Promesa a la iglesia de Esmirna

PROMESA

El significado de muerte para cualquier persona natural es “fin de la vida”. Donde entendemos que todo se acabó, que es el término del caminar en esta tierra y que no hay nada más allá de eso. Sin embargo, la biblia en Lucas 16:19-31, nos relata la historia del rico y Lázaro, donde nos cuenta: “Aconteció que murió también el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.” Con esta lectura, entendemos que después de la muerte hay otra vida. Nos relata que Lázaro estaba en el seno de Abraham y el rico en un tormento. Con eso entendemos que hay una primera muerte, y que es la separación del cuerpo con el alma.

Nuestra afirmación se sustenta, cuando leemos en Juan 11:25-26 “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” Además, podemos extraer de estos versos bíblicos que, hay una segunda muerte, el Señor Jesús le llama, una muerte eterna. Además en Apocalipsis 21:13-14, dice: “Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.”

Podemos comprender entonces, que hay dos muertes, la primera muerte en la que hay separación del cuerpo y el alma, donde ya no respiramos, y una muerte segunda que es eterna, en el lago de fuego.

Según lo leído, pareciera que la primera y segunda muerte, es algo al cual estamos condenados, y que no hay escapatoria. Y que la segunda sin Cristo, es aquella a la debemos temer, pues es eterna en condenación. Pero, hay otra segunda muerte que es para salvación.

Leamos la promesa que Dios da a la Iglesia de Esmirna, que dice “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.”

No hay nada que añadir a esta palabra, está clara. Si somos fieles al Señor y morimos a esta carne, y si Él nos halla aprobados, nos librará de la muerte segunda, así como aquellos mártires del Señor que no escatimaron en dar sus vidas por el nombre de Cristo, sabiendo que esa sólo era la muerte primera y que ellos no sufrirían el daño de la segunda muerte. Así como nos prometió el Señor Jesús: “Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente” una hermosa promesa. ¡Gracias Señor!

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
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