Camino de esperanza en el desierto

Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto. Oseas 2:14

Otra versión dice: “A pesar de todo, llevaré a Israel al desierto, y allí con mucho cariño haré que se vuelva a enamorar de mi. Le devolveré sus viñas, y convertiré sus desgracias en una gran bendición” Oseas 2:14

Aquí el Señor habla a su pueblo para mostrarle su amor siendo ellos infieles. Los israelitas después de salir de Egipto entraron a la tierra prometida. En algunas versiones aparece seducirla como atraer.

Yo la atraeré: La palabra atraeré viene del hebreo “Patah” que significa hacer cautivo. Una palabra que dice que impactará su vida. Y así es el Señor que nos atrae hacia Él, hacia quién es Él.

En Jeremías 20:7 nos dice: Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste. Es un conocerle de manera que no hay nada que reprochar.

Aquí, el profeta cuando se entera del gran amor de Dios, ya no le importa hablar sino que lo hace con más entusiasmo, a un pueblo que se había apartado una vez más del Señor. Un pueblo con el corazón lejos de Dios.

El Soberano se rebaja, como dice en Oseas 11:4

“Con lazos de ternura, con cuerdas de amor,
los atraje hacia mí;
los acerqué a mis mejillas
como si fueran niños de pecho;
me incliné a ellos para darles de comer”

De la misma forma que el Padre corre al ver al hijo pródigo; que aunque era algo mal visto, muestra un amor tan profundo.

A pesar de nuestras debilidades, y de nuestro pecado, de nuestra rebeldía, Dios nos busca.

Vemos a un pueblo como Israel, fallando, alejándose, pecando constantemente delante de su Dios, y aún así Dios les amó y les buscó una y otra vez.

La llevaré al desierto:  No es un tipo de desierto donde todo se marchita, donde no hay agua, no hay fruto ni trabajo ni salud, pues esa es la idea que tenemos de un desierto. Allí no hay esperanza de vida para quién está afligido y lleno de temores. (Aunque el deseirto de Atacama florece)

El valle de Acor por puerta de esperanza. Acor significa “valle de perturbación”. En otra versión dice que las desgracias se volverán una gran bendición. Dios provoca situaciones para transformarlas en beneficios. Son difíciles las relaciones entre personas. El novio constantemente atrae a su esposa. La trae delante del Señor con su gran amor de Padre. Nos ama a nosotros, el Soberano.

Cristo también pasó el desierto, satanás lo lleva para ser tentado, pero fue un desierto con provisión, permitido por Dios. El desierto de Dios no es un lugar donde no hay sustento, es para conocer al Señor. Es un desierto con agüita. Los israelitas lo vieron. Israel tuvo que pasar un desierto, un cautiverio. Ellos no eran esclavos.

¿Cuál es el desierto al que le quiere llevar el Señor?

El desierto, un lugar de sequedad. Nos lleva allí para hablarnos. No es para hacernos sufrir. El propósito es hablar al corazón.Allí Dios nos sustenta mientras trata con nosotros.

Lo duro del desierto es no haber aprendido y quedarse como los judíos dando vueltas hasta perecer. Es peligroso no entender el propósito de Dios.

El desierto de Dios es una escuela, donde Él trabaja con nuestro carácter, es el lugar donde somos procesados, un lugar con agua, un lugar donde estamos apartados de nuestro pecado. En medio del desierto si murmuramos, pecamos. Podemos entender que para la persona que no tiene a Dios no hay esperanza; pero si entró en el desierto por el pecado, en Cristo habrá viñas. Dios nos lleva al desierto para tratar nuestro carácter. Gracias Señor porque nos forma, nos lleva ahí para mostrarnos nuestro orgullo.

Lo duro del desierto es no haber aprendido y quedarse como los judíos dando vueltas hasta perecer. Es peligroso no entender el propósito de Dios.

Para Israel, egipto fue la casa de la esclavitud. Estuvieron allí por más de 400 años en esa condición, aunque al principio llegaron como un pueblo libre, pero al pasar de los años, Israel comenzó a involucrarse poco a poco con ese pueblo pagano, adquiriendo casi por completo sus costumbres, y alejándose de Dios.

José cuando llegó a Egipto fue para sustentar a su pueblo. Pero los israelitas se fueron mimetizado y su salida de eso fue el desierto. Siendo solo 40 días el camino a la tierra prometida, tardaron 40 años. El Señor los llevó al desierto para liberarlos no solo de la esclavitud física y literal, sino de la esclavitud de sus corazones hacia el mundo. Su estilo de vida y forma de pensar.

Pablo decía que debiendo ser maduros siguen siendo como niños fluctuantes. Él nos quiere maduros. Dios nos atrae. Nuestro Dios quiere familias maduras, hijos maduros; los que perecieron en el desierto no quisieron escuchar. Con cuerdas de amor nos atrae el Señor.

El desierto de Dios es el lugar donde escuchamos su voz. Cuando nos va bien en todo no podemos escucharlo y aun congregándonos, por amor nos lleva al desierto. Parece que no hay otra forma para escucharle y nos diga… en qué estamos. El soberano de nuestra vida quiere hablarnos.

El desierto para nosotros fue salir de una iglesia a otra. Un proceso duro. Fue un desierto, pero teníamos agua. Nos sentimos confrontados por nuestro pecado. Pero el Señor nos estaba formando.

Hablaré a su corazón: (someter, aconsejar, anunciar, componer)

¿Qué entendemos por hablar?. Creeemos que hablar es básicamente dialogar entre dos o más personas, pero en este caso no es precisamente así. Dios ordenó a Moisés que dijera a Faraón. Denota autoridad en amor con un gran propósito.

En el desierto de Dios, Él tiene autoridad. Ahí estamos seguros.

¿Estamos ahora en el desierto? ¿Estamos viendo el propósito de Dios?

¿A quién está viendo en el desierto? En el desierto que forma vemos a Cristo. Él ordena todo. Se forma la obediencia, hay sujeción, se entiende, se vive.

Como hijo de dios, debería sentirse atraído por dios, y en algún momento de nuestras vidas, ser llevados al desierto, para escuchar la voz de Dios en vuestro corazón y replantearnos qué tipo de evangélio o cristianismo hemos estando llevando.

Porque no basta con vivir solo cerca de Egipto en tierra de Gosén. Ahí no estaremos seguros. Es necesraio pasar por el desierto del Señor, para alcanzar esa tierra prometida que Dios tiene para nosotros. En el desierto de Dios tenemos comunión.

Dejemos de pelear. No podemos seguir levantando nuestras ideas. Cristo es quién convence, rindámonos. Él está dispuesto a perdonar todos nuestros pecados. Quiere que seamos enteramente preparados para servirle. En el Desierto hay camino de esperanza. EN el DESIERTO SE APRENDE LA PACIENCIA. CUANDO ESPERAMOS QUE NUESTRA FAMILIA SE CONVIERTA. DIOS ESTA EN CONTROL.

Hay una puerta de esperanza en medio de un mundo lleno de su angustia, dolor, desdicha o engaño.

Cuando hemos tomado algo para nosotros y ha traído dolor a nuestras familias hay un puerta de esperanza.

Cuando hemos pecado contra Dios con nuestras decisiones hay una puerta de esperanza.

Nuestros invitados especiales fueron el matrimonio de 32 años de matrimonio hermanos Juan Ramón Lucero y Fiorella Benelli. Nos compartieron su testimonio de vida.

Correo ieclacisterna@gmail.com Horas Reunión domingo 18:30hrs// Reunión de oración: martes 20:00hrs // Clase de Dorcas: miércoles 19:00hrs// Reunión jueves 20:00hrs
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