Castillo fuerte

En 1483 nace Martín Lutero, hijo de Hans y Margarita Lutero. Sus padres muy severos en su disciplina; en una ocasión su mano terminó sangrando por robar una nuez.

Una noche mientras él regresaba a su casa después de visitar a su familia se vio atrapado en una tormenta eléctrica, esa noche fue acongojado y vio la muerte cerca. En medio de su aflicción, le juró a Dios que si le salvaba se volvería monje, promesa que cumplió.

La Iglesia católica promovía la indulgencia de los pecados a cambio de dinero y de obras. En el monasterio, mientras Lutero estudiaba la Biblia entendió que la salvación es un trato entre Dios y el hombre. Así, el 31 de octubre de 1517 colgó sus 95 tesis, bajo el título “Cuestionamiento al poder y la eficacia de las indulgencias”, tales tesis fueron motivo de una gran persecución de la Iglesia hacía él. En ese tiempo la Iglesia papal tenía más poder que el Rey de cualquier nación. Sin embargo en el 1521 Lutero fue protegido por Federico III, más conocido como Federico el sabio, quién lo protegió en el castillo de Wartburg; se dice que este tiempo fue de inspiración para componer el Himno “Castillo Fuerte” en el 1529, basado en el Salmo 46.

Posteriormente, fue llevado a juicio para retractarse de las acusaciones que hizo, en ese juicio dijo:

“A menos que no esté convencido mediante el testimonio de las Escrituras o por razones evidentes —ya que no confío en el Papa, ni en su Concilio, debido a que ellos han errado continuamente y se han contradicho— me mantengo firme en las Escrituras a las que he adoptado como mi guía. Mi conciencia es prisionera de la Palabra de Dios, y no puedo ni quiero revocar nada reconociendo que no es seguro o correcto actuar contra la conciencia. Que Dios me ayude. Amén.”

Dios le dio la victoria.
¿Qué es Dios para el cristiano?

Un gran castillo, un poderoso escudo y una buena arma.

Nada es coincidencia para el Señor, en este tiempo este himno alentó mi vida. Lo que hizo Lutero fue mantenerse firme, tener fortaleza y lo vemos en el himno que compuso; en medio de lo que le esperaba, él sabía que Dios era su fortaleza y su escudo.

“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar”. Salmo 46:1-2

Lutero también vivió la pandemia de la peste negra, nosotras en este tiempo la pandemia del Coronavirus. Como mamás tuvimos que ser profesoras de nuestros hijos, pasamos por este virus, porque Dios es nuestro amparo y fortaleza en las tribulaciones. Todos pasamos problemas y tribulaciones, pero el Señor está con nosotros.

Un castillo es un conjunto de edificios rodeado de agua, es una fortaleza con grandes torres, su característica principal es un lugar seguro, un lugar de protección. Un Castillo fue el lugar donde Lutero fue amparado y fortalecido.

Dios es nuestro castillo, es el lugar seguro, el refugio. En el castillo el Rey de reyes llama, Él espera a sus guerreras dispuestas a servir a su Señor. En el castillo Dios nos dice: soy tu amparo y tu fortaleza. Dios me dijo que confíe en ÉL y él hará, y así fue, así es. Cuando sufrí una gran desilusión el Señor estuvo ahí. Las oraciones son fortalezas, en medio de la aflicción y el dolor, Él nos prepara para las situaciones. En ese momento fue difícil para mí, cuando estaba toda la alegría de la navidad para mí fue un momento de gran tristeza, me costó volver a sonreír, pero me refugié en los brazos del Señor, le creí porque Él iba a estar conmigo, Él fue mi castillo.

Cada una tiene pruebas diferentes, pero todas tienen la misma respuesta CRISTO, si no confiamos en Él todo va a ser perdido. Dios ha sido bueno y he comprendido cuánto nos ama a pesar de los problemas. La vida nos puede golpear siempre, las enfermedades, pero estamos en el camino del Señor y la confianza tiene que estar en Él, que es el lugar seguro, el castillo, porque en todo tiempo ahí está el Señor.

Somos mujeres de oración, guerreras sin flaquear, siguiendo adelante, luchando por la bendición. En la oración buscarle a Él debe ser lo primero, en medio de la adversidad Lutero confío, nosotras también hagámoslo.

En medio de la enfermedad digamos aquí estoy Dios de Victoria, como guerreras.

1. Castillo fuerte es nuestro Dios,
Defensa y buen escudo;
Con su poder nos librará
En todo trance agudo.
Con furia y con afán
Acósanos Satán,
Por armas deja ver
Astucia y gran poder;
Cual él no hay en la tierra.

2. Nuestro valor es nada aquí,
Con él todo es perdido;
Mas con nosotros luchará,
De Dios, el escogido.
Es nuestro Rey Jesús,
Él que venció en la cruz,
Señor y Salvador,
Y siendo él solo Dios,
Él triunfa en la batalla.

3. Y si demonios mil están
Prontos a devorarnos
No temeremos, porque Dios
Sabrá cómo ampararnos.
¡Que muestre su vigor
Satán, y su furor!
Dañarnos no podrá,
Pues condenado es ya
Por la Palabra Santa.

4. Esa palabra del Señor,
Que el mundo no apetece,
Por el Espíritu de Dios
Muy firme permanece.
Nos pueden despojar
De bienes, nombre, hogar,
El cuerpo destruir,
Mas siempre ha de existir
De Dios el reino eterno.