No deis lugar al diablo

¿Cómo damos lugar al diablo?

“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo” Efesios 4:26

Airaos significa: enojado, encolerizado, furioso, rabioso

“PERO” significa en este verso para nosotros como hijos, no para pasar enojados sino con la ayuda del Señor controlar nuestro estado de ánimo, y si nos enojamos que sea en contra de la situación, pero bajo ningún punto permanecer enojados contra las personas. El Apóstol nos dice como cristianos: enojense, enfadense pero no pequen, no denemos llegar a dañar con nuestras palabras que pueden ser como golpes, olvidando  a quién amamos. Está en nosotros decidir parar, pararnos en el camino y ver en que está nuestro corazón y sanarnos. La Biblia dice que cualquiera que llame fatuo a su hermano es culpable de juicio de infierno. Cuando dejamos pasar el enojo para otro día se abre una puerta, eso es no poder controlar el enojo y puede provocar brotes de odio. En el enojo empieza el orgullo que solo trae consecuencias pero no beneficios, como la sal no debe ser más de lo necesitamos en nuestra comida, porque incomoda en demasía.

¿Porque jugamos al doble estándar? Podemos estar bien con nuestro jefe enojado con nosotros, pero no con nuestro cónyuge. ¿Qué nos sucede?

Jesús se enojó contra el pecado, el pecado de ofender el lugar santo. En ese momento Dios permitió que se construyera en sentido figurado donde Él iba a morar, el hecho es que estaban ofendiendo el lugar de Dios, porque estaban vendiendo y lucrando demasiado, no es que vendian un palomino a las familias más humildes a un precio justo, sino se aprovechaban de ellos. Entonces Jesús se airó contra el pecado. Así también se cumplió la profecía: “El celo de tu casa me consume”. Jesús nunca pecó. Su santidad estaba con él también como hombre.

¿Cuántas veces nos enojamos y no nos reconciliamos?

A veces nos dura mucho el enojo. Comenzamos a ver en el otro muchos errores y dejamos que el enemigo tome ventaja.

¿De qué otras maneras se da lugar al diablo en el matrimonio?

Cuando las mujeres son muy exigentes y demandantes a sus maridos, varones que trabajan todo el día, también cuando las mujeres no ven sus roles claros, o hay menosprecio de parte de ellas en ejercerlos, esto hace que vayan exigiendo consideración, esto  lleva a un ensimismarnos para pasarlo mal.

Cuando los varones al tener un mal día llegan sensibles y cansados, muchas veces más de la cuenta, varones pecan con sus actitudes de indiferencia o malos tratos.

Como varones hemos mal aprovechado la oportunidad de moldear a nuestras esposas, para que sean dulces y atentas con nosotros. Dios las creó pero juntos como matrimonio nos afinamos. 

La palabra es clara, a los varones les dice que las amen y también les dice lo mismo a las mujeres, así hay sujeción en amor y respeto, cada uno con sus roles dados por Dios. La falta de gestos de amor va provocando malestar en la mujer, en su diseño ella está esperando recibir ese amor, ese cuidado, sintiéndose poco amada. En el caso del varón esa falta de gestos de amor lo hace sentir poco respetado hasta sentirse menoscabado.

Se abre también otra puerta cuando no queremos intimidad con nuestro cónyuge. Muchas hermanas no quieren estar con sus esposos cuando no se sienten consideradas, no respetadas y con falta de actos concretos de amor. Y a los varones les cuesta cuando sus mujeres están descuidadas y por la falta de preocupación por ellos.

Entonces el enemigo empieza a susurrar a los oídos, usa hombres para halagar a las mujeres y viceversa. Entonces el matrimonio empieza a destruirse.

No nos casamos para ser felices, más el Señor nos dice:

“Gozate con la mujer de tu juventud”, gozate es un presente constante, no solo al casarnos sino a lo largo de toda la vida, siendo un amor continuo, no cambiemos nuestras prioridades.

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
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