La ley y su propósito, nos ayuda a permanecer en contacto con Dios.

El pacto de la ley no tiene la intención de ser el medio de salvación. Pues, Dios ya había restaurado a Israel, ellos ya eran su pueblo. 

El Padre deseaba enseñarles de aquello necesario para que sigan siendo su pueblo y es tener una relación más íntima con Él.

Dios prometió pacto con Israel

Condiciones a la obediencia:

• Serían un especial tesoro:  Implica un valor especial como una relación íntima.
• Serían un reino de sacerdotes: tendrían acceso a Dios y debían representar al Señor ante el mundo. 
• Serían santos: una nación separada para ser de Dios, diferente a otros países paganos.

Palabras que tiene fiel cumplimiento en la iglesia del Señor, leer 1°Pedro 2:9-10.

Los Israelitas prometieron solamente cumplir la ley, pero no se dieron cuenta de cuan débil es la naturaleza humana, ni tan fuerte es la tendencia a pecar. 

Siglos después parecía que se olvidaron de que estaban obligados por el pacto a obedecer. 

Una interrogante que surge es ¿Los Israelitas, habrán imaginado que el pacto era incondicional? leer Jeremías 7:4-16, Mateo 3:9, Juan 8:33.

El propósito de la ley

• Proporcionar una norma moral por la cual los redimidos pueden demostrar que son hijos de Dios y vivir en una justa relación con su creador y con su prójimo.
• Demostrar que Dios es Santo y que Él exige santidad a su pueblo.
• Dejar en evidencia la pecaminosidad de la humidad, también hacer entender que sólo mediante la gracia la humanidad puede ser salva. 
• La ley era un maestro para enseñar a Israel a través de los siglos y ayudarles a permanecer en contacto con Dios.

Aunque la ley no es un medio de salvación tiene vigencia como norma de conducta para los creyentes.

Los diez mandamientos

1. No tendrás dioses ajenos delante de Mí. La unicidad de Dios; hay un solo Dios.
2. No te harás imagen. La espiritualidad de Dios, se prohíbe no sólo la adoración a imágenes si no también el prestar culto al verdadero Dios de forma equivocada.
3. La Santidad de Dios. No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano. Originalmente este mandamiento se refería a no jurar por el nombre de Jehová falsamente. Leer Levítico 19:12 y Deuteronomio 10:20. Se debe tomar en cuenta que Jesús prohibió rotundamente jurar como se lee en Mateo 5:35-37. La palabra de un hijo de Dios no necesita juramento.
4. Acuérdate del día de reposo: La soberanía de Dios, el Dios de la creación debe ser exaltado no sólo un día, si no todos los días.
5. Honra padre y madre: respeto a los representantes de Dios. El que no honra a sus padres tampoco lo hará con Dios, puesto que esta es la base del respeto a toda autoridad.
6. No matarás: La vida humana es sagrada. Este mandamiento prohíbe el homicidio, pero no las penas capitales, puesto que la ley misma estipula la pena de muerte.
7. No cometerás adulterio: La familia es sagrada. Este mandamiento protege el matrimonio, institución sagrada designada por Dios.
8. No robarás: respetar la propiedad de otros, no pagar lo justo, cobrar demasiado, no cumplir con nuestro trabajo.
9. No dar falso testimonio: La justicia. El testimonio falso constituye una de las formas más seguras de arruinar la reputación de una persona.
10. No codicies: Control de los deseos. El codiciar es el punto de partida de muchos de los pecados contra Dios y los hombres.

El pecado de Israel

No pasaron ni 40 días que los Israelitas habían prometido solemnemente, quebrantaron la ley del pacto. Mientras Moisés estaba en el monte la gente se cansó de esperar y pidieron a Aarón que le hicieran un becerro de oro, una representación visible para el pueblo. (Éxodo 31: 18 -32) 

Dios al saber del pecado del pueblo dijo que iba a destruir al pueblo, pero Moisés se negó así mismo intercedió delante de Dios por Israel. 

Israel es castigado, el pueblo tenía que aprender que no se puede menospreciar la revelación de un Dios Santo y violar su pacto con ligereza. Primero vieron cómo las tablas de la ley son rotas. Segundo fueron obligados a beber el agua mezclada con polvo del becerro de oro. Luego Moisés invitó a todos lo que quisieran juntarse con él y fueron los levitas que se pusieron a su lado y dieron muerte a los idólatras. Esta actitud de los levitas fue de suprema lealtad a Dios, las palabras de Jesús en Mateo 10:37 nos dice que el que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí. 

Moisés intercede

Israel no sólo fue castigado físicamente, si no que serían borrados del libro de la vida. Pero Moisés como líder ejemplar, con un corazón ligado al pueblo de Israel estaba dispuesto a ser él borrado del libro de la Vida con tal que Dios perdonara al pueblo. (Éxodo 32:15-29)

Las tres grandes peticiones de Moisés:

• Pidió que Dios le concediera conocer las intenciones y propósitos divinos, con el fin de conocerle mejor.

Para guiar a otros se debe conocer profundamente a Dios. Éxodo 33:13

• Pidió por su pueblo. No bastaría la presencia de un ángel entre el pueblo, necesitaban la presencia del Señor.

Dios les prometió que los acompañaría. Éxodo 33:15-16

• Pidió que Dios le concediera una visión de su gloria. Moisés no sabía que no era posible ver en plenitud la gloría de Dios, pero Dios en su amor lo esconde en la hendidura de la Peña. Éxodo 33:18-22

Nosotros escondidos en Cristo veremos la gloria de Dios. Colosenses 3:3

El pacto renovado

La intercesión de Moisés fue escuchada, nuevas tablas de la ley y pacto renovado. Éxodo 34:6-7 Jehová dando a conocer su carácter.

Siempre su justicia y su misericordia van de la mano.

La historia transcurre y el hombre sigue la misma línea conductual; pecaminosa y falto de fe. Aún siendo testigos de los milagros de Dios en diferentes formas, aun así, cuando viene a la vida ser humano el periodo del silencio, en ese tiempo en general de busca satisfacer solo las propias necesidades. No importa la época, la edad, el lugar, el hombre o la mujer tendrá el mismo patrón de conducta, es triste pensar en esta condición.

Al pensar y meditar en estas situaciones, viene a la mente ¡Hey, te hace falta algo! Vuélvete de tus caminos y te alumbrará Cristo. (Efesios 5:14) Como ejemplo tenemos a Moisés, hombre que deseaba conocer a Dios y amaba al pueblo de Dios. La mirada de Moisés estaba puesta en Dios, por eso no perdió el rumbo. Aunque no logró entrar a la tierra prometida, su Señor estaba antes de cualquier cosa.

Poco tiempo queda, por nuestras banalidades no perdamos de vista al Salvador. ¡Pronto veremos esa tierra prometida!