Nos basaremos en la historia entre Abigail y Nabal. (1° Samuel 25:38). Hubo un conflicto, esto ocurre a raíz de que Nabal no respondió conforme la costumbre de entonces, ya que David y sus hombres, estuvieron muchos días en el campo protegiendo a los pastores de aquel lugar, y cuando pidió un poco de alimento, Nabal y su insensatez se lo negaron. (vers. 25).
Aquí había un principio, David había cuidado los bienes de Nabal y tenía que ser retribuido.
¿Qué son los principios? Son un conjunto de valores, creencias y normas que orientan y regulan la vida de las personas.
¿Qué son los valores? Son guías para definir el correcto comportamiento de las personas.
Ley: Regla o norma establecida por una autoridad superior para regular de acuerdo con la justicia, algún aspecto de las relaciones sociales.
1- Leyes de la física: ley de la gravedad, la de reacción y acción, etc.
2- Leyes emocionales: Son las que producen trastornos y se repiten una y otra vez. Ej. Maltrato verbal, emocional, físico, etc
3- Leyes Espirituales: Son las que rigen el alma de la persona. Ejemplos:
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. Gálatas 6:7
“Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo”. 2° Timoteo 2:19
“Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala” 1° Pedro 3:11.
Así como éstas, el matrimonio se rige por leyes y principios que si rompemos o los menospreciamos, sufriremos las consecuencias. Los malos tratos con faltas de perdón traerán amargura. También serán traspasadas a las generaciones.
¿Es necesario estar casados para vivir en plenitud?
“ y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. Efesios 3:19
¿Podemos aprender a vivir con un Nabal? Si. Nabal es un tipo de creyente que vive en la carne. Vive con amargura, ira, un Nabal es egoísta y egocéntrico.
Abigail, es el tipo de creyente viviendo con los frutos del Espíritu. Gozo, paz, amor, mansedumbre, etc.
¿Cuántas veces en el matrimonio, uno de los dos se enoja y actúa mal, contesta mal, queda mal? Muchas veces. Pero “la blanda respuesta aplaca la ira”; “el avisado ve el peligro y huye”.
Recordemos lo que esta mujer en particular vivió con su esposo. El era un hombre amargado.
Amargado: MALHUMOR Y HOSTILIDAD HACIA LOS DEMÁS POR HABER SUFRIDO ALGO.
Egocéntrico: SE CONSIDERABA EL CENTRO DE TODO LO INTERESANTE.
Arrogante: MUESTRA SOBERBIA Y FALTA EL RESPETO A LOS DEMÁS.
Un hombre que no considera a Cristo como el centro de su vida de su familia.
¿Puede alguien quitarnos la paz?
“Seguid la paz con todos, y la santidad sin la cual nadie verá al Señor”, Hebreo 12:14.
“Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”. Romanos 12:18.
Abigail lo hizo, fue prudente antes de hablar con Nabal, ella espero, ¿Cuántas veces actuamos como está mujer? Ella llevó ofrenda de paz a David. Mas Nabal actuaba con necedad. Ella fue sabia.
¿Cómo puede un creyente dejar de tener estas conductas (obras de la carne) que Nabal tenía?.
La Biblia nos enseña que Nabal terminó sus días en su propia maldad. Dios lo determinó así. Es imposible sembrar bien y cosechar mal, o viceversa. Este hombre no cambió. Como él escondemos la amargura, como lo hizo también Adán cuando se escondió de Dios habiendo pecado. Las amarguras traen desunión en el matrimonio, así como el pecado trajo desunión entre Dios y Adán.
El propósito de la ley de Dios es que habiendo descubierto su pecado, las personas puedan volverse a Cristo, para que las limpie de todo mal.
¿Quién nos dijo que el matrimonio es a nuestra forma? En el matrimonio debe haber aceptación, considere que no se casó obligado, sino que hizo un juramento solemne, primero ante un juez, testigos, ante Dios de ser leales, estar en lo bueno y en lo malo, en la enfermedad. Nosotros decidimos ¿hemos aceptado a nuestro cónyuge? ¿Por qué tanto enojo? No hay perfección en el hombre, no hay plenitud.
Nuestro Señor nos enseña que la justicia, la misericordia y la fe, son lo más importante. (Miqueas 6:8)
A veces se ve que aún hay ligaduras que no hemos permitido que el Señor las rompa.
La Ley de Dios nos conduce a Cristo. Porque la Ley nos muestra cuán faltos y pecadores somos.
“Pero Cristo Jesús vino a romper ligaduras, a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos” Isaías 61:1
Podemos tener victoria en el matrimonio, estar con personas como Nabal en paz, así como las espinas son parte de las rosas. Podemos no decir palabras como golpes de espadas, dejar de alegar y vivir sabiamente.
Corazones transformados por Cristo 