Soy cristiano

“Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.”

Hechos 11:26

Hace un año que los jóvenes empezaron con la serie, primero soy creación e hijo de Dios, soy perdonado y redimido, soy una nueva criatura, soy un adorador, soy formado para buenas obras, soy santo porque él es Santo, soy un esclavo y siervo.

Llega una etapa en los jóvenes donde salen a buscar su identidad, muchos todavía “no se hallan”. Es importante enseñarles no solo valores y principios sino también lo que es la responsabilidad de ser hombres y mujeres de Dios.

En Antioquía muchos se congregaron por todo un año, enseñaron a mucha gente; primero enseñaron a judíos, luego a los gentiles y también a los griegos. Bernabé fue a verles y se dio cuenta que había una manifestación del Espíritu Santo que llevaba a mucha gente al arrepentimiento. Eran llamados los de del camino. En Hechos 11:26 se muestra la primera vez que se les llama “cristianos” a los seguidores de Cristo. 

¿Qué es ser cristiano hoy en día? El término cristiano se ha masificado, y no es positivo porque lo usan ovejas y lobos, cristianos y gentiles, cualquiera hoy en día lo usa para identificarse. A nadie le cuesta decir que cree en Dios; piensan que con un poquito de fe ya es suficiente.

El verdadero cristiano:

No transa sus principios, sino que entiende que son establecidos por el maestro.

No antepone sus derechos ni siquiera se siente cómodo con esa palabra. Sabe que tiene que ser un siervo.

Es seguidor de su maestro.

Sabe que tiene que convertirse en un discípulo.

Sabe que ha sido llamado para hacer buenas obras:

Sabe que es hijo.

No es quedarnos solamente con la enseñanza. Cuando dice que es amado, no significa que no existe el infierno.  El amor no sobrepasa la justicia, sino que esta está por sobre el amor. Dios ama a su creación pero aborrece el pecado.

La juventud carece de muchas cosas, en particular en la Iglesia.  Los jóvenes de ahora creen que la reprensión ya pasó de moda. Dios no cambia, es inmutable; cambia el tiempo, las personas. El cristiano de hoy debiese ser el mismo de antes. El Padre busca verdaderos adoradores, Dios busca a los hijos que le necesitan, no busca hijos emancipados o independientes.

A la juventud le cuesta aprender de la experiencia, tienden a ser más teóricos. La teoría sirve pero el aplicarla es otra cosa. Se menosprecia el consejo, con obstinación careciendo de humildad, aflorando el orgullo, porque pueden hacer cosas y no  se cansan.

Los jóvenes carecen de un carácter formado, tienen que aprender. Buscan ser reconocidos por sus pares pero no conocidos por el Señor, su Maestro. Dios conoce lo más profundo del corazón y lo que se hace lo desconoce porque no proviene de él.

El Señor nos dice cómo serán los hombres en los últimos tiempos.

También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. 2Timoteo 3: 1-5

Muchas veces se piensa que son hombres del mundo, pero también están en la Iglesia.

Un impío es una persona que no tiene o siente piedad. Muchas veces uno ve crueldad del uno al otro.

Implacables, uno que no puede ser apacible, contenido o amansado.

Calumniadores, uno que difama o miente con naturalidad (prácticamente). Los mentirosos no heredarán el reino de Dios.

Intemperantes que son descomedidos, inmoderado, que trata con intransigencia y poca templanza a los demás. Dicen: yo soy así, pero soy cristiano. Hay actitudes de nosotros que ofenden a Dios. Alguien que no controla sus impulsos, su carácter se dice ser cristiano.

Impetuoso, que actúa de forma irreflexiva y precipitada. Es atarantado, llega y dice o hace. Pero se dice ser cristiano.

Todos los días pecamos, y no hay día que no lo hagamos. Aun así Dios nos llama santos. Siendo adoradores debemos ser una alabanza viva con nuestros hechos y nuestras palabras, no conformamos.

Muchos por venir a la iglesia u ofrendar creen que son cristianos. Habrá un día que nos presentaremos delante de la presencia del Señor, ahí se reconocerá al verdadero cristiano, el siervo, al que reconoce su pecado, estarán aquellos que si tienen que pedir perdón lo hacen, si tiene que humillarse se humillan, si tienen que callarse se callan, porque quisieron tener el carácter de Aquel que los llamó. El Señor solo reconocerá a un cristiano cuando vea un parecido con su hijo Jesucristo.

¿Cuánto de parecido hay con el maestro? Este precioso Cristo que nos reconcilió por medio de la Cruz.

En Antioquía se reunieron todo un año, al parecer lo único que importaba era pregonar, alentarse, llevar ánimo a aquel que estaba desconsolado, no vivían ensimismados, había convicciones en sus vidas, sabían que Dios los había llamado, los llamó para buenas obras. Y lo hacían sabiendo lo que Dios les había ordenado.

Con la pandemia debo obedecer al maestro, su palabra dice que no debemos dejar de congregarnos. ¿Cómo conformarnos dónde estamos? Tengo techo, abrigo, comida, salud suficiente ¿cómo no movernos? la gente de la primera iglesia caminaba, los del amazonas toda una noche para congregarse. ¿Que los movía? Ellos entendieron que es ser un legítimo cristiano. Iglesia amada si no hemos entendido que esto se trata del maestro, hemos estado perdiendo tiempo valioso. Dios mira el corazón, la vida tratada por Él. Ni siquiera defender mis principios sino los que dejó el Señor, hacerlos vivos en mí. Niños reconociendo la autoridad de sus padres y los padres entender que su autoridad es Dios.

Debemos despojarnos de todo peso que nos agobia porque se nos olvida que somos cristianos, que dependemos de alguien que tiene cuidado de nosotros. Ayúdenos el Señor para vivir nuestros días entendiendo que tengo que parecerme al Maestro, al unigénito Hijo. Esforzaos para entrar por la puerta estrecha, Cristo.