La novia prepara su calzado

“y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz”

Efesios 6:15

En los tiempos bíblicos era muy importante el calzado, porque tenía una simbología:

• con cerrar un pacto,
• con derechos de propiedad,
• con casarse,
• con redención (redimir).

El tipo de calzado que se usaba en ese tiempo, era una sandalia de cuero o de junco retorcido que consistía en una suela adherida al pie, mediante tiras o correas de cuero. Este tipo de calzado tenía 3 funciones: firmeza, alcance y resistencia.

En lo espiritual simboliza:

• estar firmes en el evangelio o cualquier tribulación (Efesios 6:15),
• alcance se refiere a llegar a la meta (Fil.3:14)
• resistencia a resistir a los tiempos malos y al enemigo (Hebreos 12:1).

Pero cuando alguien salía descalzo a la intemperie, tenía 3 connotaciones: castigo, humillación, o símbolo de tristeza (2 Samuel 15:30).

¿Está preparando sus calzados para las Bodas del Cordero? ¿Es importante tener calzados apropiados para prepararnos en nuestra boda? ¿Cómo desposada podemos estar descalzas?

Debemos prepararnos a diario como desposada, estar con zapatos firmes, resistentes para llegar a la meta, bien calzadas y así poder entrar a las bodas. No sacarse los zapatos, no descalzarse.

Ejemplos de calzado:

1. Calzado egipcio: de esclavitud, de malas costumbres. Prácticas que al Señor no le agradan. En el libro de Éxodo, vemos que Moisés tenía este tipo de calzado. En nuestra vida debemos descalzarnos de todo pecado. Por esto, el Señor cambia nuestro calzado, por uno de: Guía, fe, confianza, esperanza, para caminar en el desierto, como lo hizo con Moisés.
2. Calzado para el desierto: este lugar implica dificultad. Pero los israelitas recibieron calzado espiritual. Calzado ni su vestido que no envejecerían (Deuterenomio 29:5). El Señor se encargó de todo, maná, vestido y zapato. No importa si el mundo está en crisis, vivimos, porque el Señor, tiene a sus hijos en su mano. No depende de nosotros mismos, sino de nuestra dependencia del Señor. Dios nos dota de habilidades y oficios para ganarnos el sustento, pero todo es por su misericordia (Salmos 37:25).
3. Calzado de la obediencia: fe, valentía. En Josué 5:15, vemos como a este varón se le aparece el Príncipe de la espada desenvainada. Porque es necesario que se esfuerce y sea valiente; y este día nos dice a nosotros que no desmayemos. Él no nos abandonará, pero no quiere que sigamos con el calzado de Egipto, ni del desierto.
4. Calzado de conquista, abundancia y prosperidad: Debemos creer en todo tiempo, que aunque en peligro de muerte, el Señor es quien nos sostiene. Porque es el Señor fiel y verdadero. Algunas veces, nos comparamos y cuestionamos al Señor, y esto es porque todavía tenemos puesto el calzado del desierto.
5. Calzado del Señor: Él todo lo puede. Solo en Cristo tenemos paz, amor y seguridad, porque es dueño de la vida, de la muerte, de este mundo y su plenitud.
6. Calzado de Redimir: el calzado de Noemí, quien se fue de Belén (que significa pan) a Moab (que es tina de basura). Tengamos mucha sabiduría para tomar decisiones. Noemí producto de su vida en Moab, se llenó de amargura y pidió llamarse Mara. Antiguamente, cuando había una mujer viuda, era costumbre redimirla. Esto significaba, tomarla como esposa y así también, las tierras de quien era redimida. Por esto Booz, en una reunión frente a todo el pueblo y los ancianos, pidió a un pariente más cercano que él, redimirla; sin embargo éste, tomó su calzado y lo botó para negar su derecho, entonces Booz recibió toda la heredad de Noemí y a Ruth por esposa, frente a muchos testigos. De la misma manera, Jesucristo nos redimió, muriendo en la cruz frente a muchos; él nos selló y nos llevó adelante e inscribió nuestros nombres en el libro de la vida (Apocalipsis 20:15).
7. En Ezequiel capítulo 16:6, encontramos a una niña (aun con su ombligo), que fue abandonada en un terreno desierto. Y dice: Y yo pasé junto ti, y te ví sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus sangres te dije: ¡Vive!, y extendí mi manto sobre ti; y cubrí tu desnudez y te di juramento, así te dije: mía eres tú. El Señor nos tomó cuando estábamos sumergidas en nuestro dolor y nos dijo ¡vive!… y estando sucias nos limpió y nos hizo partícipes de las bodas del cordero.
8. Despojémonos de todo calzado egipcio y calcémonos del calzado del Señor. No dejemos de prepararnos a diario como desposada, los calzados son muy importantes, ellos reflejan el corazón con el que estamos corriendo, para alcanzar el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.  Permanezcamos con fe y esperanza firmes en cada paso confiando con nuestro corazón en Aquel que es fiel para cumplir todo lo que ha prometido. Si nuestro corazón se mantiene en comunión con Dios, oyendo el evangelio y buscándole en oración, podremos estar en paz y resistiremos los ataques del adversario. ¡Resistamos! (Lucas 18:1). Lleguemos a la meta, bien calzadas para así, poder entrar a las Bodas.

Hermana si se ha sacado los calzados y esta en tierra de egipcios o en Moab este es el tiempo de volver a la casa del Padre, así como lo hizo el hijo pródigo, el Padre está esperándole para calzarle una vez mas:

“Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies” Lucas 15:22