Maravilloso nuestro Salvador, dejando su trono de Rey vino y se hizo Siervo.
Era necesario que Jesucristo se haga hombre y padecer por nosotros, vino en humillación como un bebé por nosotros los pecadores.
Jesucristo, el Verbo, que estaba en un principio, la Vida, la verdad, vino como hombre, el hijo, el unigénito dado por nosotros.
El prometido por Jesucristo, el Consolador, el que a la Iglesia es el Espíritu Santo que nos lleva a toda verdad y toda justicia.
Jesucristo es nuestra justificación solo por fe en Él.
Jesucristo al salvarnos, al lavarnos con su sangre nos santifica.
Jesucristo es nuestra redención, precio impagable, su sangre.
Para nosotros seres finitos, es incomprensible, entender una Salvación tan grande.
Jesucristo es nuestra suficiencia para tener gozo.