Enfócate en lo importante

“Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.” 

Proverbios 31:30 

ENGAÑOSA: del hebreo  “shéquer” y se usa para designar algo que es falso, fingido, que implica embuste.

VANA: del hebreo es “jebél” y se refiere a algo vacío, transitorio y con poco significado.

TEMER: del hebreo “jaré” que significa maravillarse en Dios, tener sumisión reverente, asombro de la santidad de Dios.

MINISTRACIÓN:

Este verso bíblico se refiere a que una mujer puede fingir parecer noble, bondadosa, agradecida, con una personalidad atractiva, pero todo esto puede ser fingido, pero ese engaño tarde o temprano se acabará. Con este verso entendemos que la confianza en la belleza física es inútil, pues es transitoria, nuestra confianza debe ser estar exclusivamente en Dios, tener una sumisión reverente a Su palabra. De esa manera esta mujer es elogiada ¡sólo merece alabanzas la mujer que obedece a Dios!.

El apóstol nos exhorta atención a lo importante, que es el corazón, ser mujeres afables, apacibles, enfócate en lo eterno y no superficiales. 

Señor alinea nuestro corazón con el tuyo, que tu Espíritu Santo hermosee con tus cualidades nuestra vida. Amén.

¿Eres como la vid que lleva fruto alrededor de los tuyos?

 “Dadle del fruto de sus manos,

 Y alábenla en las puertas sus hechos.” 

Proverbios 31:31

FRUTO: Del hebreo perî; también tâbû’âh,”producto” del suelo o del trabajo. Del griego karpós. Básicamente, el producto de los árboles o arbustos, en lenguaje figurativo representa el resultado final de cualquier actividad. 

MINISTRACIÓN:

Este verso bíblico se refiere con la siembra y cosecha, lo que sembramos cosechamos. Cada día las mujeres nos enfrentamos a nuevos desafíos y elecciones. ¿Qué haremos hoy? La decisión en la respuesta afectará el mañana.

Ella recoge el fruto de sus manos de su trabajo, recoge frutos maravillosos de perseverancia y disciplina.

Muchas madres deciden negarse y se quedan en casa para cuidar de sus hijos y administrar las labores de su casa, Dios elogiará a esa mujer. Que maravillosa cosecha de congratulaciones recibe una mujer virtuosa. 

Vivamos nuestras vidas para Dios, digamos ¡BASTA! a nosotras mismas. Dios nos dará recompensa, abracemos la grandiosa promesa que Dios nos da: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”  Colosenses 3:23-24.        

Con las obras que hizo la alaban.  ¿Se cumple en ti el siguiente versículo?“Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa” Salmo 128:3