Aprendiendo de la creación de Dios: La tortuga

“El que tarda en airarse es grande de entendimiento; más el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad”

Proverbios 14:29

Existen alrededor de 293 especies de tortugas, repartidas en todo el mundo, en diferentes ecosistemas. Algunas viven en las playas, océanos, ríos, lagos otras son las terrestres, todas son distintas; lo que hace a cada una especial. Algunas herbívora. Las terrestres se alimenta en general de verduras, frutas, hojas y algunos invertebrados como babosas, caracoles y lombrices; las marinas en cambio de corales, vegetales marinos o algunos invertebrados como: pulpos y medusas pequeñas. Su tamaño varía entre los 60 cms. y 1 metro 80 cms. Podrían llegar a vivir 150 años, y las que viven menos, alrededor de 40 años. Son ovíparas (nacen de un huevito), buscan un lugar seguro en tierra, excavan y ponen sus huevos, los que tapan y luego se van para nunca más, volver a ver sus crías.

¿Por qué las tortugas caminan tan lento?

Está demostrado científicamente, que las tortugas no tienen necesidad de moverse con rapidez; ya que llevan acuesta su caparazón como un escudo protector, este la protege del peligro, y cuando se encuentran amenazadas, se esconden por completo dentro de él, hasta que el peligro haya pasado. Su caparazón esta unido a sus costillas.

¿Qué no debemos imitar de la tortuga?

No debemos imitar a las tortugas, en el abandono de sus crías a la deriva. Nosotros tenemos que guiar a nuestros hijos. En Deuteronomio 6:7 dice: “…y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarse, y cuando te levantes.” Como padres debemos instruir a nuestros hijos para que no se aparte del camino cuando fueren grandes (Proverbios 22:6)

¿Qué debemos aprender de la Tortuga?

Nosotros relacionamos a las tortugas con la paciencia. En el ser humano, la paciencia es la actitud de poder soportar contratiempos y dificultades, para ver algo bueno al final.

Las tortugas saben actuar ante la adversidad, esperan salir de su caparazón hasta estar seguras; si algo entorpece su camino no se desesperan, sólo rodean su obstáculo y siguen avanzando; aceptan los cambios y continúan día a día sin preocupación de los problemas o retos que tengan. Ellas siguen avanzando con perseverancia y paciencia. No se dan por vencidas, no pierden la calma.

La paciencia de Dios

“…el Señor, Dios misericordioso y clemente, lento para la ira y grande en misericordia y verdad.”Éxodo 34:6. A pesar que los israelitas habían provocado a Jehová más allá de lo imaginable, él siempre demostró paciencia. Nunca se apresuró a vengarse.

Pacientemente espera, y ve como las copas de la ira se llenan, un día las derramará. Paciente Dios espero que Noé construyera el arca.

La paciencia de Cristo.

Paciente con sus discípulos, cuando les pidió que oraran, pero ellos se durmieron, 2 veces. Paciente con Jacobo y Juan cuando reaccionaron violentamente en Lucas 9: “Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, para que los destruya? Pero Jesús no vino a quitar la vida, sino a salvar vidas. Paciente con Pedro al perdonar su negación.

La paciencia en el cristiano

Es parte del fruto del Espíritu Santo en su corazón. “…más el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia…” Gálatas 5:22

Dios nos dice que seamos pacientes, “estad quietos, y conoced que Yo Soy DIOS” Salmos 46:10. Es esperar, perseverar.

La paciencia es lo opuestos a la ira, “El que tarda en airarse es grande de entendimiento; más el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad.” Proverbios 14:29. El Amor es paciente (1 Corintios 13:4). La falta de paciencia es también falta de amor.

La paciencia es esa virtud, que debiera ser parte de nuestro carácter. Si el Señor fue paciente con nosotros, cuanto más nosotros que somos todos pecadores. Todos conocemos a alguien que tiene poca paciencia, que explota a la menor provocación, pero una persona con paciencia es totalmente distinta; ella tiene dominio sobre sí misma, pasa la mayor parte del tiempo tranquila y serena. Debemos ser pacientes cuando nos insulten o provoquen; debemos ser pacientes en todo, no ser necios revelando el enojo, sino ignorando la injuria (Proverbios 12:16).

POR AMOR no pongamos caras cuando algo nos molesta, eso es falta de paciencia, falta de amor, porque cuando nos enojamos o nos irritamos caminamos distinto, saludamos distinto o en verdad no saludamos. Nuestras actitudes son el mayor reflejo de lo que somos, demuestran cuan pacientes somos, no es solo decir, tengo paciencia, es soportarnos los unos a los otros, procurando mantener la paz con todos. Es amarnos como Jesús nos ama.

Pacientes al esperar la respuesta del Señor, Dios nos dice “que guardemos silencio ante Él y esperemos en Él” Salmo 37:7.

No debemos dudar del Señor, siempre actúa a tiempo. Lázaro fue un buen amigo de Jesús, cuando enfermó gravemente. Sus hermanas María y Marta le mandaron llamar al Maestro; cuando Jesús llegó Lázaro ya había muerto. Sin embargo, Jesús sabía que aún estaba a tiempo, así que se dirigió a la tumba y clamó a gran voz: “LAZARO VEN FUERA.” El Señor no actúa según nuestro horario, Él está siempre a tiempo.

Cultivemos la paciencia en nuestras vidas. A veces nos adelantamos a los própositos de Dios para nuestras vidas. El quiere que seamos pacientes. Y la tortuga nos enseña bien.

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
search previous next tag category expand menu location phone mail time cart zoom edit close