“La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas”. Lucas 11:34
El Señor tomó la doncella para su hijo, le dio el Señor anillo, se apareció a su vida y la cambió; ahora ella necesita vivir en santidad. El Señor le va mostrando la forma en que debe vivir y andar en este camino y es paso a paso, es la forma en la que nos quiere guiar.
En cada casa hay lámparas, antiguamente la lámpara necesitaba un ingrediente esencial: el aceite, si no había aceite la casa quedaba en tinieblas, en obscuridad.Ya el Señor vino a nosotras, nos salvó e hizo compromiso y ahora quiere alumbrar todo nuestro ser, al igual que en una casa tenemos varias habitaciones, varias áreas de nuestra vida que necesitan ser alumbradas.En esa oscuridad se tiene que ver la luz y toda tinieblas sea alumbrada, es difícil porque queremos que algunas aéreas permanezcan, no queremos quitarlas porque nos parecen cómodas para poder seguir caminando. Pero la palabra que es la lámpara mayor es la que nos indica lo que debemos cambiar. Muchas veces la oímos pero no la llevamos a la práctica, en la congregación podemos escuchar la palabra pero no la ponemos por obra, no queremos de lo que el Señor tiene para nosotros y hacemos lo que queremos. Puede que muchas personas incluso vengan y nos digan en lo que estamos y lo dicen por amor porque llegamos a tener un ojo que no agrada a Dios y así estar en tinieblas, el riesgo es que cuando venga el Señor podemos quedarnos, es una realidad; son tiempos muy difíciles donde no tenemos certeza si estamos en un rato más o mañana, la maldad se ha multiplicado. No necesita ver noticias, se respira un aire de maldad y es muy difícil.Hoy me tocó ver un asalto de dos jóvenes a un anciano y le quitaron todo su dinero, no pude hacer nada porque eran dos jóvenes contra un adulto; ahí podemos ver que esas personas tienen todo su ser en tinieblas. Así está el mundo, así está todo, solamente la misericordia de Dios nos permite estar levantadas pero si estamos en la obediencia del Señor haciendo lo que él nos indica.
¿Qué representa la lámpara y qué aceite hay en nosotras?
Muchas veces hay aceite que lleva agua, me ha pasado que en el momento de freír el aceite salta y es complicado cocinar, muchas veces podemos provocar eso en nuestras vidas también, hacer mezclas que no agradan al Señor. Dios nos ayude y nos guíe a estar en lo que él quiere, somos mujeres y tenemos harto que hacer en todo el día, no nos queda tiempo para hacer y siempre estamos haciendo algo ya que somos dueñas de casa pero que sea siempre teniendo nuestra mente la palabra del Señor, una forma es poniendo alabanza.
En internet hay mucha información que pareciera buena pero hay algo que no está bien.
¿Cómo el Señor quiere que este su novia? que este ataviada de todas formas para alabar al Señor.
Cuando estamos tristes, enfermos o contentos lo reflejamos en los ojos.
El Señor quiere que el mirar refleje un corazón limpio sin orgullo ni altivez o amargura, porque el ojo también refleja un lenguaje, algunas veces refleja menosprecio.
El Señor nos adiestre, y que nuestro ojo alumbre que tenga en su vasija aceite. El Señor quiere que sus hijas se preocupen de su mirada, que si es necesario por favor heche colirio para limpiarlo para que tengamos esa mirada purificada. Si hay algo que no le agrada a Dios, él sea sacando.
Los ojos del rey David no estaban en lo correcto, todos fueron a batalla pero el se quedo y paseando por el terrado su ojos se fijaron en una mujer, sus ojos se desviaron y le trajo pecado. No desviemos nuestros ojos en lo de Dios. Muchas veces el ocio puede jugar una mala pasada, siempre habrá una oportunidad de desviar la mirada, estemos atentos y velando en el Espíritu.
El Señor nos quita la venda de los ojos. Cuando estamos siendo pasivas viene el peligro y no sólo para nosotros sino para los que nos rodean, el Señor nos ayude a tener siempre la mirada puesta en el Señor ya que tiene control de todo, Él tiene control de nuestros hijos y nuestra mirada siempre tiene que estar en el Señor, nuestra mirada no puede estar baja, siempre mirando hacia arriba; pero si bajamos nuestra mirada podemos estar en peligro. En Génesis podemos ver a Eva que sacó su mirada de lo que le dijo su esposo acerca de lo que Dios ordenó en el huerto, muchas veces como Eva no queremos obedecer a quién Dios constituyó como jefe de hogar, como jefe de familia o como nuestros pastores en el caso de las solteras. Cuando los pastores nos dicen que no hagamos ciertas cosas es porque no nos conviene, podemos estar en pecado. Que el Señor nos ayude a seguir buscando de Él, poniendo siempre nuestra mirada en el único Dios verdadero, todas nosotras como mujeres podemos caer en cualquier momento, pero sólo cuando nos tomamos de la mano del Señor él no sostiene para levantarnos y ponernos en pie. Como mujeres vivimos muchas cosas, luchamos con todas las emociones, luchamos y estamos bien un día y al otro estamos mal, pero en el Señor tenemos que tener la mirada alta sin bajarla. El problema nunca puede ser más grande que nuestro Dios, ni siquiera la escasez. Siempre la provisión de Dios está en nuestra casa con los nuestro, en medio de todo lo que vivimos Dios provee, El nos afirme y nos lleve en victoria, El es nuestro proveedor en medio de lo que pueda decir el mundo, lo que digan las estadísticas económicas de Chile o del mundo en general, Dios es quien nos sustenta; El es nuestro proveedor. Nuestra mirada está puesta en él, Dios es el que provee porque si sumamos va a faltar, se hicieron las cuentas pero en el Señor todas las cosas son multiplicadas. Dios solamente lo hace pero cuando tenemos puesta la mirada en el Señor, cuando nuestra mirada no se ha bajado. Cuando tenemos que pararnos ante su presencia El que tuvo poder para levantarnos, nos dio vida, le dio vida a la doncella, a la novia que tomó, la rescató del mismo infierno donde estaba ciega y no tenía esperanza ninguna. Donde sólo habían deseos de morir el Señor apareció.
Si seguimos clamando Dios hace misericordia, Él da respuesta y es en esa palabra en la que debemos aferrarnos porque Dios no hace nada indebido, el que nos rescató dónde no teníamos nada, sin opción de vida Él nos rescató para darnos vida y salvación, así poder gozar de lo que viene mañana y cuando digo mañana puede ser cuando suene la trompeta y volemos, porque queremos llegar a las bodas del cordero y esa tiene que ser nuestra meta, en nuestro gemir; que venga nuestro amado. Quiero irme con mi amado, estar en sus moradas, que me pueda preparar y así volar con su novia, porque vendrá y tomará su novia y se llevará a quien esté apta para volar. Si hay algo que no agrada al Señor lamentablemente se quedará porque él no va a transar: el pecado es pecado. El Señor nos ayude y nos afirme en este día, que nuestra mirada siempre sea resplandeciente mirando al blanco soberano, que no haya nada que no sea parte del amor del Señor, que nos aparte de sus caminos aún cuando lo pasemos muy mal, aún Cuando sentimos no tener fuerzas, pero seguir adelante mirándolo a él porque él es el único qué es el camino, la verdad y la vida. Su palabra es para nosotras, no hay otra no hay otra; lámpara es para nuestros pies Su palabra, es para que la vivamos, alumbremos nuestro camino. Que nuestros ojos vayan mirando a El soberano.
¿Dios está gobernando nuestras vidas o hay algo que nosotros no queremos que gobierne?
¿Somos dócil para obedecer lo que Dios quiere decirnos o preferimos hacer lo que nosotros pensamos? Si hay algo que dejar el Señor está presto ayudar.
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12: 1-2
Corazones transformados por Cristo 