Vasijas limpias

Hna. Yesenia Borgheresi

Una vasija limpia era una vasija de honra que por el demasiado uso se desgastaba especialmente la boca y las orejas y ya no se usaba para servir agua, entonces se apartaba y se dejaba en un lugar de la casa, pero aún tenían un uso, se usaba para llevar el diezmo del grano a la casa de Dios y se la dejaba en el templo para ser ofrenda al Señor era usada para adoración a Dios.

Vasijas limpias son hombres y mujeres que han perdido la fuerza, la paz, la fe, que no son capaces de llevar la carga y viene el desánimo a sus vidas y lo primero que se quieren hacer es apartarse. Es terrible el proceso porque una mente dividida lleva consigo culpa por no hacer lo que Dios quiere.

El desánimo es falta de ánimo, fuerza o energía para hacer, resolver o emprender algo.

Un ejemplo es Elías quién había caído en el desánimo, en la desesperanza y desesperación. Un hombre de poder y fuego que después de un gran milagro se aparto huyendo al desierto, guardando su vida de Jezabel. Un día bajo un enebro clamó a Dios que le quite la vida, Elías estaba con desánimo. Pero Dios nunca lo dejó sino que tuvo un cuidado especial y amoroso con él. En Santiago 5:17 nos dice, “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras “, nosotros al igual que el profeta Elías podemos estar desánimadas, ser vasijas limpias pero sigamos sirviendole en su templo, no te rindas, Dios sigue en su trono sigue gobernando y su Soberanía no ha menguado. Como cuido a Elías el esta cuidando de nosotras, Cristo intercede delante el Padre, podemos echar toda nuestra ansiedad sobre ÉL, porque que Él tiene cuidado de nosotras, Dios es fiel.

En Efesios 4:23 nos dice “Y renovaos en el Espíritu de vuestra mente” renovemos nuestra mente, meditando al Dios que servimos.

Hermana ¡Ven a Cristo! su sangre preciosa limpia pecados, da nuevas fuerzas, es nuestra esperanza que nunca falla.