No bajes tus ojos de Jesús

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”. Hebreos 12:2

En el programa anterior hablamos del tema “No deis lugar al diablo”. Vimos que hay varias formas, muchas veces no solo le  damos un lugar sino toda nuestra casa. Ante una discusión, desacuerdo con nuestro cónyuge. decimos: ¿Cómo se te ocurre?
Cuestionémonos, nos casamos con seres pecadores, no son angelicales, son de carne y hueso. Dejar que pasen tantos años y querer perderlo todo.

Como cristianos, ¿vivimos lo que sabemos de la Palabra? ¿Entonces como nos permitimos enojarnos tanto?
Es porque bajamos la mirada de Cristo y es ahí donde empiezan los problemas, cuando dejamos de poner nuestros ojos en Cristo y las ponemos en nuestro esposo o esposa.

No tomamos suficiente peso a la palabra Perdón. ¿A qué vino Jesús? A darnos el perdón, ¡es por lo cual vino a la tierra para redimirmos mediante el amor!

Pero a nosotros nos cuesta perdonar y pedir perdón. Hay orgullo, altivez, a veces está camuflado, preguntémonos sí ¿vale la pena?

No bajemos la mirada porque empezamos con comparaciones y menosprecios. Al bajar la mirada esperamos mucho del otro, empezamos a vivir de las suposiciones, dejamos de tener gratitud, nos volvemos fiscalizadores. Todo esto abre puertas al Diablo.

¿Acepta el amor de Dios para su vida?
Muchas veces bajamos la mirada de Cristo, no vemos a nuestro cónyuge que también está a los pies de Cristo.
¿Dejar que pasen tantos años para perderlo todo? Luche, no tire la toalla, las cosas se pueden arreglar. Debe haber madurez en el matrimonio, madurez en nosotros.
Los recién casados deben aprender, pasar etapas tener victoria, que los pecados del primer año nos se repitan si no se superen.
¿Por qué nos molestan las mismas cosas? Siendo ya mayores no nos quedemos en niñerías. El amor es una decisión, en amor perdonamos. Pero no podemos dar lo que no tenemos, no podemos dar amor si no tenemos amor.
La enseñanza nos demanda a ser vencedores en el nombre de Jesucristo. Cuando dejamos  de mirar a Cristo, a cada rato nos mandamos al infierno. Pidamos perdón. Por ejemplo, diga:
“He tenido una actitud insensible, y te pido perdón”. 

Mientras no pongamos nuestros ojos en Cristo, estamos en cero. Venzamos. Pasar etapas ya no solo ser hijitos si no ya ser padres de otros. No esperar que el otro recononozca, si no decir: siento que no te veo, ayúdame a ver lo que pasa.

El matrimonio sin el Evangelio es imposible. ¿Porque lidiamos con todas nuestras deformaciones? Siendo que es la forma de Dios. Cada matrimonio es diferente y hay un molde para cada matrimonio pero  con la misma base, Jesucristo. Dejemos de pensar en los errores del otro pensando que son mayores a los de uno. Como hombre una vez escuché el consejo de un pastor: no necesite entender a su mujer, solo ámela. 

Si pudiesemos entender la gracia, dariamos de gracia lo que recibimos. No carguemos los pecados del otro, aprendamos a culparnos y reconocernos. Como el rey David olamonos y recordemos que somos ovejas, que somos pecadores. A veces no sabemos dar amor, porque no lo hemos apreciado.

Mientras nuestros ojos estén en Jesucristo, el Hijo, debemos tener una actitud de pedir perdón y perdonar. No podemos darnos gusto de dejar de ver al Señor. Comuniquémonos primero con Dios y con nosotros, después tomados de la mano siendo leales.
No resulta buscar soluciones humanas, soluciones propias, si no solo en el Señor, cuando lo miramos. Estamos ¿oramos juntos? Buscar la ayuda en el Señor.

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
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