obras de justicia. ¿Ha pensado en los campamentos, cómo andan en el barro? No nos quedemos en la pena, volvamos a las primeras obras cuando hacíamos de corazón, cuando no importaba el frío o el miedo o cuando compartíamos el zapato, se ha perdido esto y el Señor nos ayude, que la gracia y la misericordia vuelvan a nosotros y preguntémonos de que estamos vistiendo. Si hacemos obra de amor ese vestido se va agregando, esas obras justas se van adornando y cada vez están más listas para irse con el amado, ese vestido se está formando mientras el amado iba a preparar habitación que podría ser en su casa o acá o en otro lugar y ese proceso de morada es un proceso de justicia nos va lavando preparando adornando.
Que tengamos un celo de adentro de hacer buenas obras.
“Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras”. Tito 2:7.
“Que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra”. Tito 3:1.
Dispuestos para toda buena obra cuando nuestros líderes, nuestras pastoras o quien sea nos pida hacer algo; estar dispuestos para venir a limpiar la iglesia, la cocina, los baños, hacerlos por amor porque en la Iglesia habita el Señor y Él está aquí, entre pocos pero también en las casas.
En Apocalipsis dice “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”. Apocalipsis 22:12.
El Señor va recompensar a cada uno según sea su obra, vamos a recibir recompensa según como haya hecho usted, haya hecho en esta vida y esto es mientras haya vida, haya esperanza para ayudar. Ahí ante el Señor vamos a saber cómo fuimos conocidos
¿Cómo quieres ser conocida? Tal vez como Dorcas, ella hacía ropa para huérfanos, ella asistía al necesitado. Somos conocidos por nuestros hechos, reflejando lo que hacemos al Señor. Dios nos forme, que tengamos un carácter tan amable, dadivoso, preparada para buena obra, para hacer lo que tengamos que hacer, Dios es justo como ninguno. Lo más pequeño lo tiene presente cuando lo hacemos con una actitud correcta, como mujeres cristianas.
A ella se le ha concedido vestirse de boda, que no le pase lo que le pasó ese varón que no fue con vestidos de boda, no sea que cuando la iglesia desaparezca usted no se haya dejado formar por el Señor; no es como uno piensa, sino es como dice la palabra. Que sea la lámpara la luz que guía el camino.
Si usted cree que no está vestida de bodas preocúpese que todavía hay tiempo, levántese, camine y empiece a vestirse con esas buenas obras. Empiece hoy porque mañana puede ser tarde porque estamos invitadas a las bodas. No pierda su invitación, por eso es importante el evangelio de salvación y levantarse con actitud correcta delante del Señor. El mundo dice que la economía va a ser terrible porque todo se prepara para los turistas, tal vez ya tiene el vestido listo pero camine, no se desvista, no se quede dormida: siga preparándose porque el amado viene.
Ella está bien lavada, que la boca tenga un freno, que no lleguemos y hablemos porque pecamos y no falta pecado en la boca. Dios tenga misericordia y nos ayude a cada una de nosotras, estemos preparadas para el rapto con vestiduras limpias y puras, que se lavan en la Sangre del Cordero; lave y purifíquese.
Corazones transformados por Cristo 