Iglesia de Efeso

Apocalipsis 2:1-7

(Primera parte)

CARACTERISTICAS HISTORICAS

Era una de las ciudades más importantes del Mundo Antiguo, por su posición geográfica y actividad industrial. Estaba situada al occidente de Asia Menor (hoy Turquía), entre Mileto y Esmirna. Su acceso al mar la convirtió en el principal puerto de Asia Menor durante el Imperio Romano.

La historia dice que allí se radicó el apóstol Juan después de su regreso de la isla de Patmos. La tradición (escritos post-apostólicos) afirma que Juan se trasladó a Éfeso a finales del siglo I d.C. para supervisar y ayudar a las iglesias de Asia Menor. El apóstol Juan falleció y fue enterrado en Éfeso.

Como ciudad fue fundada en el siglo XII a.C.

En la era apostólica, Éfeso era el centro administrativo y religioso de la provincia romana de Asia. El templo de Artemisa o Diana, era considerado una de las siete maravillas del mundo y estaba localizado al nordeste de la ciudad. Daba nombre a Éfeso y esta se la llamaba “La guardiana de la ciudad de Éfeso” (Hechos 19:35). La superstición y el ocultismo florecieron en gran manera a la sobra del culto de esta diosa, cuyas características eran semejantes a la diosa cananea de la fertilidad Asera.

Hoy día el sitio de la antigua Éfeso lo ocupa la ciudad turca de Seljuk.

PALABRAS DE ENCOMIO

Versos 2 y 3, el Señor le dice: “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia, y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre y no has desmayado”. El Señor la elogia por no dejarse engañar y también reconoce su gran trabajo y paciencia. En el versículo 6, les reconoce que es una iglesia que aborrece las obras de los nicolaitas, las cuales él también aborrece. De los nicolaitas no se sabe mucho, pero se dice que este podría ser un partido o secta que surgió dentro de la iglesia y promovía la inmoralidad e idolatría y trataban de imponer una orden sacerdotal creada por ellos en las iglesias. Se dice que eran seguidores de un tal Nicolás (en griego Nikos que significa: conquistador del pueblo). No se sabe bien quien fue su fundador, pero Ireneo y Tertuliano lo identifican como Nicolás de Antioquia, prosélito (gentil convertido al judaísmo), que era uno de los siete diáconos que la iglesia de Jerusalén eligió para supervisar la distribución de alimentos y bienes comunes (Hechos 6:5). Se dice que apostató de la fe y fundó este partido o secta, pero esto no es muy claro. Algunas referencias escritas por Ireneo, Tertuliano y Clemente sugieren que los nicolaitas continuaron como secta gnóstica hasta el 200 d.C.

QUEJA

Sin embargo, tiene una queja contra ella. En el verso 4, se le hace saber: “…Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”. Ellos eran una iglesia que compartía todo y todo lo tenían en común. También se preocupaban de atender a los huérfanos, viudas, presos y necesitados. El apóstol Juan en 1° de Juan 3:17-18 escribe: “Pero el que tiene bienes en este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿Cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Por tanto, el Señor les reclama eso y le dice: “Recuerda por tanto, de donde has caído y arrepiéntete, y haz las primeras obras”.

JUICIO

Esto para el Señor es tan serio que si ellos no obedecían a esta exhortación, quitaría el candelero de su lugar (esto es la luz de la presencia del Señor en la iglesia).

INTERPRETACION PROFETICA

Muchos eruditos de la dispensación, creen que la Iglesia de Éfeso representa la primera iglesia de la historia (desde el Pentecostés hasta el año 100 d.C.). Esta iglesia nos muestra a la iglesia apostólica. EFESO significa “DESEADA O DESEO ARDIENTE”, por lo que se piensa que los habitantes eran fervorosos en sus actividades cotidianas.

En el versículo 1, el Señor se presenta como el que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro. Mostrando de esta forma su señorío y autoridad sobre las iglesias. Él lo ve todo y se mueve en el tiempo.

INTERPRETACION ALEGORICA

En este tiempo, el Señor tiene la misma queja contra algunos creyentes: “…Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”. El primer amor aquí se refiere a la búsqueda continua del Señor, comunión con el Espíritu Santo.

Cuando recién venimos a Cristo, estamos en todos los cultos, puntos de predicación, ayunos, estudios bíblicos, etc. Anhelamos estar con el amado. Sin embargo, con el tiempo ese deseo del corazón de servir al Señor, se transforma en rutina. Ya no es un deleite congregarse, sino solo un deber o una obligación que hay que cumplir. Leemos en el evangelio de Marcos capitulo 12:30, Jesús hablando… “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento” Entonces podemos entender que no se trata de hacer por hacer, sino que es servir, porque amamos al Señor. Que cuando nos congreguemos, coordinemos un culto, ministremos la palabra o solo sirvamos una mesa, mostremos que Jesucristo tiene el primer lugar en nuestra vida. Cuando corremos y ponemos lo de Dios primero, todo lo demás toma el lugar correcto. Colosenses 3:23 dice: “Y todo lo que hagáis hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres…” No podemos servir correctamente, si nuestro corazón está lejos de Dios. Volvamos a tener ese deseo ardiente por el Señor y hagamos las primeras obras. “Avivemos el fuego del don de Dios que está en nosotros” (2° Timoteo 1:6). Amén.