Laodicea: Que alimentas más, ¿tu carne o tu espíritu?

“Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

Apocalipsis 3:14-15

Laodicea, una ciudad fundada por Antíoco II y llamada así en honor a su esposa Laodice.
Fue una ciudad muy próspera, uno de los lugares más ricos comercialmente debido a su ubicación en la intersección de dos importantes rutas. Su riqueza era tanta que cuando fue destruida por un terremoto no pidieron ayuda a Roma en su reconstrucción.
La ciudad era famosa ganadeeamente, producían la lana negra, una lana muy suave.
En Laodicea fue creado el colirio, muy utilizado para limpiar los ojos. Eran expertos en la curación de la vista, además eran parte del mayor centro de tratamiento en la salud.
“He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero”
Aquí habla del Señor Jesucristo:
“Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén”, 2° Corintios 1:20.
Jesucristo es el Amén, palabra que significa “de verdad, verdadero, fiel” Si, El es Dios que no cambia, que es eterno y trasciende en el tiempo, el Anciano de Dias, le dice:

“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente”
Asi es, el Señor conoce nuestras obras, el que tiene llamas de fuego lo escudriña todo, podemos ocultar lo que somos a nuestros hijos o a los que nos rodean pero no a Dios.

Como ciudad no tenían agua, pero se proveían de unos acueductos de agua desde una termas. Esta agua les servía para bañarse, mas también era utilizado para producir vómito cuando enfermaban y cuando en medio del calor la bebían. Esta agua causaba desagrado, malestar porque no era fría para refrescar, ni caliente para no tomarla. El Testigo Fiel dice:
“Por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”.
El Señor no tolera la tibieza. Quiere que seamos frios o calientes, que nos definamos, los frios ya estan perdidos, los calientes son los que sirven con todo al Señor, el tibio es aquel que conoce al Señor y no quiere congregarse, el tibio es aquel que cree en Dios pero no le busca en oración, dice que no tiene tiempo o lo deja para después, de modo que no ora, se afana en los quehaceres diarios. Es el que pone pretexto para servir a Dios. El tibio es el que no se establece en una iglesia y va tomando de todo un poco haciéndose presa de lobos rapaces de doctrinas herradas, es aquel que no reconoce el liderazgo de sus pastores, sino que teniendo comezón de oír se llena de glotonerías. Peligroso hermanos, sobretodo en este tiempo de pandemia, nos conectamos con varios cultos online, pero ¿y con los cultos de nuestros pastores lo hacemos fielmente? Y empieza el menosprecio al pan que nos dan nuestros pastores, a los que Dios estableció. Si su pastor necesita ayuda sea fiel con él.

“Tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad”.

Esta ciudad era rica y vivía para sí, buscaba lo material dejando lo espiritual de lado. Preguntémonos como cristianos, que alimentas más, ¿tu carne o tu espíritu?
Aunque tenían el colirio para usarlo no podían ver su estado de tibieza.
Era difícil que cambiaran, tendrían que verse, ver su estado espiritual, se creían “ricos” y pensaban que no tenían necesidad de nada, su confianza estaba en lo que tenían, alimentaban mas su carne que su espiritu. El Señor los veía como “desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos”.

Ayúdenos el Señor a ser una Iglesia caliente en el Señor.

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
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