Un hermoso tiempo en familia siendo ministrados por nuestros amados Pastores Aldo Benelli y Eliana Santander. Agradecemos al departamento de Multimedia por las imágenes, video y transmisión en las redes.
Les invitamos a leer la ministración a continuación.
GENESIS: 2:25: Y estaban ambos desnudos. Adán y Eva sus mujer, y no se avergonzaban.
Pensando en esto, vimos la importancia que tiene la correcta comunicación en la familia, partiendo por el esposo y la esposa.
¿QUÉ ES LA COMUNICACIÓN? La comunicación es el proceso de transmisión e intercambio entre un emisor y un receptor.
Deriva del latín “communicatío”, que significa compartir, participar en algo o poner en común.
Hay distintos tipos de comunicación o lenguaje:
COMUNICACIÓN ESCRITA: Prensa, cartas, texto en redes sociales, caricaturas, etc. Pero este tipo de comunicación carece de rostro, no tiene expresión, y no se puede saber el estado anímico de la otra persona.
Muchas veces se usan palabras poco apropiadas ya que lo que estamos diciendo por escrito no es recepcionado de la misma manera. A veces caemos en la falta de tino, falta de tacto al escribir algo, hay falta de respeto y falta de consideración.
1.- COMUNICACIÓN VERBAL INDIRECTA: Sin duda es una de las cosas que más hacemos durante el día. Hablar por teléfono celular. Sin embargo, esta forma de comunicación también carece de rostro. Solo podemos juzgar el volumen y timbre de voz de la otra persona.
2.- VERBAL, VISUAL, CORPORAL: Esta es sin duda la mejor forma de comunicarnos, ya que representa casi el 100% de la comunicación. Hay palabras, gestos, mirada y movimientos que nos dicen mucho respecto de esa persona.
Con respecto a la comunicación dentro del núcleo familiar, la Biblia define claramente los roles de cada uno en cuanto a tareas, obligaciones, responsabilidad como hijos, padres, hermanos, etc…
A veces nos comunicamos tomando en cuenta nuestras vivencias pasadas, por ejemplo:
- Faltas de perdón
- Rechazo
- No aceptar a la otra persona
- Tener un alto concepto de sí
- Falsas expectativas
Todo esto perjudica a nuestra comunicación como Esposos, esposas, hijos, madres padres, suegros, nueras, etc…
Debemos pararnos en el camino, JEREMÍAS 6:16 … y hablar en paz conmigo mismo y poder hablar en paz y en amor con quien tengo a mi lado.
Aplicación 1: no podemos manejar ni controlar el comportamiento de la otra persona, pero sí podemos hacerlo con nosotros responsabilizándonos de lo que decimos.
YO SIENTO – YO PIENSO – A MÍ ME GUSTARÍA – YO QUISIERA QUE (Romanos 12:18: Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres).
Aplicación 2: Elimina todos los posibles distractores: Televisión, celulares, música. Así habrá un ambiente ideal y sin interrupciones.
Aplicación 3: Poner toda la atención a la otra persona sin distraerse. Ejemplo: ¡estoy escuchando!, ¡dígame nomás!, ¡no necesito verte a la cara para hablar!.
Hay preguntas profundas que debemos hacernos. Debemos aprender a observar al otro, eso requiere de tiempo y ejercicio.
Tal vez tome tiempo, pero si ejercitamos nuestra comunicación, veremos que cada vez que lo hagamos, nos va a costar menos
Ministración:
Que el Señor rompa las cadenas que mantienen a nuestras familias esclavizadas al pasado. A faltas de perdón profundas. A no saber tratarnos. Dice la Biblia en Colosenses 3:19: Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas; casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor; Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor; Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten;
No permitir que los problemas y pecados de nuestros familiares entren a nuestros hogares. Mantengamos nuestro altar familiar sano. Con respeto y consideración. Valorar lo que hace el otro (esposo, esposa, hijos).
Adán y Eva no solo estaban desnudos corporalmente, sino emocionalmente. Estaban unidos espiritualmente, había dialogo profundo y sin reservas, había una relación sana y santa delante de Dios; eran puros.
El Señor nos ayude a tener nuestro altar familiar santo y procurar que esté sano delante del Señor.
Corazones transformados por Cristo 