“porque escrito está: Sed santos, porque yo soy Santo”.
1 Pedro 1:16
Es imposible hablar de la santidad de la Iglesia sin saber de dónde viene la santidad, ¿Quién nos otorga la santidad? Dios es la fuente de vida donde brota la santidad, en este versículo podemos ver la perfecta voluntad del Señor y también lo podemos ver en Levítico 19:2 también haciendo referencia a la santidad del Señor Jesucristo lo podemos ver en Lucas 1:35 y con referente a la santidad de la Iglesia en 1 Corintios 3:16 y Capitulo 6:19, estos 4 versículos se alinean a través de la escritura para hablarnos de la santidad, la santidad del Padre, la Santidad del Hijo y la santidad de la Iglesia. Es Dios quien vive la santidad, lleno de santidad, rodeado de santidad, su poder es santidad y todo lo que hace lo hace en santidad.
La santidad es una cualidad de Dios, él vive, él respira y se mueve en santidad en cualquier parte en el tercer cielo y todo lo que lo rodea es santidad, su santidad es pura y no existe lugar donde no se dé testimonio de su santidad, el Padre Dios vive en las alturas en una condición que nadie puede comprender, la santidad de Dios es tan pura que no existe ser alguno contado como es Dios es eternamente santo.
A través de las escrituras me he dado cuenta que siempre ha estado en la intención de Dios mostrarnos un camino más excelente. Todo lo que se mueva en santidad eso agrada a Dios; apartarse y la obediencia son las palabras que el Señor demanda a su pueblo para vivir en santidad, y dentro del pueblo escoge hombres que tienen que apartarse y vivir en santidad para trabajar en el templo, y gente que va a trabajar en el sacerdocio y a ambos les demanda apartarse de lo que es inmundo delante de Dios. Él busca la santidad desde el principio por tanto el Edén lo creo en santidad, a Adán lo creo en santidad, a Eva la creo en santidad, el mundo entero estaba en santidad y si analizamos la creación del querubín grande y protector podemos entender que ese ser fue creado en santidad.
Dios es creador y él tiene un nivel de santidad y una pureza extrema, profunda, grande y eterna; de él salió santidad para crear este ser y este ser corrompió el templo y su santidad, por ende con el mismo poder destructivo lo destruyó y condenó y sacó fuego para condenarlo, la santidad para Dios tiene importancia, la santidad para Dios es importante porque sin santidad nadie puede verle y nadie puede entrar al reino de los cielos. El querubín pecó y perdió su santidad y no puede estar con Dios. Todo Dios lo hizo en santidad los querubines, los serafines, todo ha sido creado en excelencia; para los hombres la santidad es un misterio y para la iglesia también lo es sino escudriña las escrituras, por ende el poder de Dios, el poder sobrenatural que él tiene al estar en todas partes y todo lo que él sabe (pues puede ver cada rincón y conoce cada alma, puede ver el pasado, el presente y el futuro), es gracias a su santidad, y a su autoridad en plenitud; aunque el infierno ruga a Dios no lo mueve de su santidad; podemos entender que cuando el Espíritu Santo bautiza, purifica y santifica con fuego y limpia y purifica del pecado. El Espíritu Santo es quien transforma al pecador, la palabra está abierta a los hijos de Dios, su trono es alto y sublime. Dice Isaías que vio la gloria de Dios, también Exequiel lo dice, que la tierra resplandecía a causa de su gloria, a causa de su santidad y de la gloria de Dios. Cuando Cristo venga esta tierra va a temblar por la gloria de Dios. Cristo vendrá con su gloria y por una Iglesia santa, ningún hombre puede pararse delante de Dios y ofenderlo poniendo una sentencia en la escritura, él tiene el control de todo; a través de su santidad y su poder, él tiene todos los planes en su mano poderosa, jamás ha perdido una batalla, si tiene que condenar va a condenar, si tiene que salvar va a salvar porque él es santo, justo y poderoso; su justicia se mueve a través de toda la tierra no he visto justo, ni viuda desamparada, Dios es justo y manifiesta su poder porque él es santo, la tierra está llena de su gloria.
Los hombres se hacen problemas aun sabiendo que cuando Dios quiere preparar algo él lo prepara, es de Dios todo el plan porque él es santo y nos trajo la salvación, los hombres se llevan la gloria pero Dios se la merece porque él lo hace todo. Los ojos de Jehová están en todo lugar por eso debemos poner en él todas nuestras ansiedades, Jesucristo debía ser santo porque si no, no podría actuar el poder y la santidad del Padre que tenía que delegar. Jesucristo caminaba como hombre y los dones se manifestaban en plenitud, es por eso que él podía hacer milagros, es por eso que el Espíritu de Dios lo usaba para ver sanidad; el padre Dios lo preparó en santidad, Jesús debía cuidarse y hacer lo que su padre Dios le demandaba en santidad, era una carga tremenda que tenía que cumplir y no podía haber fallas, era un plan perfecto de Dios, y en Jesucristo estaba la perfección. En Jesucristo estaba la vida eterna es porque el padre Dios puso su perfecta voluntad en él, los hombres que se acercaban a él encontraban sabiduría, la mujer samaritana encontró paz en ese hombre, encontró una palabra para esa sed. Santidad, fuego, gloria y obediencia cuatro cosas que tiene que tener la Iglesia, si el Señor te apartó no te acerques al mundo acércate a la Iglesia, el pecado es como un anzuelo que está ahí y cada vez que nosotros nos aventuramos en las aguas el diablo toma ese anzuelo y nos tira y nos lleva al pecado, muchas veces eso es la concupiscencia que mora en el corazón. ¡Solo Jesucristo puede romper el pecado! Jesucristo resucitó y todos los que esperan en él resucitarán.
Corazones transformados por Cristo 