En el primer tema de nuestra serie de Proverbios 31, la madre de Lemuel aconseja con amor a su hijo acerca de cómo debe comportarse y que no debe ser como cualquier simple, sino como un rey, que no vaya tras cualquier mujer, y junto a esto menciona características de la mujer que debe buscar; una mujer virtuosa.
¿Quién es una mujer virtuosa?
Es una mujer cristiana, una mujer que tiene virtudes.
La virtud es la disposición que tiene un ser para obrar de forma ideal. Las virtudes no deben confundirse con las buenas cualidades de un ser, aunque están relacionadas. Porque existen las malas cualidades de un ser, que son los defectos y estas claramente no estan relacionadas con las virtudes.
La palabra virtud en el latín es “virtus” que significa fuerza; y también “dinamis” que significa poder, influencia.
Nuestro Señor Jesucristo menciona que virtud salió de Él cuando la mujer de flujo de sangre toco su manto:
“Me ha tocado alguien; porque yo he conocido que ha salido virtud de mí”.
Lucas 8:46
La mujer de flujo de sangre fue a buscar sanidad, pero encontró más, ella fue salva y recibió las virtudes de Aquel que llama de las tinieblas a la luz admirable. (1 Pedro 2:9)
Y es así, que sólo la mujer cristiana puede ser virtuosa con las virtudes recibidas por Cristo. La mujer virtuosa sólo puede ser una mujer nacida de nuevo. Sólo una hija de Dios.
Las distintas traducciones de la Biblia nombran a la mujer virtuosa como: “mujer valiente”, “mujer fuerte”, “mujer hacendosa”, “mujer ejemplar”.
En la Biblia se describen a muchas mujeres virtuosas, pero sólo en un pasaje se la menciona específicamente con “virtuosa”, este pasaje es Rut 3:11 cuando Booz le dijo a Rut:
“Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa”.
– Ruth era moabita, vivía en un lugar donde se adoraba a un dios llamado Quemos, un lugar de idolatría, ella posiblemente una sacerdotisa de ese dios, ¿cuántas veces habrá visto ver sacrificios de recién nacidos?
Una mujer de estima, extraordinaria, de gran valor.
El rey Lemuel preguntó: Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
Proverbios 31:11
Hay varias piedras preciosas. Esta mujer es comparada con ellas.
Como el diamante la mayoría de las piedras preciosas se forman en la corteza de la tierra a mucha profundidad, en minas en distintas partes del mundo, incrustadas en rocas o yacimientos. Una vez halladas se usan palancas, taladros de aire comprimido para sacarlas.
Sacerdotes y reyes eran dignos de piedras preciosas, como David con su corona. (1° Crónicas 20:2)
Y mucho más nuestro Dios, lo vemos en la construcción del Templo:
“Yo con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Dios, […] piedras de ónice, piedras preciosas, piedras negras, piedras de diversos colores, y toda clase de piedras preciosas, y piedras de mármol en abundancia”.
1° Crónicas 29:2
Una perla se halla en el interior de ciertas especies de moluscos, como las ostras. Se forma cuando un granito de arena hiere al molusco y este lo envuelve con una sustancia nacarada. No hay ninguna perfecta. En Mateo 13:45 Jesucristo compara el reino de los cielos como un mercader que busca una perla preciosa y que habiéndola hallado vende todo lo que tiene para comprarla.
Ministración
Rut junto a su esposo y suegros habrá participado de los Shabatt, y seguro que muchas veces escuchó de Dios, lo que le llevó a creer en el Dios verdadero, el creer no puede haber nacido de ella. Rut fue una mujer nacida de nuevo, ella renunció a su idolatría. Ella reconoció al Dios verdadero que la cuidaba y es por eso que no quiso dejar a Noemi cuando ella iba a regresar a Belén. La Biblia dice “Pero Rut dijo: …Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”.
Rut fue cautivada por el gran Yo Soy. Y sus virtudes fueron vistas en Belén y por Booz. No sabemos en qué situación se casaron Rut y el hijo de Noemí, pero si sabemos que los planes de Dios son perfectos y que es Soberano, ella estaría en la línea de ascendencia de nuestro Señor Jesucristo.
En otra version de Proverbios 31:10 en lugar de decir piedra preciosa se dice “perla”.
A causa de nosotras Jesucristo “fue herido por nuestras rebeliones”. Nosotras causamos la herida al Señor y nos cubrió con Su amor, asi como se hace la perla, Cristo nos envolvió en su amor, nos cubrió de Él. No eramos valiosas en nosotras mismas, Cristo nos dio el valor a precio de sangre, cual perla de gean precio.
Como perlas preciosas necesitamos el trabajo del orfebre. Proverbios dice que no es fácil hallar a esta hermosa mujer, ella es una piedra que se ha dejado tratar, por eso solamente la mujer cristiana puede tener todas las virtudes de la mujer virtuosa. Ella se deja tratar por el Paracleto, el ayudador, ella aprende de las mujeres mayores (Tito 2:3-5).
La virtud no nace con una mujer sino es alcanzada al nacer de nuevo, cuando Cristo da una nueva vida. A Cristo no le importó quien éramos, Él nos encontró, nos halló y ahora dependemos de Él.
Estas piedras preciosas de gran valor son escasas y no andan buscando ser halladas, son hermosas mujeres trabajadoras en la obra del Señor, que con pasión le sirven; algunas más agraciadas que otras, pero todas cristianas que resplandecen la belleza de Cristo, que cultivan un corazón para Dios. Mujeres con el fruto del Espíritu Santo que es:
“… amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza,…” (Gálatas 5:22-23)
Hermanas, no se puede ser paciente si no se ha nacido de nuevo, no se puede ser piedra preciosa de gran valor si no nos hemos dejado tratar por las manos de nuestto Señor. Damos harto trabajo, pero:
“Estoy convencido de que Dios empezó una buena obra entre ustedes y la continuará hasta completarla el día en que Jesucristo regrese”. Filipenses 1:6
¿Qué tipo de perlas, piedras somos?
Corazones transformados por Cristo 