Vasijas quebrantadas

Hna. Mery Choque

En las casas judías habían varias vasijas, algunas de ellas por el uso, el movimiento y el toque entre ellas terminaban quebrantadas. Como vasijas nosotras también podemos ser quebrantadas, los motivos pueden ser la diferencia de opiniones, tal vez problemas en nuestros trabajos, las situaciones complejas que vivimos día a día y otras causas mas que producen tensiones en nuestras vidas.

Según la costumbre judía, una vasija quebrantada ya no podía ser útil para dar agüita, pero si podía ser usada para llevar ofrenda al templo.

El sacerdote en el templo tomaba la ofrenda y al ver la vasija quebrantada la llevaba a la casa del alfarero, quien podría darle una solución para que la vasija quebrantada pueda volver a cumplir su función. Para su restauración el alfarero

• Lijaba el lugar de la vasija que se ha quebrado, buscando eliminar asperezas que impidan ser restaurada.
• Buscaba sangre de sanguijuelas, gusanos que se adhieren con su boca a un animal para succionar su sangre, en particular de corderos.
• Hacía un pegamento que era una mezcla de sanguijuelas molidas y barro.
• Con el pegamento juntaba la parte quebrada a la vasija.
• Introducía la vasija al horno nuevamente para sellarla.

De la misma forma para ser restauradas

• El Señor examina nuestros corazones, nos confronta y eso duele. En el quebranto nuestro alfarero quiere limpiarnos.
• El Señor dio su sangre por nosotros porque las sanguijuelas tomaban la sangre del Cordero.
• El Señor se sacrifico, Jesús siendo Dios se hizo hombre (barro) y fue molido por nuestras transgresiones.
• El Señor nos hace nuevas criaturas, nos restaura. “El sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas”. Salmo 147.3
• El Señor en el horno nos prueba y no nos dejará como no dejo a los tres en Babilonia.

En Isaías 57:15 nos dice:

“ Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.” Isaías 57:15

Queridas hermanas si estamos quebrantadas clamemos, humillemónos ante Él Alto y Sublime aceptemos el proceso de restauración y no nos amarguemos vayamos a la cruz.

Nuestro Señor Jesús también fue quebrantado, no abrió su boca como cordero fue llevado al matadero sigamos su ejemplo y busquemos su restauración.