En el monte Calvario

The Old Rugged Cross
George Bennard

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Juan 3:16

George Bennard nació en Youngstown, Él y su esposa se habían convertido en una reunión del Ejército de Salvación y se convirtieron en líderes de la Iglesia Metodista. Antes de componer este himno, Bennard había estado estudiando a profundidad sobre la Cruz y pasó muchas horas meditando en ella. Dijo que se inspiró al ver a Cristo saliendo de este verso Juan 3:16.

Fue el momento en que las palabras vinieron a Él. Es la Cruz en la que expiró por mí y por aquellos que aún no han llegado. Confiamos que su palabra siga extendiéndose. Porque para eso es que dio su vida y entregó su amor en aquella cruz.

En el monte Calvario ahí estaba una cruz,
Emblema de afrenta y dolor.
Y yo amo a Jesús que murió en esa cruz Jesús
Por salvar al más vil pecador.

Coro:
¡Oh! Yo siempre amaré a Jesús.
En sus triunfos mi gloria será.
Y algún día en vez de una Cruz,
Mi corona Jesús me dará.

Vio a Cristo en Juan 3:16, habla de la cruz, una cruz vergonzosa donde morían los hombres terribles. Los romanos sabían cómo provocar sufrimiento, Jesucristo murió como maldito. Juan 3:16 impactó la vida del autor, fue como ver al maravilloso Cristo crucificado. Habla del dolor pero también del oprobio y de la vergüenza de la cruz.

“Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Filipenses 2:8

El verbo que con su palabra creo todas las cosas, que estuvo ahí en la creación, vivía en las alturas allá en la gloria de los cielos. Jesús viviendo con el padre en la eternidad. Desciende a la tierra. La vergüenza, el peso del pecado, lo horroroso de la cruz, lo llevó el Señor. Es puesto en el monte calavera, siendo que no había cometido pecado. Fue expuesto en el madero de la cruz. Él fue humillado, vituperado, sufrió el oprobio, por nosotros, para darnos vida eterna, salvación. Nos sacó de las prisiones eternas. Le veremos de nuevo, con sus marcas de la cruz para recibir la corona.

Al igual que Cristo todos los días nosotros debemos tomar esta cruz. No significa una enfermedad, un hermano que no me agrade, sino es negarme a mi deseo, a mi carne, a este mundo, porque Cristo venció en la Cruz tenemos victoria. No sé cuáles son sus deseos, pero un día en lugar de esa cruz tendremos una corona. ¡Maravillo Jesús! que nos sacó de las tinieblas, siendo ciegos recibimos la vista para ver la cruz de Cristo, la victoria. En ella ver la sangre con la que fuimos comprados, el lugar donde fuimos libertados. ¡Gloria al Señor por la cruz donde fue crucificado!

Aunque el mundo desprecie la cruz de Jesús,
para mi tiene suma atracción,
porque en ella llevó el Cordero de Dios
mi pecado y mi condenación.

En la cruz do su sangre Jesús derramó,
hermosura contemplo en visión,
pues en ella el Cordero inmolado murió,
para darme pureza y perdón.

Yo seré siempre fiel a la cruz de Jesús,
sus desprecios con él sufriré;
Y algún día feliz con los santos en luz,
para siempre su gloria tendré.

Tendremos la esperanza de estar un día en gloria. Hasta el día de hoy intercede por nosotros, él se pone en nuestro lugar. Y recibimos el perdón el pecado.

Isaías 53:3-5

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

En la sangre de Cristo está nuestro perdón. Camino al calvario enmudeció por nuestra salvación, por nosotros también, un pueblo que no era su pueblo. Acaso cuando nos sentimos con oprobio, rechazados, lo primero que hacemos es reclamar, y no estamos dispuesto a seguir adelante.

Había un propósito aparte de la salvación, allá en la cruz todos somos iguales, Hecho está para la gloria de Dios.

Al hombre ladrón que no tenía oportunidad de ser salvo, llegó a su lado el Salvador.

En cada victoria nos recuerda que en la cruz él tuvo victoria. Tenemos esa esperanza que le veremos, cara a cara, veremos las marcas en Él. ¿Está dispuesta a seguir adelante, pese a los dolores, a las enfermedades, en medio de este mundo? Nadie ha perecido para la gloria de Dios. Vez que miramos al cielo nuestro Dios está presto en todo momento. Él hizo un sacrificio una vez y para siempre. Lo hizo sin que lo merezcamos. No es de nosotros solo por el Don de Dios. Si hoy escucha esta voz, ruéguele al Señor que entre en su corazón.

En el monte Calvario se vio una cruz,
Emblema de afrenta y dolor.
Y yo quiero esa cruz do murió mi Jesús
Por salvar al más vil pecador.

Coro:
¡Oh! Yo siempre amaré esa cruz.
En sus triunfos mi gloria será.
Y algún día en vez de esa cruz,
Mi corona Jesús me dará.

Aunque el mundo desprecie la cruz de Jesús,
Para mi tiene suma atracción.
Porque en ella llevo el Cordero de Dios
Mi pecado y mí condenación.

En la cruz do su sangre Jesús derramó
Hermosura contemplo en visión.
Pues en ella el Cordero inmolado murió
Para darme pureza y perdón.

Yo seré siempre fiel a la cruz de Jesús,
Sus desprecios con él sufriré.
Y algún día feliz con los santos en luz,
Para siempre su gloria tendré.

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
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