Estoy bien con mi Dios

Horatio Spafford nació el 20 de Octubre de 1828, New York en el seno de una familia próspera y reconocida en los Estados Unidos.

De joven a Spafford le enseñaron la biblia, a la vez que se formó como abogado.

En una clase bíblica se enamoró de Anna Tuben Larssen, con la que se casó y tuvo 4 hijos. El himno fue escrito después de varios hechos traumáticos. Sus bienes fueron consumidos en un incendio, que lo arruinó financieramente. Con el objetivo de descansar con su familia decidieron ir a Inglaterra.

Antes de viajar Horatio se enteró de la muerte de un amigo y decidió no abordar. Durante la travesía, el barco donde viajaba su familia fue envestido por el acorazado Loch Earn y se hundió en 12 minutos. Gran parte de la tripulación no sobrevivió. Entre ellas sus cuatro hijas, la más pequeña de 2 años. Anna quedó con vida, escuchó una voz que le decía “has sido salvada por un propósito”. Llegando a Gales, envió un telegrama, diciendo: única salva. Pero estoy bien tengo paz en mi ser Gloria a Dios. A pesar de la gran pérdida ella consoló a su esposo con sus palabras por esta gran tragedia. “Dios me ha dado cuatro hijas, algún día entenderé por qué”.

Más tarde Horatio pasó por el lugar de la tragedia y escribió: “El jueves pasado navegamos sobre el lugar del naufragio, en medio del océano, las aguas de tres millas de profundidad. Pero no pienso en nuestros seres amados como si estuviesen allí. Están a salvo, cubiertas, en los brazos del Cordero.”

Con su esposa tuvo tres hijos más, el varón murió a causa de una enfermedad. Spafford con su familia tomaron la decisión de ir a Jerusalén, ahí formó un grupo llamado “The American Colony” (La colonia americana) para el servicio de los pobres. En la actualidad todavía está funcionando. Entrando a su camarote, se inspiró y compuso una poesía, y es un consuelo, para él y otros muchos, un mar de consolación.

A pesar de todo amaba a Dios y se inspiró este bello himno, tengo paz en mi ser gloria a Dios soy salva.

Estoy impactada al saber que eran tan pequeñas, y como madre perder a sus hijos. Como no darle gloria a Dios, en medio de la adversidad.

En un testimonio escuchaba, si una esposa pierde a su esposo es viuda, pero perder a un hijo no tiene nombre, es un dolor tan grande. Tan parecida la historia de Horatio a la de Job. Tal vez usted ha vivido la pérdida de un ser querido. Uno se hace preguntas. Pero sin pasar el límite de preguntar con amargura. He querido saber porque mi hermana partió tan rápido, conversar en la mañana y estar sin vida más tarde.

¿Permite Dios las tragedias?

¿Está Dios en todo?

¿Si Dios me ama porque permite que sufra?

En el barco ¿En qué estaba Dios, estaba en control?

Dimensionar lo que es te varón sufrió no creo que sea posible. Su esposa también debió sufrir, en ese mismo barco viajaba su pastor. Me imagino que Horatio se debió también cuestionar, tal vez de manera similar. Al pasar por el mismo lugar donde se hundió el barco entiende que Dios es Soberano.

Soberano, es que no hay una autoridad más suprema que él, no hay nadie a quién tenga que rendir cuentas.

Saber aceptar lo que Dios tiene para usted y decir que Dios es Soberano es realmente fuerte. Es decir: eres dueño de mi vida, de mis hijos; usted decreta y lo demás se cumple.

En el mal el enemigo no tiene parte, sino que Dios lo permite. El diablo le pregunta, el Señor lo decreta. Dios es Soberano.

Recuerdo en un tiempo, escuchar a mi hermana Cecilia que contó que su hijo Mathias estaba enfermo, ella deseando que esté mejor, escuchó una voz diciendo: ¿SI me lo llevo? A lo cual mi hermana respondió: Me va doler Señor, pero es tu voluntad. Un momento muy crucial. La partida de un ser querido es algo muy doloroso.

Cuando alguien pregunta ¿Dónde está Dios? La respuesta es en el mismo lugar donde se crucificó a su hijo. Dios es inamovible. Dios tiene sus planes. José pasó por muchos procesos, muchos muy dolorosos, pero era para preservar a su pueblo. Podemos decir: Que podemos aceptar los planes del Señor. Horatio dijo en medio de su adversidad “Estoy bien con mi Dios”. El pastor Samuel Storms dice del sufrimiento:

“Dios no da testimonio al mundo sacando a su pueblo del sufrimiento, sino demostrando su gracia en medio del dolor y mientras se atraviesa el sufrimiento.”

Saca en victoria en medio de la adversidad, el Señor nos dice que: “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” 2 Corintios 12:9.

“Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese”

1 Pedro 4:12

Perder un hijo debe ser la prueba más difícil, pero dijo “Estoy bien con mi Dios”. La sunamita perdió a su hijo, el hijo que Dios le dio. Mas ella dice “estoy bien” cuando le preguntan. Es entender que Dios es el Rey y el saber que es soberano. Horatio tenía la opción de estar en amargura, pero decía:

De paz inundada mi senda ya esté,

O cúbrala un mar de aflicción,

Mi suerte cualquiera que sea, diré:

Alcancé, alcancé salvación.

Nuestra pastora nos dice: Que cuesta decirlo, cuando hay hijos. Cuando  no se les ve sirviendo al Señor. No los vea  perdidos sino véalos en fe, como salvos. Dios no dio hijos para que se pierdan.

Horario siguió diciendo: